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-¿Qué puedo hacer por ti, Minjeong?- La chica estaba frustrada por sus innumerables peleas, pero aún así, estaba dispuesta a mejorarlo.

-El divorcio, que te vayas de la casa, que te olvides de mí. Con eso ayudarías mucho.- La castaña suspiró, escondiendo su rostro entre sus manos.

-Sabes que no puedo hacer eso. 

-Entonces me temo que no puedes hacer nada por mí, unnie.

Minjeong salió de la habitación sin voltear atrás. 

El dolor en su pecho era menos.

Pero existía. Y eso le recordaba que aún estaba condenada a seguir viendo a diario el rostro de su esposa, cada noche y cada mañana. 

Se acostó en su cama, una muy grande, la cual no compartía con nadie en mucho tiempo. Su habitación era la de invitados, pues una vez que encontró a su esposa con otra mujer en el cuarto que era de ellas, le provocaba repulsión y un gran trauma. 

Suspiró nuevamente, derrotada y sintiéndose indefensa. Quería recordar el día en que se enamoró, quería recordar el por qué lo hizo, ya que de no haberlo hecho no estaría llorando en ese mismo momento.

"¿Qué puedo hacer por ti?"

Minjeong repetía esa pregunta en su cabeza, una y otra vez, se cuestionaba si realmente quería el divorcio. Buscaba en el fondo de su corazón un poco de amor. Después de todo, aquella pelinegra había significado todo para ella. Y sin ella, se sentía perdida.

"No, Minjeong. No seas idiota." 

Se respondió y cerró sus ojos con fuerza, necesitaba dormir. Necesitaba descansar al menos una noche. 















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Historia muy muy cortita que nació de escuchar muchas veces Priority (canción tan más poderosa).

Empecemos el añito bien~

¿Qué puedo hacer por ti?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora