Javier salió del campo donde antes había entrenado con Cris, principalmente porque no quería hablar más con él y ponerse nervioso; cuando el portugués lo detuvo todavía estaba muy bien escondido ese nerviosismo que comenzaba a sentir. Se negó a la cita que propuso, aún no se sentía seguro de dejar libres esos sentimientos. Pero se arrepintió de dejarlo así.
Tan pronto como llegó a casa, llamó a sus amigos en México y les contó la noticia de haber entrenado con Cristiano Ronaldo solo ellos dos en el campo sin otros terceros, se sintió con grandes emociones desbordar tal vez fue porque en ese momento que paso con el portugués no se pudo expresar como quería y ahora que estaba hablando con sus paisanos podía hablar libremente del suceso.
Una videollamada fue lo que hizo que Javier se alegrará de ver a esos tres mexicanos que extrañaba.
—Como no dabas señales, pensábamos que nos ibas a dejar por las morras chidas —dijo está vez Layún.—
—Miguel, nosotros somos las morras chidas. —hablo Memo seguido de unas risas por parte de Andrés.—
Javier se permitió sonreír y reír por las ocurrencias que solían tener o los chistes malos tanto como los comentarios que aligeran su ambiente.
—¿Solo nos dirás que ya te pidió salir? ¿O nos vas a contar que ya te tiraste al portugués?
Andrés como siempre con sus vulgaridades, solo ocasionó la vergüenza de Javier que entre algunos reclamos aclaro que no, que ni siquiera eran nada más que conocidos.
—La verdad, no encuentro como aceptarlo, carnales, la verdad estoy asustado. —se sincero Javier una vez que tuvo la atención de esos tres.— Hace mucho no me sentía así.
El silencio se prolongó por unos segundos, considerando las reacciones y respuestas de los otros tres mexicanos, quienes ellos mismos solo miraron a Javier con incredulidad, pensando que debería haber besado al portugués porque en México si que era aventado o atrevido como para arriesgarse a eso o mucho más.
De un momento a otro la voz de Guillermo se escuchó, pidiendo que le pagarán.
—Perdieron, paguen.
—¿Qué? —Incredulo, Javier preguntó.— ¿Apostaron por mí?
—En términos sencillos, si, pero no, apostamos que ya te habrías besado y más con Cristiano. Memo fue el que creyó en ti diciendo que no serías tan fácil.
Layún no estaba ayudando soltando toda la sopa pues al parecer los otros dos se quedaron callados después de que este los delatara.
Era cierto, apostaron a qué su amigo se había besado e incluso acostado con el portugués.
Javier debió suponer que esos tres ya lo tenían pensado pero el no era de ese tipo, no se iba a acostar con Cris a la primera oportunidad que se cruzará, ¿O sí? No, él no era un tipo fácil.
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Tu talento me cautivo (C. Ronaldo x Chicharito)
أدب الهواةJavier Hernández, un joven futbolista mexicano, termina siendo fichado por el Real Madrid, sin saber que ahí encontraría al hombre causante de sus suspiros y noches en vela por inundar sus pensamientos de una vida donde ambos fueran felices, juntos...