7. No me alejes más

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Partido contra Croacia.

La calma se mantuvo todos esos días. Las discusiones y peleas quedaron atrás, al menos por esos días. Y por suerte fue así, porque la semifinal de la copa del mundo llegó. Cada uno se enfoco en su trabajo para ayudar al equipo. El que la tuvo más difícil fue Enzo, los jugadores de Croacia no dejaban de buscar la posibilidad de alcanzarlos y tener una posibilidad de gol en el partido. A pesar de esos intentos, todos fueron fallidos. La selección argentina fue superior, dejando el marcador 3-0.  Como era costumbre, todos los jugadores compartieron la cena en el predio de Qatar. Emiliano y Enzo no se hablaban desde que terminó el partido porque no encontraron el momento adecuado para hacerlo. Aún así, se las arreglaban para darse alguna que otra mirada. Ni bien terminan de comer, todo el plantel (excepto Enzo y Emiliano) aprovechan para ver a sus más cercanos fuera de ese lugar. Las familias de los dos jugadores mencionados pensaban asistir recién para la final de la copa, por lo que ambos se quedan sin hacer nada. El morocho tenía planes de irse a la pieza, ponerse cualquier serie que encuentre en la tele y después irse a dormir, después de todo, con el partido, más los festejos, no le quedaban muchas energías en el cuerpo, pero el arquero tenía otros planes: quería aunque sea un mínimo contacto físico con su compañero de cuarto.

—¿Ya te ibas?

Emiliano se puso de frente, tapando el camino a la habitación que compartían los dos. La mirada de Enzo enseguida se fija en la bolsa en su mano que contenía dos potes de helado adentro.

—¿De dónde sacaste eso?

Una sonrisa aparece en su cara. A Enzo le encantaba el helado y no lo podía ocultar.

—Tengo mis contactos. 

Le dedica una sonrisa también.

 —¿Tenes ganas de acompañarme? Yo la verdad no tengo sueño todavía.

—Si me compartís helado sí.

—¿Para quién pensabas que son los dos potes sino?

Larga una risita.

—Y... no sé. Capaz tenías otro invitado.

—El único que se me cruzó por la cabeza fuiste vos. Bueno, últimamente ocupas la mayoría de mis pensamientos, ¿a vos te parece?

Emiliano avanza un paso para adelante, chocándose con el cuerpo de Enzo, así teniendo ese contacto que deseaba tanto desde hace horas.

—¿Y por qué andas pensando tanto en mi? 

Se anima a preguntar. Las manos del morocho se posan sobre la mejilla de la persona frente a él. Sus dedos se mueven lentamente, dejando caricias ahí.

—¿En serio me vas a hacer explicartelo? 

Las comisuras del arquero se elevan, regalandole una sonrisa. Enzo asiente, esperando su respuesta. 

—No sé si estas preparado para escucharlo.

—No sé, pero venís acá, con helado... Si esto era lo que querías, te salió bien.

 Al más chico se le pone la piel de gallina por la cercanía y por las palabras dichas, porque, hablando seriamente, ¿qué clase de compañeros se decían esas cosas? Su agarre de debilita, soltando su mano y dejandola en el aire. El más alto lo toma, sin dejarlo huir y la vuelve a poner en su mejilla. Emiliano utiliza uno de sus dedos para levantar su barbilla y su rostro se mueve un poco hacia abajo, tratando de quedar más cerca de su altura.

—¿Por qué te contenes tanto entonces?

 A Enzo no le queda otra que mirarlo a los ojos. Ninguno de los dos hablaba y el 24 de la selección desea con todas sus ganas mirar a otro lado y correr, pero también le tentaba la idea de saber que podría pasar si seguían así. Sus ojos se desvian un poco hacia abajo, justo sobre los labios del arquero que no se queda atrás y lo imita. Se relame los labios.  Las ganas que tenía de comerle la boca se reflejaban en sus ojos, llenos de deseo.

Penal | Dibu x EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora