Javier Hernández, un joven futbolista mexicano, termina siendo fichado por el Real Madrid, sin saber que ahí encontraría al hombre causante de sus suspiros y noches en vela por inundar sus pensamientos de una vida donde ambos fueran felices, juntos...
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Las cosas para Cristiano Ronaldo no estaban bien, es lo que la estrella portuguesa creía; no dejaba de ponerse histérico con lo que había recordado de la noche anterior. A si mismo se había hecho la promesa de no sobrepasar el límite de copas pero fue un idiota al beber por impresionar a su sol. La explicación, Ronaldo era alguien reservado en el ámbito de beber alcohol, dado a que su padre falleció por ello, tenía un resentimiento con la bebida pero eso no quita el hecho de que ahora en aquella fiesta se haya pasado.
¿Ahora que iban a pensar sobre lo que le había dicho a ese pequeño mexicano?
Estaba jodido. Posiblemente arruinó su buena relación con el menor y se esperaba lo peor, no quería que eso ocurriera pues ni siquiera había iniciado una amistad como tal y al parecer ya la había cagado.
Por boca floja.
—Por favor, deus, eu não quero...
Soltó al aire en la habitación, pasando sus manos por su cabello y peinando este hacia atrás, necesitaba hablar las cosas con el mexicano y aclarar eso por si en algún momento lo incómodo con su imprudencia de decir algo como lindo y que quisieras ver su sonrisa siempre, desde otro punto de vista no estaría mal visto, pero joder apenas y le conocía, era necesario controlarse al momento de hablar con Javier. Ya que el mexicano definitivamente había malinterpretado esa situación tal vez como que quería llegar a algo más, pero era cierto, aunque no en ese momento.
Tenía que ser fuerte y no dejar que sus sentimientos lo gobernarán.
Cristiano se estaba considerando el más imprudente en decirle esas cosas tan a la ligera al único mexicano en el club y más estando en un estado de ebriedad total, tanto que esa mañana hasta la resaca se le bajó de solo recordar ese momento. Fue una vergüenza y burla total para él pero no sé podía controlar.
Aunque estaba decidido, no permitiría distancia entre él y Javier, explicaría la situación ese mismo día durante su entrenamiento. Los ánimos rápidamente regresaron a el.
Se preparó para salir de casa, llegaría donde el equipo ahí seguramente encontraría a Javier, y con suerte podría hablar con él por lo menos lo necesario ante aclarar lo que ahora era llamado "malentendido" desde el punto de vista de ese portugués. Y no se equivocó, cuando llegó al lugar, el pequeño mexicano estaba calentando junto a James, teniendo esa sonrisa característica en sus un poco abultados labios, labios los cuales eran un poco rosados y...
Ronaldo se maldijo a si mismo mentalmente, debía concentrarse.
Trotando se acercó a sus compañeros, eliminando cualquier otro pensamiento. Saludaba a los demás mostrando una sonrisa y diciendo un par de palabras o un buenos días, las cosas iban tomando buen rumbo; primero se acercaría a Javier pues noto que este ya se alejaba del colombiano James Rodríguez, podría hablar por lo menos un momento y pedir una disculpa sincera a Javier sería lo mejor si quería avanzar las cosas un poco más lento y de cero nuevamente.
La disculpa planeo que fuera desde ese justo momento antes de que las actividades comenzarán, para que así mismo en el entrenamiento que tenían no fuera incómodo si llegaba a interactuar más con el mexicano o se les ocurría juntarlos.
Rolando por fin llegó hasta donde Javier, elevó su mano para tomar de su hombro pero la acción del menor le sorprendió pues este se quitó del lugar evitando el contacto físico.
— Oye, Javi, tienes un mom... —el portugués fue interrumpido abrubtamente.—
— Eso, oh, bueno... No tengo tiempo, debo hacer algo. —Javier salió huyendo, corriendo hacia donde antes estaba calentando con James fue rápidamente con ese joven para que así Cristiano Ronaldo no le fuera a buscar.
Ante eso, el portugués quedó sorprendido pues ni el tiempo de reaccionar le dió, el de tez morena (un poco clara) ya se había ido dejándole con las palabras en la boca.
Javier necesitaba un tiempo y cumplía con lo que anteriormente se dijo antes de salir dónde se hospedaba. Ignoraria al número 7 por lo menos hasta que considere lo adecuado y prudente hablarle, creía que era la mejor manera de evitarse un problema mayor, toda su experiencia en el amor la había vivido por ver novelas con su abuelita.
Pero también, la primera vez que creyó ciegamente en el amor no fue la mejor manera, odiaba recordar su pasado.
Nego con su cabeza, dejando ir ese mal recuerdo.
La relación de conocidos que tenían el portugués y mexicano era poco fuerte pues uno lo creía un principio muy apresurado, Javier llegó al real Madrid en septiembre de ese año (2014) había pasado muy poco de conocer de una forma tan cercana a uno de los mejores jugadores del mundo y al cual le tenía cierta admiración por todo lo que había logrado.
Era un logro personal.
Ronaldo estaba confundido por el actuar de Javier, ¿Es que acaso lo estaba evadiendo? Era algo válido pues el mexicano podría tener sus razones debido a lo de la noche anterior durante la celebración que tuvieron en honor a su triunfo. Pero eso no quitaba que el portugués estuviera un poco mal por el rechazo que llegó a sentir por parte del mexicano, ni siquiera le había dejado hablar sobre algo más y mucho menos ofrecer una disculpa grata y sincera para él, quería que las cosas volvieran a estar bien entre ambos, sin problemas ni nada de por medio. Justo como la pequeña buena relación que se formó entre ambos hace unos días antes del primer partido.
Desde lo lejos veía a Javier quien entablaba una conversación nuevamente con ese colombiano y ahora el español Jaime Sánchez. Podía ver esa sonrisa de alegría que mostraba Javier al expresarse con aquellos dos, tal vez ya no podría verla del mismo modo o eso pensaba Cristiano Ronaldo pues en su mente solo pasaba la posibilidad de que le dejase de hablar.
Por otro lado, Javier convivía de forma alegre con los otros, le estaba ayudando a distraerse por lo menos un poco y alejar cualquier otro pensamiento que lo dejará de hacer sentir feliz. A pesar de tener una buena convivencia y recibimiento apenas hablaba con pocos compañeros y muy en el fondo extrañaba a sus amigos de al selección mexicana, entre ellos a Memo, Miguel, Andrés. Definitivamente les echaba de menos.
La plática con el colombiano y el español le hizo reaccionar un poco.
—Hey, te notas ido, ¿Te sientes mal? —James pregunto con un tono de preocupación.—
—Cierto, pareciera que no dejas de pensar. —acompaño sus palabras Jaime.—
—No yo... No hay nada de que preocuparse, estoy bien solo me acordé de algo.
Javier después de sus palabras dedico una sonrisa a ese par, tendría que dejar de sobre pensar. El entrenamiento continuo ese día como cualquier otro, con la excepción de que Hernández ignoró por completo a Ronaldo.
Ese día, ni el siguiente y ni al siguiente Cristiano Ronaldo no pudo hablar con Javier, decidiendo que si este lo quería así era por algo, dejaría de insistirle, no iba a causar nuevamente la incomodidad del mexicano si le seguía molestando mucho peor sería que el joven tomara una distancia más grande entre ambos, así el portugués jamás tendría oportunidad.
Pues definitivamente Javier le estaba aplicando la ley del hielo.
Solo esperaba que el problema se fuera solucionando pronto, rogaba en verdad que eso ocurriera, no quería malos términos con el mexicano.
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He notado que salen edits sobre el fanfic, y no muchos los veo, pero si le siguen haciendo videos etiquetenme mi usser está en el perfil Jaja
