11

1.9K 204 71
                                    

  — C-Contesta... Tae... Por favor...

  Jungkook sollozaba al teléfono recostado en el escritorio de Ji Sang. Aún no le dirigía la palabra a la mayor, por lo que había optado por escabullirse esa noche a su oficina para llamar a su hyung. Quería que lo viniese a buscar e ir a su casa, quedarse con él, vivir con él. Ya no aguantaba estar allí.

  Todos los días eran iguales, Ji Sang por alguna razón ya no estaba tan presente, los nuevos ayudantes ya no era tan amables, y el ambiente en general se había vuelto deprimente. Muchos de los niños con los que se había encariñado, a pesar de no entablar con ellos, se habían ido, había chicos nuevos, menores y más grandes, chicos transferidos a quien tampoco les importaba estar allí, no cuidaban nada.

  Jimin era el único allí en el que podía confiar plenamente, pero ahora no lo sentía tan cercano, a sus quince años había descubierto la diversión de coquetear y comenzar a salir, Jungkook no lo entendía, aunque solo fuese dos años menor que él sentía que jamás lograría comprenderlo, él sólo tenía a una única persona en mente.

  — Jungkook —El nombrado cortó la llamada inmediatamente cuando Ji Sang ingresó a la oficina cruzada de brazos. Jungkook intentó escapar rápidamente, sin éxito cuando la mayor cerró la puerta tras suyo. — Son las dos de la madrugada, no puedes entrar aquí deberías estar en la cama, mucho menos sin permiso —.

  El azabache no emitió palabra alguna ni la vió a los ojos, seguiría con su ley de hielo. Ella había dejado que intentaran adoptarlo, había cruzado una línea.

  — Amor, sé que estás molesto conmigo... Y que no quieres conocer a nadie más, pero Koo, no quiero que estés solo —. La mujer se inclinó ligeramente hacia él buscando captar su atención. Él se mantuvo cabizbajo. — Realmente te haría bien darles una oportunidad —.

  — ¡No me interesa! —Exclamó aún sin alzar la mirada. No quería levantarle la voz, pero solo lo había hecho sin pensar. ¿Había comenzado su fase de rebeldía? — N-No quiero, yo ya tengo a alguien —.

  — Koo, tu mam-

  — ¡Tae! ¡Tengo a Tae! ¡No necesito a nadie más! ¿Es tan difícil de entender?

  Finalmente aprovechó la distracción de la mayor y abrió la puerta dejando la oficina en dirección a su cuarto. Ya no quería entablar con ella ni con nadie del establecimiento. Nadie lo entendía, y se negaba a aceptar que Taehyung era uno más en no comprenderlo.

  Había crecido, talvez su madurez aún no era la suficiente para comprender algunos temas, pero podía notar y ver la distancia que Kim aguardaba cada vez que intentaba acercarse. Él solía ser dulce e intentaba mimosearlo siempre que podía en el pasado, sin embargo, ahora sólo parecía venir a verlo por compromiso, sólo lo recordaba cuándo a duras penas y a escondidas Jungkook lo llamaba. Sabía que él estaba ocupado en la universidad y un pequeño empleo que había conseguido, pero la realidad era que más allá de eso, él comenzaba a olvidarlo.

  Esa noche lloró solo en su habitación compartida. ¿Jimin? Se había escapado a ver a quién sabe quién. Él era mayor y más astuto, no lo atrapaban fácilmente como al menor. Jungkook lo envidiaba un poco. Quería crecer, ser aunque sea lo suficiente para que Taehyung notara su presencia. Ser un chico que podía estar a su alrededor sin verse cómo una pequeña molestia que debía estar en la escuela.

  Él dijo que talvez lo vería el lunes. Apenas era sábado, y a pesar de que su buen comportamiento tenía que perdurar tres semanas, sentía que él no vendría hasta después de éstas. Lo extrañaba. Sólo quería acurrucarse entre sus cálidos brazos y descansar allí una eternidad. Jamás se cansaría de él. Incluso sí la esperanza de que algún día sus labios correspondieran a los suyos era nula, se conformaría con estar a su lado.

"¡Adópteme Hyung!".~ Taekook~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora