¿Más Que Amigos?... (Slenderman x Jeff)

✨🎄ESPECIAL AÑO NUEVO🎄✨

Era un nuevo día, el último del año.

Jeff se levantó de su cómoda cama, no sin antes observar a su pareja, quien dormía plácidamente. Normalmente él se despertaba de primero, sin embargo, no lo juzgaba en lo absoluto, el clima estaba perfecto para quedarse así por lo que restara de la estación.

Acarició con cuidado la mano del otro, a lo que tuvo como respuesta un pequeño apretón. Sonrió ante esto.

No habían sido unos días fáciles para ninguno de los creepys, sin embargo, este ser a su lado intentaba mantener las cosas en calma. Tal vez era afortunado de tenerlo junto a él... o quizá era al revés.

Dió un pequeño beso en su palma antes de liberarla e irse por algo para comer a la planta baja. Fue una gran sorpresa ver que no era el único con la misma idea.

—Buenos días, Jack— canturreó mientras abría la nevera— ¿Todo bien?

—Jeff— saludó con una sonrisa cansada una vez había tragado su comida— Ahí vamos, ya sabes, niños y eso... como sea ¿Qué tal tú? Es extraño verte a estas horas por aquí.

—Estaba pensando en algunas cosas...— la verdad no sabía si contarle al contrario sobre sus ideas.

—¿Puedo ayudar en algo? Aunque si eso amerita esfuerzo físico no puedo, a duras penas logré bajar hasta aquí sin caerme... tanto— el pelinegro rió ante esto.

—Verás— inició, aún dudando de lo que estaba por decir— Tú sabes que Slender se ha esforzado mucho últimamente y quería devolverle ese favor de alguna u otra manera, como— suspiró y se cubrió el rostro un momento, sentía cómo la sangre le subía a las orejas— haciéndole saber que estoy y estaré a su lado... ¡Como agradecimiento!— dijo, haciendo énfasis en lo último.

—De acuerdo, eh... ¿Por qué no...— pensó por unos segundos el de máscara azulada— lo llevas a algún lugar? Puede ser uno en el que hayan compartido un buen momento. Aunque sea en medio de la nada, pero ya sabes. Donde hayan tenido una "primera vez"... o algo así.

—Me gusta, me gusta— repitió, probablemente se estaría copiando del mayor pero haría que valiera la pena.

—Sí, tampoco le hagas caso a alguien que se está quedando dormido. Haz lo que quieras o sientas que es lo correcto. Yo qué sé— suspiró cansado para luego darle una breve sonrisa y despedirse. El deber llamaba.

Desayunó rápido para ponerse en marcha. Tendría que avisar a unos cuantos creepys para que distrajeran al albino.

[...]

Había caído la noche, el momento en donde todo se ejecutaba.

Dejó una nota pegada en la puerta de la habitación que compartían, hecho esto, salió huyendo junto al perro de la familia hacia donde se encontraría con su amante. Estaba nervioso.

Sólo un poco.

Por otro lado, el segundo protagonista de esta historia salía del baño, los hombros le pesaban del movimiento constante que hubo.

Pudo detectar una hoja en la puerta, cosa que le extrañó un poco. Sin embargo, al leer su contenido, dejó salir una pequeña risa por lo bajo, estaba ansioso por ver con qué salía ahora el ojiazul.

Se vistió tal y como le fue indicado, una vez ya listo, se teletransportó a su destino: El lugar donde una vez vieron juntos las estrellas.

Seguía igual de hermoso, una pradera pequeña, rodeada de frondosos árboles. Un bello cielo nocturno acompañaba a la linda composición, y por último, el durazno del pastel, una serie de luces cálidas soportadas por una base rectangular en el centro de todo.