Capítulo 10

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Un día antes de la reunión

Ya les habían comentado el plan a los representantes humanos, cuando Lubu terminó de aclarar la estrategia a usar por centésima vez, mencionó otro tema igual de importante.

En esta parte de la discusión, Adán puso especial atención. Se podría decir que incluso más que antes.

Claro que está en sus planes salvar a sus hijos, por supuesto que iba a hacer lo que estuviera a su alcance para conseguir su cometido, lo había demostrado y no tenía miedo a volver a hacerlo. Era innegable su capacidad para repetir su victoria contra uno de los dioses más fuertes si es que fuera necesario. A pesar de haber quedado casi ciego, esa desventaja desapareció por completo.

Por qué lo habían dejado recuperarse era un dato que no les interesaba, actualmente, todos los Einherjer estaban en su punto más alto de fuerza, de nuevo.

Pero en su mente no abandonaba la falta de un miembro vital de su equipo para lograr su cometido.

Jack, un muchacho excepcional que sufrió la mala suerte de no tener suficiente aguante, aunque eso sería un eufemismo. Su pelea fue la más extraordinaria de todas, y no le quiere quitar el mérito a sus otros hijos, pero la desventaja física con la que arrancó el combate fue evidente, había tanta sangre en todo el campo de batalla, tanto de él como del semidiós.

Cuando ocurrió en la cuarta ronda estaba en el proceso de recuperar su visión, pero al ver la repetición quedó horrorizado. Amaba a todos sus hijos por igual, sin embargo, era consciente de la protección extra que muchos debían tener. La mayoría de los representantes tenían historial en combate, en heridas y dolor. Excepto tres de ellos, Nikola tesla, Gregori Rasputin y el propio Jack (obviando su pasado sangriento, nada se comparaba con la lucha divina).

No le importaba que pelearan, sabía de antemano que un padre no puede luchar las batallas de sus hijos, pero se sintió sumamente ofendido al ver el armamento que tan burdamente les dieron a sus hijos Gregori y Jack.

Al menos los otros peleadores tenían experiencia en los combates sin armaduras, y a Nikola le dieron una de cuerpo completo, a ellos simplemente los lanzaron al campo de batalla con las ropas que usarían casualmente si estuvieran caminando en sus épocas. Contra un dios, por todos los cielos, si hubiera estado en condiciones, no habría parado hasta evitar que eso ocurriera.

Durante la narración de Lubu y las ocasionales aportaciones de Chen (que habían dejado entrar a petición de los representantes), levantó la vista buscando a Gregori, notándolo calmado sentado junto a Nostradamus.

Su pelea fue sangrienta, corta y dolorosa de contemplar, como eran todos los combates para él. Sin tener en cuenta que fue uno de los que perdió en el ragnarok, más había aspectos que lo diferenciaba, el primero, su muerte fue rápida, le propició batalla a su oponente, pero no sufrió. Y segundo, lo tenía con él, poder simplemente levantar la vista y contemplarlo a salvo le bastaban para apaciguar la ira que sentía siempre que recordaba la injusticia a la que fueron sometidos.

No obstante, Jack no estaba con él.

Su muchacho de lindas pestañas se encontraba lejos de su cuidado, y la sola idea de no saber cómo estaba lo enfermaba. Siempre que contaba cabezas durante una reunión, y notaba la falta de una cabellera blanca, su mente no hacía más que darle recuerdos sobre su muerte.

No dejó de escupir sangre durante el final del enfrentamiento, por donde caminaba dejaba un rastro de esta. Toda la parte inferior de su chaleco estaba empapado del líquido rojo, y ni hablar de los golpes que le dio su oponente, fueron salvajes, fuertes y dolorosos. Algo que no olvidaría sería verlo tendido en el suelo, intentando desesperadamente respirar, algo tan simplemente como enfocar la vista para levantarse se convirtieron en acciones de sumo esfuerzo. Tenía tantas, demasiadas ganas de ir a ayudarlo, de atravesar la pantalla para levantarlo en sus brazos y correr buscando ayuda. Incluso a través de un monitor, sintió la necesidad insana de protegerlo, abrazarlo y cuidarlo.

Jaulita de OroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora