CAPÍTULO 5

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Estoy en clase de naturales. Por fin, Aria ha venido. Está atendiendo mucho a la clase. Mario me ha dicho que saca muy buenas notas. Miro en su cuaderno y tiene una letra preciosa, como la de un ángel. Lleva una coleta con un gran lazo blanco, unos vaqueros negros y una camisa de cuadros rosa y blanca, y unas zapatillas converse negras.

Está preciosa. No puedo parar de mirarla. Se va a dar cuenta y no sé disimular muy bien. Intento concentrarme en la clase. Saco buenas notas, pero si no hago caso en clase, luego no me entero de que va la lección. Empiezo a copiar los apuntes que hay en la pizarra y Aria me habla:

-Dylan, ¿te gustaría que esta tarde sacáramos a los perros a pasear un rato?

-Eh, claro. ¿A qué hora?

-Espera.-Me tendió un papel con su número de teléfono- Llámame esta tarde sobre las cuatro y ya hablamos para la hora.

-De acuerdo.

La horas pasaban y estaba deseoso de salir ya. A tercera hora, llegó el primo de Mario, Adrián, y no paró de hablar en todo el día hasta que el profesor de matemáticas le dijo que o se callaba o que se iba con el director. Después de eso se estuvo callado todo lo que quedaba de día.

Al llegar a casa, tiré todo encima de la cama y me dispuse a llamar a Aria.

-Hola Dylan, ¿te parece bien que quedemos a las siete? Es que no puedo antes porque tengo que ir al estudio a ensayar unos pasos nuevos.

-Si quieres te puedo ir a buscar y luego sacamos a los perros.

-¿No te importa?

-En absoluto.

-¿Sabes dónde está?

-Estuve el otro día con mi hermana pequeña.

-Pues nos vemos allí. Ah, por cierto, salgo sobre las seis y suelo venir andando. ¿Te importa?

-No. Te veo a las seis

-Perfecto. Adiós.

-Adiós.

Se la notaba entusiasmada. Espera, espera. ¿Estaba entusiasmada por quedar conmigo? ¡No me lo podía creer! La chica que me gusta quiere quedar conmigo. ¿Cómo no me había dado cuenta antes?¡Yo le gustaba! Ha estado muy eufórica e incluso me ha dado su número de teléfono.

Llegaron las seis y la estaba esperando en el pasillo mientas la veía ensayar. Estaban bailando una coreografía y, Aria y otras dos chicas más, - una de ellas era la que hablaba con ella el primer día- estaban dando volteretas y piruetas. Lo hacían con una facilidad increíble. Estaba sonando la canción de "All hands on deck". Eran unas diez personas bailando, y tenían una compenetración muy buena. Parecía que estuviera bailando una persona solo. Acabó el baile y todos aplaudieron. Aria me miró y me saludó con la mano y una sonrisa. Recogió sus cosas y salió.

-Nos vemos mañana Andrea.

-Hasta mañana Aria.- respondió su amiga.

-Hola Dylan. ¿Nos vamos?

-Sí. Bailáis muy bien.

-Gracias. Hemos ganado unos cuantos campeonatos.

-no me extraña. Sois realmente buenos. ¿Tenéis algún nombre para el grupo?

-Cada año lo cambiamos. Este año se llama City of Angels. Lo que solemos hacer es que creamos una coreografía y la ensayamos y perfeccionamos durante cinco meses y los otros cinco vamos a campeonatos por toda España.

-Es un nombre muy original. ¿No os gustaría ir a otros países a competir?

-Sí. Pero lo más seguro es que sea muy caro.

-En eso tienes razón

Nos tiramos toda hablando. Normalmente, al conocer a gente nueva, me cuesta abrirme a ella y sacar temas de conversación, pero con ella es distinto.

Con ella todo es distinto.

Sentía que podía hablar de cualquier cosa y sin vergüenza alguna. Eran ya las ocho y estábamos enfrente de su casa.

-Bueno... Me ha encantado pasar la tarde contigo Dylan. Otro día deberíamos repetirlo.

-Me encantaría.

-Eh... Mañana, ya que es viernes, vamos a ir varia gente del instituto a una discoteca light. Quedaríamos a las ocho y volveríamos sobre las once. ¿Te dejarían tus padres venir? Puedes invitar a este... Mario. Que no me salía el nombre.

- Tengo que preguntárselo a mis padres, pero seguro que me dejan ir.

-Okay. Tu pregúntaselo. Me encantaría ir contigo.

-Haré todo lo que pueda para poder ir.

-Hasta mañana Dylan

-Hasta mañana.

Me dio un beso en la mejilla y entró corriendo en casa. Me quedé paralizado. No sabía que hacer. Me di media vuelta y me fui. No puede evitar el no soltar una pequeña sonrisa.

Life's DanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora