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¿AMOR?

Las cosas estaban tensas. Gwayne partió hacia Oldtown con la comitiva Hightower una semana después de la boda, un día antes de la comitiva de los Stark, y con su partida todo estalló. Alicent era la nueva Reina y como tal tenía nuevas ocupaciones, por eso Raveena se nombró a sí misma su dama de compañía para ayudarla en todo lo que pudiera, Rhaenyra también la ayudaba a pesar de estar ocupada con sus deberes como heredera. La vieja rutina de la familia Hightower cambió drásticamente en cuestión de días, ya no se reunían a comer y muy poco se les veía juntos. Raveena evitaba a su esposo a toda costa y cuando él exigía ver a Darian era Alicent quien se lo llevaba porque ella si veía a su padre.

—¿Cuanto tiempo crees que sigan así?—Rhaenyra preguntó viendo como Alicent cargaba a su hermano menor.

—Mamá está muy molesta, no creo que sea tan fácil para papá recuperar la paz que teníamos—la mayor suspiro besando la cabeza de su hermano—. Desearía que Gwayne se hubiese quedado, quizás él podría hacer algo.

—Yo creo que quizás deban darse algo de tiempo—murmuró la menor—, ambos deben pensar bien en lo que sienten.

—¿Desde cuándo te volviste tan sabia en esos temas?

—Estuve leyendo—se encogió de hombros—. Le prometí a Syrax que iríamos a volar, ¿Te veo después?

Alicent asintió y dejó que su mejor amiga se fuera. Cuando se encontró sola en su nueva habitación no pudo evitar pensar en lo que Rhaenyra había dicho, tiempo, quizás ella tenía razón. El día después de su boda habló con su padre y él le dijo lo que había escuchado de su madre, planea irse al Norte le había dicho y Alicent nunca había visto a su padre de esa forma. Claramente no quería que se fuera, pero ¿Y eso era lo que necesitaba?

—Majestad, la Mano del Rey—anunciaron sacándola de sus pensamientos.

—Padre—saludó con una media sonrisa.

—Hija—Otto se acercó a ella—, ¿Dónde está tu madre?

—Yo...no lo sé—le entregó a su hermano con cuidado—, creo que está en la ciudad.

Otto asintió y se sentó en una silla acomodando a su hijo que sonreía sacudiendo un juguete de madera, regalo del Rey.

—Padre...—llamó Alicent con voz baja—estuve pensando sobre lo que dijiste.

—¿Qué cosa?—él no la miró, siguió mirando a su hijo. —Te he dicho muchas cosas.

—Sobre madre regresando al Norte.

Apenas las palabras salieron de su boca su padre se tenso y la miró con el entrecejo fruncido. Ella apartó la mirada y se sentó en la silla frente a él jugando con sus manos.

—¿Tú la amas?—se atrevió a preguntar.

No hubo respuesta, sólo silencio. Darian balbuceo moviendo sus manos y entonces el mayor de los presentes se levantó, Alicent no lo detuvo cuando lo vio caminar hacia la puerta. Cuando la puerta se abrió fue que ella habló otra vez.

—Quizás deberíamos dejarla ir.

La puerta se cerró detrás de su padre y ella respiró profundo, solo quería que todo se solucionara lo más pronto posible.

Raveena regresó a la fortaleza con una sonrisa y una bolsa llena de cosas que compró en el mercado. Desde que su padre le comentó sobre tener un heredero para Winterfell ella se dedicó a tejer y coser ropas para su futuro hermano, decir que eso no la emocionaba sería mentira. Pero más que su deseo de tener un hermano, lo que la emocionaba era la idea de regresar al Norte y estar con su familia por tiempo indefinido.

mockingbird. (otto hightower)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora