X. Nadie nos estaba mirando (Parte 2)

336 10 1
                                    

–Claro que sí. Hoy sale en televisión el comercial ya terminado en post producción de Bebidas Faster, y ya que es nuestro gran proyecto después de muchos que hemos tenido en estos meses les iba a dar el día para que no se agobien tanto

–Se lo agradezco señor pero aún tengo algunas cosas que hacer en la oficina

–Tú sabes cómo quieres utilizar tu tiempo, solo te digo que no sé hasta cuando les pueda dar otro día libre. Adiós

Armando se alejó de mí y yo me quede sola por completo, vi que casi no había nadie en el piso y le grité a Pablo:

–Nos quiere dar el día, así que no te adelantes mucho trabajo

Noté como, después de haberle dicho eso a Pablo, él alzó su pulgar derecho en señal que está a de acuerdo conmigo en lo que había dicho.

Luego entré en mi oficina. Apenas abrí la puerta y miré dentro por dos segundos como para tener ganas de salir de ella. Y es que ahí estaba Raymundo sentado en mi silla esperándome a que yo entrara como si yo fuese la presa y él el cazador.

–Fuera de aquí –Le dije

–No quiero, tenemos que hablar de algo importante –Se levantó de la silla y fue hasta donde mi –Quiero que hablemos de algo

–Si no es de mi trabajo no quiero saber nada –Le dije y estuve a punto de salir si no me hubiese apretado el brazo con su mano e impedido que yo saliera

–Esto es algo que tiene que ver con tu trabajo –Me dijo

–Suéltame –Le dije

Él de inmediato me soltó dejándome libre el brazo.

Ambos estábamos solos en la oficina, todos mis demás compañeros estaban afuera de la oficina, o todavía no habían llegado, probable me te les había llegado el rumor de que Armando nos iba a dar el día libre y lo habían aprovechado para estar más tiempo durmiendo mientras que yo tenía que pasar el tiempo con la unica persona que no quería ver.

–Te quiero confesar algo. Yo estuve enamorado de ti, y cuando te veía me olvidaba por completo de mi esposa. Pero lo nuestro ya no puede ser, mi avión sale esta tarde y yo me iré lejos de aquí –Se acercó con cuidado a mí y tomó una de las mías cubriéndola con las suyas – ¿Puedes decirme porque ya no me hablas? ¿Por qué no me dejas ni verte? Quiero tenerlo todo claro antes de irme y ya no poder verte

– ¿Quieres saber la verdadera razón? Me dijiste que estabas casado y no te podías enamorar de mí, pero luego vi un video en el que estabas follando con Verónica. Yo necesitaba un hombre que me ponga atención y que me haga sentí mujer, no como tú. Yo quería un hombre como Pablo, uno que sea atento a mí y no solo al sexo –Logré separar mis manos de las suyas –Por eso es que estoy con él y no contigo

Raymundo me miró fijamente a los ojos, yo lo podía notar, después de todo él fue el primer hombre en esta empresa que me miraba los ojos. Y mientras me estaba mirando con detenimiento, yo podía en sus ojos leer la tristeza que él estaba comenzando a sentir. No era una tristeza pasajera, este era una tristeza similar a la de un niño cuando le quitan su pelota, y así era como estaba viendo a Raymundo, yo era la pelota y él era el niño que se iba lejos de mí.

De sus ojos empezaron a brotar unas lágrimas que yo pude observar antes que él se las limpiara con la manga de su camisa.

–Aunque me vaya –Empezó a decir –Siempre te voy a recordar

–Sera mejor que te vayas de una vez, no quiero que llegues tarde a tu vuelo–Le terminé diciendo

No quería sonar como una perra sin sentimientos, pero así era como él me había tratado después de lo que sus actos me dijeron.

El hombre de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora