Capítulo 12: Te equivocas.

29 5 15
                                    


Estaba cayendo la noche y ya se sentían nerviosos, si algo no salía según lo planeado probablemente les iría mal. Zesar estaba en un viaje de negocios y no regresaría en dos días, la noticia les vino como anillo al dedo a los chicos, eso significaba que no tenían que preocuparse por ser acosados por el hombre, además beneficiaría su plan por obvias razones.

-Por favor Charles, has esto por mí. -El chico de cabello blanco intentaba convencer al vigilante de las cámaras.

Charles era el hijo de uno de los jardineros de Zesar por lo que vivió desde niño en esa enorme casa como el resto de los empleados y sus familias. Tenía la misma edad de Shinee, por lo que no era de extrañar que se conocieran desde niños, eran amigos, jugaron desde pequeño las pocas veces que el peliblanco logró escaparse al jardín y desde entonces mantienen una buena relación.

-De acuerdo -Suspiró abatido el joven -lo haré por tí.

-Gracias -Shinee sonrió y abrazó a lo más cercano a un amigo que había tenido en toda su vida.

-Ten cuidado Shinee por favor.

-Lo tendré.

Salió de aquel apartamento de vigilancia con la primera parte de su plan resuelto. Charles desactivaría las cámaras de seguridad y las activaría cuando ellos ya hubieran entrado y salido de la oficina, el chico le había asegurado que todo sucedería como si nada hubiera pasado. En el pasillo se encontró con Reky que se veía muy ansioso. En la noche la seguridad se reforzaba afuera de la residencia, pero dentro era difícil ver algún guardia, mucho menos si Zesar no estaba, no había nada que debieran proteger dentro del lugar. Esto era aprovechado por los chicos para moverse con mayor libertad.

-Tranquilo -tomó las manos del rubio y le sonrió de manera dulce -ha dicho que sí, todo estará bien.

-P-pero eso quiere decir que... -Tartamudeó el rubio

-Ya habíamos hablado de esto -lo interrumpió -No te preocupes, estoy acostumbrado. -Aunque lo dijera de esa forma su rostro reflejaba tristeza -Has bien tú parte, entonces todo valdrá la pena.

-De acuerdo -asintió cabizbajo y más tranquilo.

Shinee recalcó el plan de principio a fin y una vez todo decidido se dirigió a ese lugar que tanto lo atormentaba. Había estado muchas veces allí pero jamás por su voluntad. Oscar era el jefe de la seguridad personal de Zesar.  Recordaba la obsesión enferma de ese hombre hacia él desde que era un niño. Había pasado largas noches con muchos socios o conocidos de Zesar, pero Oscar era deferente, él sabía como humillarlo y hacerlo sentir miserable de todas las maneras posibles, como si disfrutara el dolor ajeno.

Se paró frente a la puerta del patio trasero, ahí se suponía que estaría Oscar, en una pequeña cabina oculta donde observaba todo lo que sucedía y daba órdenes a los otros guardias.

No tenía opción, sabía a la perfección que solo dos personas tenían la llave de la oficina de Zesar, una era el propio Zesar y el otro era su jefe de seguridad, Oscar. Lo sabía porque una vez vió a Zesar darle la copia al hombre, era una llave dorada con la letra “Z” grabada en ella. Suponía que se encontraba en su ropa porque ahí fue donde lo vió guardarla esa vez. Solo tenía que llegar a su ropa, y solo había una forma para eso.

Caminó desde las afuera de la residencia hasta la cabina y tocó a la puerta. Oscar no tardó en decir desde el interior que pasara. Ya sabía quien era, veía todo el exterior de la casa a través de las cámaras.

Shinee tardó unos segundos, se llenó de valor y entró en el lugar.

-Estás aquí -dijo Oscar con una sonrisa burlona -no pensé que vendrías tú solo, ¿estabas deseándome?

-Te equivocas -dijo el chico -de todas formas ibas a hacerlo, solo estoy adelantando las cosas.

-Eso es cierto, siempre fuiste un niño muy listo -Desgraciado, siempre le hacía recordar cuando era niño y los abusos que tuvo que soportar -¿por qué no dejamos de hablar tanto? -se acomodó en uno de los muebles del lugar en el que estaba sentado y palmeó sus piernas -siéntate -ordenó.

             ∆ ADVERTENCIA ∆ 
Esta parte de la historia hasta el final tendrá referencias de abuso sexual explícito, si no te gusta este contenido continúa la lectura en el próximo capítulo, gracias.

Shinee obedeció y se sentó sobre el hombre que tan rápido lo tuvo cerca comenzó a quitarle la ropa. Lo besó en cada parte de su cuerpo y dejó marcas por todos lados, como si lo reclamara como suyo. Lo odiaba, odiaba que hiciera eso, era humillante y lo hacían sentirse impotente. Zesar era violento, disfrutaba ese tipo de juegos donde la tortura o los castigos físicos fueran protagonistas, a diferencia de Óscar que prefería besar y acariciar al chico de la forma más asquerosa y denigrante posible.

El peliblanco se revolvió sobre el hombre ante el tacto ajeno. Cubrió su boca con sus manos ahogando los sonidos que amenazaron con salir al sentir los dedos de el hombre en su interior.

-Vamos, no te contengas, adoro cuando gritas -dijo cerca de su oído con una sonrisa cínica.

-Deja... de... jugar.. -pronunció agitado el chico de cabello blanco.

-¿Tan desesperado estás por tenerme dentro?

El hombre detuvo la acción y desabrochó su pantalón, avivando el miedo de Shinee que se tensó con el sonido de la cremallera.

-No te desmayes cómo siempre. -susurró el hombre y lo besó.

Se adentró en el cuerpo del chico que gimió con fuerza al sentir la ruda intromisión en su interior. El hombre tomó las caderas del menor y las agitó con fuerza de arriba a abajo de manera rápida.

-Bas... tar... do.. -Su respiración se entrecortaba y comenzó a llorar, más por la rabia que lo consumía, que por la situación en la que estaba.

-¿Ya estás llorando? Que decepción. -se burló. -No has cambiado mucho desde la primera vez que te ví, tu cuerpo sigue siendo pequeño, al igual que tú interior.

Shinee cerró los ojos con fuerza, tenía que soportar un poco más, soñaba con la esperanza de que todo saldría bien y entonces él sería libre, ese pensamiento lo acompañó hasta el momento en que ese bastardo se cansó de abusar de él y terminó con su humillación.

Se puso su ropa con dificultad, debido a la debilidad de su cuerpo, y se marchó sin decir una palabra, no sin antes escuchar las ofensas y burlas del hombre.

Caminó con dificultad de regreso a la residencia, se lamentó por lo que había tenido que pasar pero no se arrepentía, haría cualquier cosa que fuera necesaria si eso le daba un rayo de esperanza y libertad, no deseaba nada más que irse de esa maldita casa para no regresar jamás.

Hola, ¿que les pareció el primer lemon de la historia? (y de mi vida). Siento que fuera uno como ese y no algo más romántico, pero era lo que tocaba. Espero que se lo hayan... ¿disfrutado? y no les haya resultado incómodo.
Por favor denme su opinión, quiero saber que les pareció o si hay algo que no les gustó o que podría haber escrito mejor. (⁠╥⁠﹏⁠╥⁠)

Saudade (YAOI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora