Capítulo 2

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AL DIA SIGUIENTE

NARRADORA

El día era hermoso, con el sol radiante y sin ninguna nube. Los rayos del sol lograron despertar a un joven pelirrojo que se movía de un lado a otro tratando de encontrar un posición cómoda para volver a dormir. Al no volver a conciliar el sueño, se sentó  con los ojos aun cerrados, levantó los brazos y estiró un poco los músculos adoloridos. 

Al abrir los ojos quedó sorprendido y algo asustado. Se puso de pie de inmediato mirando a su alrededor, al ver a su hermana durmiendo se acercó a ella, noto la vestimenta rara que tenía su hermana se observó así mismo notando que él también tenía puesto una vestimenta rara y conocida a la vez. 

— Naia, despierta —la movió varias veces, pero la chica seguía durmiendo.

El joven se acercó a la orilla para tomar entre sus manos un poco de agua, caminó con cuidado hacia su hermana y le lanzó el agua en la cara.

— ¡AAHHH! —grito la pelirroja sentándose de golpe.

— Al fin despiertas.

— ¡DAIKIIII! ¿POR QUÉ ME DESPIERTAS ASÍ? —volvió a gritar sin darse cuenta de lo que pasaba

— Calmate y mira a tu alrededor —dijo para luego mirar él también a los alrededores. Ella miró a todos lados y luego se levantó.

— ¿Dónde estamos y qué hacemos aquí? —pregunto asustada.

—No se como llegamos, pero creo que estamos en una isla —respondió empezando a caminar —vamos a revisar el lugar.

— Sí —dijo caminando a su lado —¿De donde sacaste esa ropa?

— Ya la tenía puesta cuando desperté. Tu también tienes ropa extraña —dijo señalando la.

— ¿Qué? —se miró a sí misma — Oh, es verdad.

No nesecitaron caminar mucho para darse cuenta de que están en una isla desierta y pequeña.

— No hay nada aquí, solo rocas y arena. Esta isla es pequeña —dijo Naia con enojo mirando al suelo y pateando una roca —¿Como haremos para volver a casa, Daiki?

— No lo sé, ni siquiera sé cómo llegamos aquí —siguió observando el lugar que le parecía algo familiar— Naia, ¿no te parece conocido el lugar?.

— Mmmm.... no lo sé, jamás hemos ido a una isla —contestó sin prestarle mucha atención, no quitaba su mirada de la vestimenta.

— No me refería a eso, lo que quiero decir es que quizás lo hemos visto en la tele o en la compu —dijo dejando de caminar, eso provocó que su hermana chocara con su espalda— Naia, porque no te concentras aunque sea por esta vez.

— ¿Ah? Está bien —miró otra vez a su alrededor en especial a la roca grande situada casi al centro de la isla, camino por un buen rato— AAHHH NO PUEDE SER. —grito mientras observaba sorprendida la roca.

— ¿Qué? ¿Sabes donde estamos? —pregunto esperanzado.

— Anoche olvidé cargar mi celular.

Hubo un silencio por varios segundos, hasta que le dió un tic en el ojo derecho al joven perdiendo la paciencia.

— Naia, esto es serio. —dijo frunciendo el ceño.

— Ya lo sé, pero si hubiera cargado mi celular, ahora mismo habría sonado la alarma y me habría despertado de este extraño sueño ¿no crees? —explicó sin mirarlo. El pelirrojo frunció más el ceño y acercó su mano al brazo de la chica— ¡AAAAHHH! ¿QUÉ HACES? —pregunto enojada mientras se frotaba el brazo en donde recibió el pellizco.

Como entrenar a tu dragon (Hipo x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora