3. Quizás sí hay algo

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Entrenamiento

Empieza un nuevo día en las canchas. Enzo ya estaba ubicado en unas de las bicis y como era costumbre, Julián a su lado.

-¿Viste lo que mandaron al grupo?

Juli es el primero en sacar charla.

-Si, hermano. Terrible.

Responde así nomás. Su mirada ni siquiera estaba sobre su compañero, si no que sobre Emiliano que estaba en la otra punta, hablando con Papu Gomez.

-¿Y lo que dijo Mbappe? Ya me tiene cansado, boludo.

-Claro.

-Ayer hable Dibu y me dijo que ya se dio cuenta que vos gustas de él.

-¡¿Qué?!

Enzo más o menos se cae de la bici por las palabras que salen de la boca de su amigo.

­-Eso si escuchas, ¿no? Forro. Ni bola me estabas dando. ¿Me podés decir que te pasa? Desde ayer que estas medio raro.

-No me asustes, tarado. Y ando en cualquiera, eso si, perdón.

Enzo se estira para abrazarlo. Su compañero lo mira mal, pero lo recibe en sus brazos igualmente.

-Ya me di cuenta, por eso pregunto. ¿Sabes que no te voy a decir nada malo, ¿no?

Juli suaviza sus expresiones y el tono que estaba usando. Eso le da calma a Enzo.

-¿Es por él devuelta?

-Si.

Enzo ya se siente un cargoso por hablarle a su amigo siempre de lo mismo. El otro seguro ya se hincho los huevos y lo quiere mandar a la mierda.

-¿Y? ¿Hablaron al final? Digo, él se acercó anoche a la mesa.

-Me pidió disculpas por eso que hizo. Le explique que estaba todo bien, que no me enoje, ni nada. Tire chamuyo que estaba mal por el tema de los penales. Me dijo cosas como: sos importante para el equipo, etc, etc. Ahí ya estaba todo tranqui, pero creo que me vio medio mal, entonces me abrazo.

Enzo explicaba toda la situación con una sonrisa en la cara.

-Estas hasta las manos.

El 9 de la selección se tapa las manos con la cara de la vergüenza ajena.

-No me digas eso que me da más vergüenza a mi que a vos. Te juro que no lo puedo controlar.

-Lo importante acá es que él se está moviendo. Era hora. Y ya te dije, no es muy diferente a lo que sentís vos.

-No se que flasheas, Juli. El dibu es buena persona y nada más, mira como es con todos.

-¿Y que me decis de el beso de ayer? Nunca lo vi hacer eso.

-Pero, Ju, si vos sabes que es re jodon...

Enzo insiste y es que, en su cabeza, no es posible que Emiliano lo vea de otra forma más que compañeros de equipo.

-Podes preguntarle a cualquiera de acá y vas a ver que a vos te mira de otra forma, pero bueno. A esta altura espero que haga algo porque si espero de vos...

-Que amigazo sos, eh. Te agradezco la confianza, pa.

Juli se rie, le tira un par de palmaditas en la espalda y se baja de la bici. Se aleja de él, uniéndose con sus otros compañeros de equipo. Enzo se apura para seguirlos.

El entrenamiento transcurre como siempre. Primero entrenaban cada uno individualmente, después se ponían en parejas, se dividían todos en dos equipos y cuando ya quedaba media hora, Scaloni daba la orden de practicar los penales.

-Enzo, ponete con Armani. Quiero que practiques sólo con él.

-¿Pero no era con...?

-¿Tenes alguna queja?

El DT lo interrumpe. Su mirada seria hace que se calle y solo asiente, haciendo caso a lo que ordena. No es que tenga algún problema con Armani, pero estuvo esperando toda la mañana para estar a solas con Emiliano y aunque sabe que no es lo ideal para su corazón, se siente un poco decepcionado.

En la media hora que quedaba de entrenamiento se dispuso a patear esos penales. Al final pudo dejar de lado su desilusión y se concentro en el momento. Tampoco podía bajar su rendimiento por un capricho. Todo iba perfecto, hasta que siente la mirada de Emiliano sobre él. Eso lo puso nervioso. Justo tenía que patear por última vez y la tiró a cualquier lado. El nombrado se ríe.

¿Y este por qué se ríe?

El entrenamiento finaliza. Scaloni lo felicitó porque se había errado pocos penales. Lo animó para seguir trabajando. Enzo estaba agotado. Se tira de espaldas a la cancha y se baja un litro de agua. Cierra sus ojos un momento, trata de recuperar su respiración agitada por el cansancio. De repente siente un peso a su lado. Una cabeza apoyándose sobre su hombro.

-Como me abandonaste hoy, Enzurri. Y eso que te estuve esperando. Tenía muchas ganas de estar con vos.

El morocho abre los ojos rápidamente al reconocer la voz de la persona en la que estuvo pensando toda la mañana. Se gira para encontrarse con esos ojos y esa sonrisa de chamuyero que lo hacen caer por él cada día un poquito más.

-¿De estar conmigo? ¿Desde cuando?

Enzo pregunta, intrigado por la confesión.

-Digo, siento que te debo una, queria que practiquemos juntos para darte un par de tips.

-Ah, eso.

La desilución en su voz se nota de aca a la esquina.

¿Qué querías? ¿Que venga y te diga que queria estar con vos porque siente lo mismo? Es obvio que esto es un compromiso para él, se siente en deuda.

-¡Bueno, che! Crei que al menos ibas a querer, pero sino no pasa nada.

-¡No, no! No es eso.

El más chico lo toma de la mano de forma automatica e incosciente.

-Es que me quede pensando que yo también quería entrenar con vos.

Se anima a decir. El arquero sonríe por la unión de sus manos.

-Pero Scalo no quiso.

-Bueno, hay chances todavía.

-¿Qué propones?

-Puede ser fuera del horario de entrenamiento, pero no sé si te la bancas.

Le dice, como desafiándolo.

-¿Te parece que no puedo?

Levanta una ceja. Lo mira ofendido.

-Y, que se yo. Eso esta en vos, Enzo.

El arquero siempre iba un paso por delante de él. Usa una de sus manos libres para posarla sobre su abdomen, dando caricias en círculos también en esa zona. La voz ronca que usa cuando habla y el toque de sus manos grandes hacen que el morocho se estremezca.

-Si te animas te espero 20:00 hs acá.

Susurra en su oido antes de retirarse de la cancha, dejando a un Enzo confundido y perdido por el repentino cambio entre ellos estos días. Lo que el más chico no sabe es que Emiliano estuvo toda la noche pensando en los sucesos ocurridos el día anterior. Él le había dejado en claro que no tenía problema con lo que pasó, entonces, ¿No le había molestado el beso? En su mente, buscando en recuerdos viejos, nunca lo vio así. ¿Qué es lo que cambió entre ellos? Porque por su parte, él hace mucho tiene en claro sus sentimientos por su compañero de equipo. Lo que sí le queda en duda, son esos sentimientos de Enzo hacía él. Hasta ahora se imaginaba que el mas chico no le pasaba nada con él, pero, a partir de su actitud tímida, de esos ojos que quieren encontrarse con los suyos, de sus sonrojos, le deja una pizca de duda de que quizás sí hay algo. En el fondo, quisiera pensar que él le corresponde. Aferrándose a aquello, su misión es acercarse de apoco para no asustarlo y que salga corriendo. Aunque el plan que llevaba a cabo era peligroso, porque cada ve que tenía a Enzo tan cerca, le costaba pensar con claridad y ser paciente.

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Vivan los gayssssssssss!!! 🤪

Penal | Dibu x EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora