「6」𝔭𝔞𝔠𝔱

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CAPÍTULO SEIS
pacto
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Llegar tarde para defender a sus hijos era una carga imperdonable que siempre permanecería en la consciencia de Rhaenyra (perdería a casi todos sus muchachos tarde o temprano por sus faltas)

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Llegar tarde para defender a sus hijos era una carga imperdonable que siempre permanecería en la consciencia de Rhaenyra (perdería a casi todos sus muchachos tarde o temprano por sus faltas).

Sin embargo, ver a su hermano (su hermano y no Alicent, nunca Alicent) frente a Luke y Jace alivió una poco su culpa. Había sangre oscura por todas partes y la imagen grotesca que el príncipe Aemond encarnaba frente a ella era digna de estar en alguna carnicería y no en un castillo.

La Reina pidió retribución por el ojo perdido (ojo por ojo, hijo por hijo).

— Madre, Lucerys es sólo un niño — habló finalmente Valerius y toda la sala quedó muda.

Alicent por su parte miró a su hijo de cabellos oscuros como si hubiera perdido la cabeza.

Los ojos violetas de Rhaenyra se dirigieron a aquel niño al que enseñó a montar un dragón y se sintió conmocionada al descubrir que ese niño ingenuo ya no existía. Desde algún lugar en la habitación, ella sintió la mirada sagaz de Daemon posarse en Valerius y Rhaenyra tuvo el impulso de gruñir y mostrar los dientes en defensa del pelinegro. Pero ella sabía que su medio hermano (lo único bueno que había salido de Alicent) solo estaba enfocado en Lucerys.

Valerius era el que estaba dando la cara por ellos cuando apenas y era un hombre ante los ojos de la corte. Era el único dispuesto a hacer algo y algo apretó el corazón de Rhaenyra al notar que Daemon se había quedado en las sombras (ni siquiera él se acercó a defenderla a ella o a sus hijos).

—¿Qué, hijo? —Alicent apretó los puños a su costado mientras miraba la escena frente a ella.

—Míralo, madre — señaló Valerius—. No es más que un niño...

—¿"Un niño"? —los ojos de Alicent se abrieron por la incredulidad. —¡Tu hermano está sin un ojo! ¿No es un niño también, no tiene miedo?

Rhaenyra se mordió el labio mientras miraba a sus medios hermanos. Alicent tenía razón, pero aún así no podía dejar que Luke fuera mutilado (preferiría matarse ella misma a dejar que eso pasara). Aegon parecía confundido, Aemond se encontraba sentado pero con un ojo muy abierto y resentido mirando en su dirección mientras que Helaena fingía mirar a otro lado.

—Mi sobrino debería ser castigado—declaró Valerius para la sorpresa de Rhaenyra que comenzó a fruncir el ceño. —Pero no con mutilación —añadió al ver la negación en los ojos de la princesa heredera, su hermana mayor.

Rahenyra vio la locura en los ojos de Alicent mientras la pelirroja miraba a su hijo más adorado. La pena y desgracia la habían trastornado y el amor que alguna vez le tuvo al adolescente de ojos púrpuras se estaba fracturando como porcelana. Lo que Alicent estaba viendo ahora en Valerius era un misterio pero Rhaenyra sabía que le disgustaba (Otto Hightower alguna vez también vio con disgusto a Alicent).

SNOWMAN | Rhaenyra Targaryen ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora