mockingbird. (otto hightower)

20; TE AMO

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TE AMO

Llegaron a King's Landing justo a tiempo para conocer al hijo de Daemon y Laena, Aegon III Targaryen. Cuando se enteraron del nombre del niño Aegon hizo toda una charla de cómo iba a ser su mentor, cosa que hizo reír a todos porque él no era exactamente el mejor ejemplo a seguir. El exilio de Daemon fue levantado por el Rey, pero no le duró mucho porque el día que regresaban a Driftmark ayudó a que los niños se robaran la corona y eso le ganó otro exilio. En fin, otro día normal en la familia.

—¿Dónde están los niños?—Otto preguntó al ver la mesa vacía.

—Están con Gwayne—Raveena lo miró dándole un trago a su copa de vino—, ya mande a que los llamaran.

—¿Entrenando?—ella asintió—¿Es seguro que Idalia entrene?

—Es mejor que sepa defenderse, no siempre va a tener a alguien que pueda defenderla.

Desde que regresaron de Winterfell, tres días atrás, Idalia había decidido que era momento de aprender a usar la daga que su tío Daemon le había regalado. Por suerte Gwayne se ofreció a ayudarla, y aunque Otto se mostró reacio a dejar a su hija entrenar no pudo hacer nada para evitarlo. Darian había estado más que emocionado ante la idea de su hermana uniéndose a sus entrenamientos e incluso intentó hacer que Helaena se uniera, pero la princesa se negó diciendo que eso no era para ella.

—Estamos aquí—Gwayne anunció.

Los tres aparecieron sucios por el entrenamiento y Raveena tuvo que contener el impulso de mandarlos a darse un baño. Los lobos que iban con ellos fueron directamente a la esquina del comedor donde les esperaba su comida mientras sus dueños se acercaban a la mesa.

—¿Cómo estuvo el entrenamiento?—preguntó Otto cuando se sentaron.

—Fue increíble—Idalia respondió con una sonrisa.

—Parece que mis hermanos tienen talento natural para la guerra—Gwayne revolvió el cabello de Darian.

—¡Hey!—el menor se quejó.

Comieron hablando sobre cosas triviales, como siempre solían hacer. De vez en cuando se reían por algo que los niños decían y todo se sentía tan pacifico que por momentos Raveena dudaba que aquello fuese real. Si hace unos años atrás le hubieran dicho que tendría una familia con la persona que odiaba ella se hubiese reído de tal pesadilla, pero ahora que veía a su familia reunida le parecía el mejor de los sueños. Inconscientemente estiró su mano agarrando la de su esposo bajo la mesa mientras escuchaba a su hija hablar sobre una araña que encontró con Helaena. Otto sostuvo la mano de su esposa girando la cabeza para verla, era una vista que apreciaba cada momento, no había nada que le gustase más que verla sonriendo con sus hijos.

—Tengo que regresar—Gwayne se levantó—, los veré más tarde.

El mayor se despidió de sus hermanos y salió del comedor con su lobo siguiéndolo de cerca. Los siguientes en irse fueron Darian e Idalia que decidieron esperar en sus habitaciones a que les prepararan un baño, Fatum siguió a su dueño sin dudar.

—¿Tienes que irte?—Raveena miró a su esposo.

—Tengo un par de horas libres antes de la reunión del consejo—Otto subió sus manos unidas y beso la mano de su esposa—, ¿Irás con Alicent?

—Alicent quería pasar tiempo con Helaena, no quisiera molestarlas—se inclinó hacia él y dejó un beso en su mejilla—, además tengo que asegurarme que nuestros hijos se bañen y no causen un desastre.