Capitulo 16 - Una Verdad Dolorosa

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Débora POV

Después del incidente con mi papá quise pasar por su casa a ver como estaba, y también a averiguar que tanto había escuchado. Cuando llegué a la casa no estaban, los sirvientes me dijeron que avisaron que comerían en casa de unos amigos. Llame a ambos, pero ninguno me contestó el teléfono por lo que decidí esperarlos, me puse a ver una película hasta que los escuché llegar. Apague la televisión rápidamente, iba camino a saludarlos cuando los escuche hablar de Inés y me quede escondida para escuchar.

- Pase un día increíble con Inés, ya quiero volver a verla, - expreso mi madre emocionada

- Yo también mi vida, y pensar que no lleva nuestra sangre, - dijo mi padre suspirando

- Cállate que nos pueden oír, juramos nunca volver a tocar el tema

- Lo se mi amor perdóname, pero si debieras pensar en contarle la verdad a Inés

- Eso nunca, y mejor cambiemos de tema, - espeto mi madre enojada

- Bueno que me dices de su esposo, me pareció un gran hombre

- Si, Victoriano Santos es el hombre que merece mi hija, a Dios le doy gracias por esa noche de borrachera que los llevo a este momento, - el saber que esa mujer tan bonita era mi hermana y que se había casado con Victoriano hizo que me hirviera la sangre, y en ese momento tuve una gran idea para vengarme de ella.

Sali de la casa de mis padres sin que nadie se diera cuenta, le pagué unos pesos a los sirvientes para que no dijeran que estuve ahí. Todo el camino a casa no deje de pensar en Inés y Victoriano, como es de loco el destino que fue justamente mi hermana quien se casó con el hombre que abandone por Enrique. El pensar eso me causa muchos celos, me molesta el saber que el hombre que estaba loco por mi ahora ame a otra. A la mañana siguiente me presenté en la casa de modas de mi hermana, pedí que le avisaran que yo estaba allí y que quería hablar con ella.

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Oficina de Inés

Inés POV

Hoy es un día hermoso, el sol esta más brilloso que nunca y el cielo está pintado de su mejor azul. Victoriano me despertó con sus besos e hicimos el amor, cada vez que me entrego a él siento que lo amo más y que unimos nuestras almas en cada encuentro. Después del desayuno, lleve a Alejandro a la escuela para luego irme a la casa de modas. Ahora estoy con Diana en mi oficina trabajando en los diseños de la bienal, de momento entra mi secretaria algo nerviosa.

- Que pasa, porque tienes esa cara, - le pregunte a mi secretaria

- Allá afuera hay una señorita que dice que no se va de aquí hasta que no hable con usted

- Dile que haga una cita, estoy muy ocupada, - le hice señas con mis manos de que saliera

- Ya le dije pero insiste, ya hasta amenazó con hacer un escándalo, - dijo nerviosa

- Y por lo menos le preguntaste su nombre, - espete algo molesta

- Si, se llama Débora Huerta de Mendoza, - al escuchar ese nombre se me puso la piel de gallina

- No pensaras recibirla verdad, - expreso Diana con cara de preocupación

- No me queda de otra, pero por favor no te vayas, hazla pasar por favor, - mi secretaria se fue y unos minutos después entro Débora como pedro por su casa

- Bienvenida Señora de Mendoza, tome asiento, - intente ser lo más cordial posible

- No finjas conmigo, ya se que eres tú hermanita, - dijo con ironía

Mi destino eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora