【Iguro Obanai】

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Reader: Male

Puesto: Pilar de la visión

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No entendía como llegó a pensar que Iguro lo preferiría a él por encima de su amada Mitsuri. Si cuando esa mujer estaba cerca la amistad que ellos tenían no valía nada para el pelinegro, el tiempo que lo apoyó y estuvo con él dejaron de tener valor cuando Kanroji se integró a su vida.

Los dejó de lado a todos y dolía demasiado que incluso a él no le dirigía la palabra, sentía que se moría, estaba harto de sentirse menos y compararse con la pelirosa, pero no estaba listo para alejarse del pilar de la serpiente.

No odiaba a Kanjori, al contrario, la quería demasiado, era como su hermana pequeña. Y esa era la razón por la que dolía tanto, no esperaba semejante "traición" por parte de ella, sobre todo porqué le había contado sobre sus sentimientos.

Pero, ¿Ya que importaba? Obanai se enamoró de Mitsuri y con más razón.
Ella era encantadora, esplendida, tierna y muy hermosa, parecía un ángel.

Ya no había nada que hacer.

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-¡¡IGURO!! -. Gritó T/n a sus espaldas, corriendo directamente hacia el chico de vendas, dispuesto a tirarse a sus brazos y abrazarlo fuertemente.

El heterocromático simplemente suspiró, frunciendo el ceño escuchando su fastidiosa voz, lo que menos quería hacer ahora era verlo a él. Kaburamaru por el contrario prestó toda su atención al (c/c), como si realmente lo adorara cual religioso a su Dios, lo cual era cierto.

-No te atrevas... -. Alzó la voz, parando en seco al muchacho, mirándolo con disgusto -. A tocarme o te golpearé...

Al escucharlo Kaburamaru apretó el cuello del muchacho con su cuerpecito, notando la triste mirada de T/n. Odiaba que fuera indiferente con alguien que lo amaba incluso más que la otra.

-Oh... yo... lo siento -. Se disculpó con él, rascándose la nuca con una forzada sonrisa.

El pecho le dolía y quería llorar, su comportamiento hostil era algo frecuente desde hace años, pero esto era demasiado. Jamás se había negado a un abrazo suyo.

-Fastidioso -. Susurró para si mismo, pero sin querer el contrario lo escuchó, mordiéndose el labio por el dolor.

-¡¡AAAAAHHHHHHH!! -. Gritó una persona en la finca mariposa, desconcertando a todos.

Se dio la vuelta y secó las lágrimas que quisieron salir mientras corría hacia donde se escuchó el grito, siendo seguido por el pelinegro. Estaba seguro que fue Zenitsu quien gritó, ese niño era todo un llorón.

Le recordaba a él.

Iguro por su parte observó con atención los pasos rápidos que daba su amigo. No lograba comprender el porqué de ir tan apresuradamente a socorrer al rubio, porqué si sabía de quien se trataba.

Cuando llegaron el (c/c) casi rompe la puerta de la enfermería para entrar, ahí dentro observó a un Zenitsu temblando y llorado del miedo en una esquina, quien al verlo se le acercó y lo abrazó mientras sollozaba.

Sus ojos desiguales observaron al hombre más alto tomar entre sus brazos el fragil cuerpo del rubio que temblaba como maraca.

-¡T/n~! -. Gimió de terror -. Ayúdame, hay una araña ahí -. Señaló a dicho aracnido que estaba colgando de una "tela" colocada en el techo.

el rubio levantó su rostro lleno de lágrimas mientras hacía un puchero con sus labios, suplicándole al (c/c) que se hiciera cargo de aquel "monstruo". Tenía traumas con las arañas desde aquel incidente con el demonio Rui.

Tomó al chico llorón por las mejillas, besando su frente con delicadeza, transmitiéndole paz y tranquilidad.
Todo bajo la mirada disgustada del pelinegro, Obanai intentaba convencerse de que no había nada de que preocuparse porqué T/n era así con todos.

Quería dejar de sentir esa molestia insoportable en su corazón.

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Rió tontamente luego de tomarle el quinto sorbo a su bebida, su rostro rojo y su ojitos cerrados le daban un aspecto malditamente adorable e inocente.

Deseaba que todo hubiera estado perfecto, pero los coqueteos constantes del (c/c) hacia el menor a su lado arruinaban el momento, estaba cortejándolo tan descaradamente delante suyo.

Y mierda que dolía.

-Oye, Zen~. ¿Alguna vez te han dicho lo hermoso, precioso, potro y dioso total que eres? -. Preguntó perdido, mientras miraba tiernamente al Agatsuma que estaba hecho un tómate maduro.

-T/n, deja de molestarlo -. Susurró débilmente, tomando sin fuerzas las ropas del mayor.

-Ay, no molestes, Iguro. Eres fastidioso -. Se soltó del contrario sin mucho esfuerzo, ignorando la dolida y perpleja mirada de este.

Su labio tembló estúpidamente rápido debajo de sus vendas y sus ojos pronto se humedecieron, pestañeó muchas veces para evitar la salida de sus lágrimas saladas, mientras observaba la maldita escena que tenía en frente.

Esperaba que T/n se disculpra con él, o que le dijera que todo era una broma, pero eso nunca sucedió, solo lo ignoró para centrarse en Zenitsu, para besarle la mano y decirle cuando lo apreciaba.

Kaburamaru por su parte solo se aferró al cuello del muchacho que ya estaba temblando a causa del llanto, pero aún si le daba cierta tristeza la reacción del heterocromatico, creía que se tenía bien merecido aquel trato "indiferente".

-T/-... -. Su voz se cortó cuando intentó llamarlo de nuevo, pero fue interrumpido.

-¡Obanai! -. Gritó sonriente la pelirosa acercándose hacia los tres, pero su expresión cambió a una de preocupación al ver las acumuladas lágrimas en los ojos de la persona que tanto amaba -. ¿Obanai? ¿Qué pasó?.

Su voz sonaba alterada para todos, era obvio que estaba preocupada por el chico de cabellos negros, pero a él en ese momento la voz de la pelirosa sonaba irritante y molesta.

Estaba molesto y quería callarla, pensaba que era culpa de ella que T/n se comportara de esa manera con él, pero sabía bien que la culpa era suya.

¿Enserio había pensado que T/n lo amaría y lo esperaría por el resto de su vida?.
Realmente era patético.

T/n no hiba a hacer eso, él no sufriría toda su vida por alguien que no lo ama, le bastaba conocer a al alguien mucho mejor que él para olvidarlo.

Y la prueba estaba frente a él.

-Nada... no pasó nada -. Sintió a Kaburamaru dar caricias en su rostro para tranquilizarlo, aunque no sirvió de mucho.

ᴏɴᴇ-ꜱʜᴏᴛ'ꜱ || ᴄʜɪᴄᴏꜱ ᴀɴɪᴍᴇ × ꜱᴇᴍᴇ ᴍᴀʟᴇ / ꜰᴇᴍᴀʟᴇ ʀᴇᴀᴅᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora