Capítulo 3: Un trabajo especial.

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-Mierda-susurró Ray mientras se cubría la cara con ambas manos.

Loid suspiro abatido. Ahora sí que estaban muertos, por un momento se le cruzó por la cabeza salir corriendo junto a su amigo. Tenía palabra, pero no iba a caminar hasta su fin con sus propios pies por cumplir con una apuesta y mucho menos arrastraría a Ray con él.

Sin darle tiempo para pensar en un plan de escape, o decidir hacerlo al menos, unos hombres al mando de Madam Bilo se pocisionaron detrás de ellos.

-Bien Loid, hora de pagar. -Dijo Madam Bilo con la clara intención de burlarse aún más de los chicos.

-Deja de burlarte- Loid no tenía ningún ánimo para jugar- sabes bien que no tengo dinero.

- Lo sé - La mujer se levantó y le hizo un tipo de señal a sus hombres que Loid no pudo entender - Pero habíamos acordado algo ¿No es así?

Dichas las últimas palabras de la mujer, los hombres a su cargo comenzaron a arrastrar a los chicos hasta llegar a una habitación vacía dónde había una trampilla en el suelo por la cuál se disponían a bajar.

Ante la violencia con la que fueron arrastrados y la posición de desventaja en la que se encontraban, Loid entendió que ya no había forma de escapar de aquello.

- Está bien, está bien- Loid, al igual que Ray, intentó liberarse del agarre de los hombres- Ya entendimos, bajaremos así que no es necesario que nos lleven a rastras.

Madam Bilo pensó por unos segundos las palabras del chico antes de dar la orden para que sus hombres los soltaran.

- Más te vale que no intentes nada estúpido- dijo la mujer mientras sacaba de su bolsillo una llave para abrir la entrada en el suelo.

-Cómo si pudiéramos - Ray aún parecía resentido por las decisiones de su mejor amigo, después de todo estaban ahí por su culpa.

Bajaron por unas escaleras, adentrándose en lo que parecía ser un túnel. Probablemente una forma directa de conectar con una de los escondites del jefe. La mujer llevaba una relación de confianza durante muchos años con el hombre así que no era de extrañar que existiera algo como aquél túnel. Aunque era difícil de imaginar que algo como eso se esconde debajo de un casino

- Ya he hablado con el jefe- Interrumpió la mujer el pesado silencio, lideraba el grupo iluminando el camino con una linterna.- Dijo que será un gusto recibirnos.

Esas palabras habían hecho que Loid se diera cuenta de algo ¿el jefe los recibiría?¿Cómo era posible?, sabía que lo había hecho enojar con aquel incidente dónde, por primera vez, no había cumplido con su trabajo,¿pero recibirlos en persona no era demaciado? Después de todo, era un hombre al que casi nadie conocía y ellos eran solo unos chicos de los tantos que trabajan para él.

Luego de un largo y sofocante camino por el túnel, llegaron a lo que parecía....el final. Había una gran puerta que Madam Bilo no tardó en abrir y luego otra habitación vacía, o casi vacía. Habían unos muebles grises y presencia de electricidad, ya que había luz y un gran ventilador en el techo que refrescaba un poco el lugar que, dadas las condiciones, era casi asfixiante.

Madam Bilo tocó la puerta y trás no recibir respuesta, entró. Estuvo algo de tiempo dentro y luego, volvió a salir avisándole a los chicos que entraran junto a sus hombres.

¿Deberas conocerían al jefe? Loid sintió su corazón latir con fuerza y no sabría explicar la razón. Quizás eran nervios...o miedo.

Una ves que cruzaron el umbral de la puerta el escenario cambió drásticamente. La luz era tenue pero incluso así se podían apreciar los detalles del lugar. Todo se veía lujoso, los muebles del variaban en algunos tonos de rojo y detalles dorados que hacían juego con casi todos los adornos y accesorios del lugar, dando la impresión de que solo la decoración había costado una fortuna.

Saudade (YAOI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora