Abrí los ojos, me bajé de la cama, puse mis pies en mis pantuflas y me fui a dar un baño. El agua que caía sobre mi cuerpo me estaba mojando por completo todas las partes de este. Pero yo no tenía tiempo ahora para masturbarme, debería de estar llendo al trabajo y en vez de eso me había dormido, se me había hecho tarde y yo estaba ahí apenas empezando un baño, el cual acabé con mucho esfuerzo por que las ganas de dormir eran mayores a ir a trabajar un lunes.
Pero mientras me estaba bañando podía estar recordando lo que hice con Pablo en ese mismo baño la noche pasada. También recordando que ella estaba metida en un dilema, estar con un hombre casado que la trataba como si ella se mereciera ser la amante, o estar con un hombre como Pablo, aunque no lo conocía del todo pero cuando tenían esas platicas y esos encuentros, él me tenía loca por él y pensaba solo en que él era mi hombre perfecto, como si ya hubiese encontrado el príncipe azul.
Ya no sabía qué hace, me tenía que decidir por uno y claramente era mejor para mi estar con Pablo, por lo que cuando salí del baño ya tenía otra mentalidad diferente a la que entré.
Me alisté lo más rápido que pude, tomé un pan con leche y ese fue mi desayuno, después en el almuerzo comería algo diferente pero el tiempo estaba detrás de mí y ya no podía perder el tiempo en ese tipo de cosas.
Entrando a la empresa, me encontré con Pablo. Él se veía muy bien, con un saco negro y una corbata de color amarillo que tenía unas cuantas gotas de sangre en el diseño, yo veía que él se encontraba bien antes de notar que yo entrara. Pero en cuanto me vio se comenzó a poner un poco nervioso, creyó que no lo vi pero al contrario. Podía ver como estaba temblando cuando se acercó a mí.
–Fue un gusto comer contigo
–Sí. Fue un gusto
–Cuando quieras volver a tener una plática como la de ayer espero que me llames
–De hecho si me gustaría volver a comer contigo, espero que ese no sea un inconveniente para ti
–No. Si tengo tiempo luego te llamo
Él se fue y yo me quedé sola. Creí que hasta a mi había acabado la pequeña platica que tuvimos pero entonces él regresó. Me dio un beso en la mejilla, me dijo "Lo siento, nos vemos" y luego se fue y ahora si me había dejado sola.
Y después de eso me fui a mi oficina en donde estuve en mi silla solo por unos minutos hasta que llegó Armando.
–Deja lo que estás haciendo. Tienes que hacer algo más importante
– ¿Que hay más importante que estos reportes?
–Tienes que supervisar el casting del comercial Faster, es necesario que veas si las personas que están ahí cumplen el perfil
– ¿El comercial de Raymundo?
–No hay más comerciales de bebidas energéticas. Debes estar ahí porque es tu proyecto. Te quiero en la sala de producción
No pude decir que no. Tuve que ir a donde sea que el jefe quisiera que yo estuviera, él era la autoridad en la empresa y no podía desobedecerle, y tampoco podía sentir confianza por el desde el día en que me le insinué, pero esa ya era otra historia. Ahora estaba preocupada por otras cosas de las que mi jefe nunca tendría que enterarse y si se llegaba a enterar seria porque alguien fue con él y le contó el chisme. Lo bueno de que me haya mandado a hacer lo del casting fue que no se acordó de que había llegado tarde o me habría quitado un día de salario. Que suerte por ese lado.
Pero claro, yo no quería estar ahí, sabía que era parte de mi trabajo pero no quería tener que encontrarme con Raymundo, después de todas sus mentiras lo mejor para mí era estar lo más lejos posible de él.
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El hombre de mis sueños
RomanceEvelyn, una mujer que busca a su hombre ideal. Raymundo, ex actor porno, y Pablo, el hombre más atento que Evelyn haya podido conocer. Ahora Evelyn deberá escoger entre ellos dos. Pero el indicado no solo debe ser caballeroso y detallista, sino un h...