【Cheshire de Borgia】

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Reader: Male

[ᴇʟ ꜱɪɢᴜɪᴇɴᴛᴇ ᴏɴᴇ-ꜱʜᴏᴛ ɴᴏ ᴘʀᴇᴛᴇɴᴅᴇ ꜱᴇʀ ᴏꜰᴇɴꜱɪᴠᴏ ᴘᴀʀᴀ ɴɪɴɢᴜɴᴀ ʀᴇʟɪɢɪÓɴ]
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Caminó por los pasillos del templo, refunfunando y maldiciendo en sus adentros al marido de su amada hermana Rudbeckia, no podía entender como es que tan fácilmente se comenzaron a amar.

Eso no era parte del plan, su inocente hermana no podía llevarse bien con la gente de ahí porque pronto ella regresaría a Romania, a su hogar, a donde pertenecía junto a él.

Levantó la mirada del suelo y dejó de arrastrar los pies, notando a la distancia a un fornido joven, el cual estaba parado firmemente pero mirando a todos lados, como si esperara encontrar a alguien.

Sintió que el tiempo se detuvo cuando sus miradas se conectaron, logrando en él un gran sonrojo por notar el inapropiado traje que portaba aquel muchacho desconocido, tenía el abdomen y parte del pecho descubierto, dejando a la vista su bien trabajado cuerpo.

Dejó de lado su vergüenza y se acercó a él frunciendo el ceño, dispuesto a castigarlo por andar por los pasillos del templo vestido de esa manera. Hace rato que se dio cuenta que él era un paladín, y le daba cierta envidia que el hubiera podido convertirse en uno.

-¡Oye, tu! ¿¡Qué haces vestido tan inapropiadamente en un lugar sagrado!? -. Gritó enfurecido, notando la indiferencia de aquel chico de cabellos (c/c).

-¿Usted es el hijo del papa? -. Prefuntó ignorando lo que él dijo.

-¡No ignores mi pregunta! -. Respiró profundo para no perder los estrivos -. Si, yo soy Cheshire de Borgia. ¿Qué es lo que quieres, irrespetuoso?.

-Me enviaron desde el Norte, traigo conmigo una carta de la Señora Rudbeckia -. Sacó un sobre de su bolsillo derecho.

-Dámela -. Se la quitó de las manos y comenzó a leerla, sintiendo hervir su sangre cuando su Ruby contaba lo bien que se llevaba con todos y en especial con su marido.

Arrugó la carta y la guardó en su propio bolsillo, dispuesto a llegar a la mansión y quemarla. Mientras bajaba su mirada, no pudo evitar mirar el caliente cuerpazo que se cargaba aquel caballero.

-Es de mala educación mirar el cuerpo de los demás de esa manera tan lasciva, al parecer el futuro papa será alguien que cometerá muchos pecados por culpa de su lujuria -. Preguntó T/n alzando una ceja, plantando una sonrisa picara en sus labios.

Sintió su rostro arder por la vergüenza, causando también que sus manos sudaran por le nerviosismo, pero respiró hondo intentando tranquilizarse, frunciendo el ceño.

-¿¡Cómo es posible que me hables de esa manera!? ¡Eres un pervertido! -. Exclamó cerrando los ojos, dándole el aspecto de una tímida chica enamorada.

Abrió los ojos rápidamente al sentir una mano tomando su barbilla, teniendo frente a él el fino rostro de aquel apuesto hombre. Sus mejillas se calentaron por creer que lo hiba a besar, avergonzándose de su propio pensamiento cuando el (c/c) se alejó.

-Dígame, señor Borgia -. Sonrió cínicamente, estando consciente del efecto que tenía en el joven religioso -. ¿Desea ser besado por mi? ¿Es capáz de dejar que un hombre lo convierta en un pecador?.

Su corazón latió con mucha fuerza, creyendo que en algún momento se le saldría por la boca. Las palabras de aquel hombre le provocaban sensaciones inexplicables, se negaba a caer ante sus encantos pero sin darse cuenta ya estaba entre los brazos del "demonio". Entregándose a él.

T/n posó su mano en la nuca del castaño, acercando su rostro al de este para unir sus labios en un lujurioso beso que dejó sin aliento al menor.
Las piernas de Cheshire se sentían frágiles, no parecía que podrían sostenerlo más tiempo, así que enrredó sus brazos en el cuello del paladín y este lo sostuvo a él por sus muslos, obligándolo a que se aferrara a su cintura con sus piernas.

Se derritió en el beso, ignorando el hecho de que con cada segundo que pasaba se quedaba sin aire. Su rostro explotó en un tono carmesí cuando el más alto empezó a acariciar su trasero, intentando meter sus manos dentro de su pantalón para tocar la piel de su parte íntima.

En aquel momento no pudo evitar compararse con una mujer deseosa de tener a su hombre adentro, aferrándose a la sensación de estar tan frágil en los brazos de alguien tan fuerte.
Sabía que probablemente ese sería uno de los mayores pecados que cometería en toda su vida, pero si se sentía tan bien entonces estaba dispuesto a convertirse en todo un pecador.

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-¡Ah-Ahmh~! ¡¡E-espera~!! ¡Y-y-o-yo no....~!! ¡¡Aahh~!! -. Sus ojos rodaron hacia la parte posterior de su cabeza, arqueando su espalda.

Intentó sostenerse de la pared sin éxito alguno, el placer que sentía por las embestidas dadas en su interior le impedían hacer cualquier otra cosa que no fuera gemir como una puta.

-¡Ches-shire~! ¡Eres una perra, una sucia zorra que se deja doblegar por mi gorda polla-! -. Le habló al oído, para luego empezar a chupar y morder su cuello dejando marcas -. Dime, ¿Quiéres más?.

-¡¡O-oh~!! ¡Papi, si~! ¡Má-MÁS~! ¡AHMN~! ¡¡Dame, más~!! -. Rogó, rasgando la pared del sagrado temblo, lastimándose las uñas.

Estaba avergonzado por sus suplicas y gritos, pero se sentía tan bien ser tomado por semejante animal que no le importaba demasiado si lo escuchaban. El muchacho detrás suyo solamente tomaba con fuerza sus caderas para que su trasero chocara contra su pelvis, creando un sonido morboso que deseaba que nadie más  que ellos dos escuchara.

Abrió los ojos como platos y sacó su lengua hacia afuera cuando el calor lo alcanzó hasta el cerebro, sollozando al sentir las estocadas siendo concentradas en su próstata, la cuál deseaba que pronto se llenara del semen caliente del (c/c).

El de ojos (c/o) dejó su cintura para pasar sus brazos por sus piernas, levantándolo en el aire. Moviéndose dentro suyo como una bestia, y sin poder evitarlo lo comparó con un animal en su época de celo.

Por tanto ejercicio terminó por correrse sobre su abdomen, apretando con sus paredes la polla larga y gruesa del activo, pero eso no pareció afectarle en lo absoluto ya que continuó como si nada, haciendo que su rostro se distorcionara por la sobreestimulación en su ano ya rojizo e hinchado.

Rezaba a los dioses porqué aquel momento con T/n no terminara nunca, quería seguir experimentando aquel abrumador placer que le hacía desgarrarse la garganta por sus gritos.

Era un descarado, rogando a Dios que le permitiera cometer tales pecados.
Tenía un pase VIP al infierno.

Pronto estuvo firme en el aire, recibiendo toda la lujuria del paladín en su entrañas, que sin previo aviso se tiñieron de blanco por el semen caliente que lo llenó hasta el borde.

ᴏɴᴇ-ꜱʜᴏᴛ'ꜱ || ᴄʜɪᴄᴏꜱ ᴀɴɪᴍᴇ × ꜱᴇᴍᴇ ᴍᴀʟᴇ / ꜰᴇᴍᴀʟᴇ ʀᴇᴀᴅᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora