Uno.

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Escucho como tocan con bastante insistencia en la puerta de mi casa, ruedo los ojos con una sonrisa sabiendo quien es la pesada que no tiene ni gota de paciencia. Me miro por última vez en el espejo: estoy muy bien. No. Más que bien. Estoy follable. Sé que a Carlos le encantará verme puesto su color favorito, el rojo, en este vestido que se moldea perfectamente a mi cuerpo y unos increíbles tacones negros de Chanel, robados claramente, porque nunca me podría permitir comprármelos.

Aún siento la adrenalina en mi cuerpo al llevármelos de aquella tienda. Salgo de la habitación y al pasar por el salón veo a mi padrastro tirado en el sofá con una botella de vodka en la mano, ni siquiera me molesta ya. Estoy acostumbrada a verle así la mayor parte del día desde hace más de tres años, cuando murió mama.

- Ya me voy- le digo- no me esperes despierta- y sin esperar una respuesta, si es que acaso recibiría una, abro la puerta encontrándome con una molesta morena tetona. - no me mires así, tú has llegado antes de tiempo.- me excuso
- Oh calla, zorra. Vámonos ya, no quiero dejar mucho tiempo solo a Dani - se cuelga de mi brazo y ambas con altos tacones nos vamos rumbo a la plaza.
- Sami, realmente creo que te estas enganchando demasiado con ese gilipollas- le suelto de repente, ella me mira enarcando una ceja

Samantha, Sami, como la llamamos todos, es genial, para resumirlo es mi mejor amiga. Así que no tengo palabras malas para ella, salvo que es una zorra peor que yo y que se tira todo lo que se mueve, es alta, guapísima.


- No sé como tienes la cara para decirme algo así, cuando tú babeas por Carlos. - me codea.
- No es así, bueno... no tanto... es sexy y me trata bien...
- Y folla mejor todavía- me pica aún más, y se echa a reír al ver mi mirada- oye, esas son tus palabras, no me mires así.
- Mmm sí, y espero que nunca se te ocurra querer probar- la amenazo.
- Oh vamos, ¡préstamelo un día!- bromea ella para mi molestia
- Claro que no, perra. Tú tienes a Dani.
- Pensé que él no te caía bien.
- Sí, pero antes que te fijes en Carlos sigue tras ese bicho mejor- la molesto y ella se ríe como si fuese en broma.
- Guau nena, si que te dio fuerte eh.

Decido no responderle y sólo rodar los ojos mientras seguimos nuestro camino. En menos de dos minutos llegamos a la plaza y ya hay un ambiente contagioso de fiesta. La música esta alta, seguramente para la molestia de los vecinos más cercanos, las chicas bailan alrededor de los chicos y no muy a lo lejos distingo nuestro grupo de amigos más cercano reír y bailar con sus vasos hasta arriba de alcohol en la mano. Me acerco con Sami y enseguida nos integramos. Busco con la mirada a Carlos y noto que no está, sólo son las doce y media y él suele llegar a la una. Es cuestión de esperarlo y no soltarlo por el resto de la noche.

- ¿Quieres, nena?- me pregunta David acercándose a mi, miro su mano viendo lo que me ofrece. Es cocaína. Lo miro con mala cara.
- Sabes que no tomo esa mierda- le dije con asco.
- Oh vamos, no seas aburrida- me codea- Carlos no esta aquí para controlarte ni tampoco se enterará- me susurra intentando convencerme.
- ¿Qué demonios tiene que ver Carlos?
- Bueno, todos sabemos que a Carlos no le gusta que tomes de esto, supongo que como su perrito que eres no lo quieres decepcionar- suspiro con enojo, sé que hace este tipo de comentarios para molestarme y que yo termine cediendo.
- Ya te he dicho que no tomo esa jodida mierda, así que lárgate a otro lado, David.
- Pff, que sosa te has vuelto desde que eres la novia de Marco.
- Yo no soy su novia- digo entre dientes, él me mira con burla
- Ya, pero te encantaría serlo.

Sin darme tiempo a responder se larga de allí, seguramente para ofrecerle de aquello a alguien más, de forma "gratis" , sé muy como funcionan con él las cosas: dice ser tu amigo, te ofrece lo que desees sin pagar, hasta que después, sin darte cuenta ya le estas llamando todos los días porque quieres más y es ahí cuando aprovechado de tu situación te saca todo lo que tengas para dárselo. Lo se tan bien porque es algo que se ve cada día, no hay que ser muy listo para darse cuenta. Gran capullo.

- __*, ¡ven aquí a mover ese culo gordo!- me grita Amanda mientras me señala con un dedo.

Entre risas me termino por unir a ellos mientras el alcohol sigue fluyendo a nuestro alrededor. He escuchado a alguna queja a lo lejos de algún vecino pero no le he dado importancia. Hoy es viernes. Y todos sabemos que los viernes por la noche esta hecho para divertirse. Así que sólo me dejo llevar por la música y la bebida. Hasta que me doy cuenta que ya son las dos de la mañana y Carlos aún no ha aparecido. O si.

Entonces lo veo, ruidoso como siempre aparcar no muy lejos su moto. Sonrío. Por fin esta aquí. Pero no viene solo. Veo como ayuda a bajar a una chica alta y castaña de su moto, ella se quita el casco y le sonríe con cierta timidez. Veo que él le toma de la mano mientras se acercan aquí. Y siento mis celos subir como la espuma. ¿Quién coño es esa zorra que viene con mi chico?.

- вυrɴιɴɢ мe. [carlos marco y тυ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora