ᴏɴᴇ-ꜱʜᴏᴛ'ꜱ || ᴄʜɪᴄᴏꜱ ᴀɴɪᴍᴇ × ꜱᴇᴍᴇ ᴍᴀʟᴇ / ꜰᴇᴍᴀʟᴇ ʀᴇᴀᴅᴇʀ

【Ｒｕｖｅｌｌｉｓ Ｋａｍａｌｕｄｉｎ Ｓｈａｎａ Ｃａｓｔｉｎａ】

Reader: Male

Edad: 20 años

Altura: 1,79

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Ruve observaba con mucha atención todas las atenciones que su Rey Consorte le daba a aquel muchacho doncel, viendo con incomodidad como él le acariciaba la mejilla con tanto cariño, todo para intentar calmar el insesante llanto del joven.

Ciertamente la relación con su Rey se fue al caño desde que mandó a ejecutar a su antigua Reina Aristia la Monique, pues era bien sabido que estos dos se llevaban de maravilla a pesar de la personalidad fría y recervada de la difunta peliblanca.

Pero cuando por fin pensó que todo entre ellos estaba mejorando, apareció aquel niño con sus ojos color chocolate y con sus cabellos negros que brillaban hermosamente ante el sol solo para terminar de hechar a perder su relación.

Supuestamente era un niño bendito, pues había salido del mismo lugar del que vino la amada Emperatriz Jieun; cosa que después fue confirmada por el oráculo. Pero para él, aquel chico era tan solo una plaga de la que pronto se desaría.

Pero no contó con que T/n tomara a Harry como su concubino, para después dejarlo en cinta y amarlo tanto a él como a su hijo bastardo. ¡HABÍA EMBARAZADO A ESE MALDITO MOCOSO Y NO A ÉL! ¡NO A ÉL QUE ERA EL EMPERADOR!.

Harry era un simple amante, Ruve era su esposo, su Emperador. Pero tal parecía que al (c/c) no le importaba en lo absoluto, pues se encargó de darle todo lo que el pelinegro deseara durante su embarazo.

Lo favoreció bastante y eso dio mucho de que hablar, como que el Rey se estaba vengando por lo que le hizo a Lady Aristia o también que T/n amaba a aquel niño bendito por encima del Emperador.

Cosa que de cierta forma era verdad.
T/n había empezado a odiar a Ruve y a Jieun desde el insidente con Aristia, pero el enamorarse de Harry no tenía nada que ver con una venganza.

Solo estaba siguiendo a su corazón.

Pero bueno, ya sabiendo todo este contexto les diré que pasó para que el concubino se pusiera a llorar.

Resulta que el pelinegro había ido hacia el despacho del Emperador para hablar con él, le dijo todo lo que pensaba y también que esperaba que se llevaran bien; sonó tan sincero y amable que molestó a Ruve de sobremanera.

Pero cuando mencionó sobre su embarazo no pudo evitar explotar, el chico había dicho con la mejor onda del mundo que esperaba que él pronto cargara con el hijo de T/n también.

Sin embargo al parecer a Su Majestad no le gustó esto en lo absoluto, pues le había dado tremenda bofetada sin importarle su estado. Y para mala suerte del peliazul T/n había llegado a la sala, enojándose por lo que vio.

Pero afortunadamente el hombre mantuvo la compostura, solamente acercándose a su concubino para secarle las lágrimas y revisar su mejilla.

-¿Se da cuenta de lo que hace? -. Preguntó, mirando fríamente al hombre frente a él -. Harry está embarazado, Su Majestad. No puede golpearlo.

-Es un cuidadano de mi Imperio y un simple concubino -. Mencionó.

-Eso no le da derecho a abofetearlo, lleva a mi hijo en su vientre y por eso lo tomaré como un insulto hacia mi -. El (c/c) frunció el ceño.

-¿¡Enserio llamas "hijo" a ese niño bastardo!? ¡¡Tú solo tienes que llamar "hijos" a los bebés que salgan de mi vientre!! -. Gritó con enojo.

-Le guste o no siempre va a ser mi hijo, y aunque no salga del vientre de Su Majestad, de todas formas yo lo voy a amar -. Dijo -. Porqué a mi no me importa quien sea la madre de mi hijo, ese niño siempre llevará mi sangre y será parte de mi familia. Yo no soy como otros que por tener una disputa con la madre, se atreve a despreciar descarademente a su heredero -. Claramente hizo una referencia a lo que él le hizo a Aristia.

-¡Estás faltándome al respeto! -. Gritó.

-¡Es usted quien está faltándome al respeto a mi y a mi heredero! Y eso no lo voy a tolerar -. Apretó los dientes de la impotencia.

Quería proporcionarle una buena cachetada al hombre frente a él; para que tenga, para que lleve y para que guarde. Pero sabía que eso solo lo llevaría a la muerte, así que se contuvo.

-Yo no tengo porqué tenerle respeto a tu hijo bastardo, yo soy el Emperador -. Con aquellas palabras destruyó el poco respeto que T/n tenía hacia él.

El hombre tomó al doncel de la cintura y miró a Ruve con un profundo odio que rompió su corazón, estaba claro que ahora no quería tener nada que ver con él.

-Espero que se pudra en el infierno por ser tan egoísta -. El Rey reverenció al Emperador y se retiró con el muchacho en brazos.

-Maldito mocoso -. Apretó los puños, mientras las lágrimas saladas caían por sus mejillas.

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Los meses pasaron bastante rápido, tiempo en el cuál Ruve había intentado arreglar la relación con su esposo. Pidiéndole que olvidaran aquel insidente y tuvieran una noche de amor.

Cosa a la que el (c/c) al principio se negaba, pero con el tiempo terminó cediendo, después de todo tenían que tener hijos. Y sorpresivamente el Emperador resultó salir en cinta, causando un poco de celos en Harry y Jieun.

Hablando del primer mencionado, este ya había dado a luz. Tuvo una hermosa niña de cabellos (c/c) y ojos color chocolate, era preciosa. Parecía un pequeño ángel que alumbraría la vida del Duque de la casa T/a.

El Rey se encargó de darle todo a la pequeña y a su madre, tratando a su hija como una Princesa, reconociéndola ante toda la sociedad como su heredera.

Después de todo ella no portaba sangre Real, así que podría hacerse del Ducado de su padre sin problemas.

Esta reacción por parte de T/n no le importó mucho a Ruve, después de todo él ya tenía en su vientre al hijo del hombre, así que no se metería porqué lo que siempre quizo al fin estaba pasando.

Según los rumores parecía que al Rey le importaba mucho lo que le sucediera al Emperador, pero la verdad es que a su Alteza solo le interesaba el hijo que este estaba esperando; al fin y al cabo la relación de los dos ya estaba rota.

Pero intentarían mejorarla para darle el mejor ambiente familiar al bebé, pues lo que pasa entre los adultos se queda entre ellos; los hijos no tienen porqué sufrir lo errores de sus padres.

Y eso si, T/n dejaría que su hijo o hija con Ruve conviviera con su media hermana; no podría negarle tal cosa, el bebé tenía derecho.