13. Dudas

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No duda en encajarle una piña directo en su boca. La sangre empieza a correr por sus labios y cuando se quiere limpiar, no llega a hacerlo porque la persona frente a él todavía tenia intenciones de seguir. Otra y otra y otra. Alexis con suerte llega a golpearlo una vez, pero claramente el que lideraba la pelea era Alejandro. 

—¿Ahora entendes por qué no tenes que joder? Nadie cree en vos, Alexis. En cambio, yo, tengo la confianza de todo el equipo. Espero que esto te deje una enseñanza la próxima que quieras venir a pegarme, pelotudo.

La mano del mayor se alza para dar un último golpe, pero esta queda a mitad de camino porque alguien lo detiene. Levanta la vista, era Julián. Mira por detrás de su hombro, dos personas más: Cuti y Licha. 

—¿Qué pasa acá?

Romero pregunta, a la par de acercarse hasta ambos y separarlos. Su rostro, confundido, al igual que todos los recién llegados.

Julián nota como el menor tiene más heridas que su otro compañero. Enseguida se levanta para ir a buscar un botiquín y vuelve a los segundos. Prepara el algodón con pervinox y lo pasa suavemente por su rostro lastimado. 

—¿Qué pasó?

Julián le pregunta sólo a él. Aunque se lo pregunto en un susurro, se podía escuchar en todo el pasillo que desde hace minutos está silencioso. Alexis temblaba un poco y se aguantaba las ganas de llorar. No era posible trasmitir ni una palabra y Julián lo entiende porque se calla mientras lo sigue limpiando. 

—Pregunten ustedes a él que le pasa. Me tiene bronca y no sé por qué. Apenas me lo cruce y me quiso pegar.

Alejandro se anima a responder. El estado de él era el mismo que Alexis: su voz rota por la situación y lagrimas que caían por sus ojos. 

—¿Es posta? 

Licha hace su primera pregunta desde que llega y tiene miedo de saber la respuesta. Ahora todos miraban al menor, esperando por la respuesta. El único que no lo miraba era Julián, que se mueve hasta Alejandro para curar la única herida que tenía en la esquina del labio.

—¿Por qué voy a mentir? Y-yo tampoco no lo puedo creer. Teniendo un grupo tan lindo y ahora esto... 

Alejandro rompe en llanto. Cubre su rostro con sus manos para que sus compañeros no lo vean. Romero se acerca hasta él para reconfortarlo con una caricia en su hombro.  

Julián sentía algo raro de la situación: muchas cosas no cuadraba y eso mismo es lo que lo lleva a preguntarle algo a su compañero de equipo.

—¿Si él te vino a pegar por qué parece que vos lo golpeaste más veces?

Silencio otra vez. Alejandro se toma su tiempo para responder.

—¿Vos te quedas quieto si te pegan? Me defendí. 

—¡Mira como lo dejaste! ¿No te causa nada verlo así?

—¿Cómo no me va a causar nada? ¿Por qué te pensas que estoy llorando? Justo le iba a pedir disculpas y vinieron ustedes

—¿Vos pedis disculpas a las piñas, enfermo? 

Julián ya no soportaba que le mientan en la cara. Ahora el que agarra con fuerza de la remera de Alejandro era él, enfurecido con la situación.

—¡Ey! ¡Ey! Basta. -Cristian los empuja a ambos para separarlos. —Me parece mejor dejarlo acá, porque si la cosa sigue así, nos vamos a cagar peleando entre todos. 

—Aparte Maca no puede hablar tampoco. 

Licha estaba junto al nombrado, acariciandolo por la espalda. 

Penal | Dibu x EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora