Eran ya las ocho y había mucha gente en la puerta del instituto. Vi a Aria riéndose a carcajadas con Andrea. Cuando se reía estaba aún más guapa de lo que normalmente es. Se le veía sus dientes perfectos y sus ojos empequeñecer poco a poco. Casi no podía respirar y se estaba cogiendo el pecho con la mano. Con la mano que le quedaba libre, se secó una lágrima. Al llegar abandoné a mi hermano con unos de su clase y fui directamente a ella para saludarla.
-Hola Aria.
-Ay, hola Dylan. Puff casi no puedo hablar de la risa.
Noté que poco a poco se me iba formando en la cara esa sonrisa estúpida de cuando estás enamorado.
-Estos son Carlos, Víctor y Andrea, mi mejor amiga.
-Encantado. Eh Aria-le susurré al oído- ha venido mi hermano.
-Ah no pasa nada. Cuantos más mejor.
-Una cosa,-intervino Andrea- '¿tú no estás en mi clase?
-No. Te estás confundiendo con mi hermano gemelo.
-Ahhh claro. ¿Ha venido?
-Eh, sí. Está... -miré hacia atrás y vi a mi hermano. Se estaba riendo mientras hablaba con otras dos chicas- Ahí.
-¿Y tiene novia?
-No.
-Algún día tienes que presentármelo.
-Claro.- no pude evitar reírme un poco.
-¿Qué pasa?
-Nada que me acabo de acordar de una cosa. Oye, ¿falta mucha gente?
-Solo Adrián y Edu. ¿Al final viene Mario?
-Dijo que no tenía ganas de salir hoy.
-Vale. Ahí vienen.
Adrián y Edu caminaban despacio hacia nosotros. En ese momento Aria me cogió de la mano. Era cálida y suave. Me hizo un gesto con la cabeza para que nos pusiéramos en marcha.
Fuimos caminando hasta la discoteca. Estaba a diez minutos del instituto. En todo el camino, Aria no me soltó la mano. Me sentía cómodo. Era fácil estar con ella.
Cuando entramos en la discoteca la música electrónica resonaba por todo el local. Había un montón de gente por todas partes bailando. Aria se alejó de la puerta sin soltarme la mano. Me llevó a una parte del local y se puso a bailar en frente de mí.
-Aria- dije medio gritando-. No sé bailar.
-Cógeme la mano. Yo te guío.
Le agarré la mano y comenzó a dar vueltas. Estuvimos bailando una hora más o menos. Más bien, ella estuvo bailando, por que lo único que yo hacía era cogerla de la mano. Al acabar la canción paró de bailar y me sacó a la calle. Se paró y me miró a los ojos.
-Tengo que decirte una cosa muy importante Dylan- se tomó unos segundo para volver a hablar de nuevo-.Mira, Es que... Uf, ¡QUÉ DIFÍCIL ES DECIR ESTO!
-Tranquila. Toma aire y suéltalo.
-Mira, en toda mi vida he tenido unos tres o cuatro novios, y todos ellos eran bailarines. Nunca pensé que me podría enamorar de un chico que no supiera bailar, pero, contigo es distinto. Todo es distinto. Nunca he sentido esto antes. Llámame loca por que me gusta un chico que he conocido hace cinco días. Pero no lo puedo evitar. Cuando te vi entrar en clase, me enamoré de ti. Luego te sentaste a mi lado y ahí supe que te quería. No he podido elegir esto. Como dice la canción de Selena Gómez: "The heart wants what it wants". Y mi corazón te quiere a ti.
Me quedé mudo. No sabía que contestar. No podía ni siquiera procesar todo esto. Mi cuerpo ni siquiera respondía y mi mente estaba en blanco.
-Dime algo por favor.
Estaba a dos centímetros de mí. Sus ojos me miraban directamente a los míos. Llámame atrevido, pero en ese instante la besé. Me había dicho todo lo que sentía por mí. Quería que supiera que yo también la quería. El beso era cálido, como ella. Me puso su mano en la coronilla y me acarició el pelo. Se apartó y bajó la mirada. Le cogí la cara por los mofletes delicadamente para que me mirara a los ojos.
-Aria, cuando te vi, no tenía nada claro. Pero luego estabas bailando en tu academia, supe que tu eras esa chica. La chica que he estado esperado siempre. No quiero estar sin ti.
-Te quiero.
Nos volvimos a fundir en un beso. Era más largo que el anterior. Podría estar así siempre. De repente salieron varios de sus amigos y empezaron a gritar "Ohh que bonito". Aria dejó de besarme y no pudimos soltar una sonrisa vergonzosa. Miró por encima de mi hombro y les sacó el dedo en forma de broma. Hasta ahora no me había dado cuenta, pero para besarme, tenía que ponerse de puntillas. Solté una pequeña risa y Aria se dio cuenta.
-¿De qué te ríes?
-De nada.
-Dímelo.
-No-dije en tono de burla.
¿Ah, sí? Pues despídete de que te vuelva a besar.
La cogí del brazo para atraerla hacia mí. Su cuerpo estaba pegado al mío.
-Pensaba,-dije casi sin contener la risa- que eres tan bajita que tienes que ponerte de puntillas para poder besarme.
Me dio un manotazo en el brazo cariñosamente. Se dio media vuelta y mientras se estaba marchando de vuelta a la discoteca añadió dándose la vuelta:
-Y no soy bajita. Mido 1'66, solo que tú eres muy alto.
Nos empezamos a reír. Me esperó hasta que llegué a su lado.
-Aria...
-López.
-Aria López. La chica más alta del mundo.
Nos volvimos a reír.
Al llegar a casa, Liam me preguntó con una ceja arqueada:
-¿Cuándo te lo has pasado mejor, cuando bailabas con esta chica...
-Aria
-...Aria, o cuándo la as besado?
-Lárgate Liam- le tiré un cojín, se apartó de la puerta para esquivarlo y a los dos segundos volvió a parecer.
-Hablamos mañana.
Cerró la puerta sin darme tiempo a decir nada.
Me acosté penando en ella. Mañana la llamaría por la mañana para decirle que si quedábamos para dar un paseo. Todavía no había asimilado lo que había pasado esta noche. Todo me parecía imposible.
ESTÁS LEYENDO
Life's Dance
Teen FictionDylan, un chico como otro cualquiera, vive su vida normal hasta que se muda desde Los Ángeles hasta Madrid. Lo que no sabe, es que un día como otro cualquiera, su vida se derrumbará y no querrá volver a sentir nada. #wattys2015