CAPITULO 18

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-Dylan, espera.

Estoy caminando por la cale dando un paseo con Yago, mi perro, (que cada vez está más grande) cuando me doy la vuelta y veo a Vanesa con ropa de deporte y con la música en sus cascos.

-¿Qué tal, Dylan?

-Eh, bien. ¿Y tú?

-Bien también. Cada día estás más guapo. ¿Vas al gimnasio?

-Gracias. Y no, no voy al gimnasio. A veces salgo a correr por las mañanas los fines de semana.

-Es que estás fuerte eh.

Me toca el brazo con la mano y aprieta para notar el músculo. Me estremezco. Aria tiene razón. Está ligando conmigo. Aparto el brazo y ella la mirada hacia Yago. Le toca la cabeza y vuelve a mirarme.

-¿Y tu novia, Aria, no?

-Si, se llama Aria. Voy camino de mi casa a dejar al perro y luego me voy con ella -digo en tono seco-.

-Ah. ¿Qué te pasa?¿Estás enfadado conmigo?

-No. No me has hecho nada para que me enfade.

-Por eso. Ya sé lo que pasa. Aria te ha dicho que no quiere que estés conmigo.

-Aria no me ha dicho nada de eso.

- Seguro? La conozco poco, solo la he visto una vez, pero sé que es una chica celosa.

-Tú no sabes nada sobre ella, así que ni la menciones.

-¿Eres un poco agresivo no?

-Mira, Vanesa. Te voy a decir dos cosas: 1) soy un chico de pocos amigos, me gusta estar con personas con las que estoy cómodo y no me importa ser yo mismo, yo valoro mucho eso y 2) defiendo lo que es verdad y justo. No conoces a Aria para poder decirme a mí, que soy su novio, como es Aria en realidad y te aconsejo que deberías conocer a alguien antes de opinar sobre el o ella, no puedes saber como es una persona solo por su apariencia o porque hayas pasado SOLO UN DÍA con esa persona.

-Y yo te voy a responder a esas dos cosas. 1) me parece perfecto que solo seas de pocos amigos, pero nosotros podemos ser amigos. 2) yo también defiendo lo que es justo, y me gusta mi personalidad, sé que no es bueno juzgar a alguien sin conocerlo, pero también sé que Aria es celosa. Y ya está.

-2) Aria no es celosa. 1) no. No podemos ser amigos si sigues intentando ligar conmigo sabiendo que tengo novia.


Zasca en toda la boca. Vanesa tenía los dientes apretados y una cara de querer matarme en este momento. Se dio la vuelta y se marchó por donde había venido. Seguro que ahora, no volverá molestarme más. Tenía una sonrisa tonta en la cara por la victoria.

-¿Por qué sonríes así? Pareces tonto.

-Hola Liam. Nada por una cosa.

-Cuéntamela mientras vamos a casa.

Le conté la historia y mientras tanto, Liam se iba riendo por el camino. Como cada vez que vamos juntos, muchas chicas, no paran de mirarnos y me pone incómodo. No te voy a decir que soy feo, pero es muy incómodo que te miren como si no hubieran comido nada en un mes y tu fueras un plato de su comida favorita, molesta mucho.


Al llegar a casa, dejé al perro y salí con Aria a dar una vueltas por ahí, estuvimos hablando de lo de su hermana, y al final decidió que la iba a llamar para que fuera un día a su casa a cenar. Dijo que fuera yo también para se le hiciera más llevadero. No sabe si va a soportar estar con su hermana después de tanto tiempo.

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