Capítulo Sesenta y Uno. #______

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Esto no puede ser cierto. Él no puede habérmela jugado de nuevo, esta mierda nuevamente. Él esta allí, de pie ante mi y pensé que había venido solo con Dani, pensé que esta noche nos divertiríamos solos, pero entonces llega ella y le toma de la mano, y se lo lleva. Él no me mira, sólo se va con ella fuera de mi vista.

Mataría a alguien ahora mismo, mis ojos arden por el deseo de llorar, pero no pienso darle el gusto. A ninguno de los dos. Estoy tan furiosa ahora mismo, tan enfadada, tan desilusionada, de él, de mi. De todo el jodido mundo. Tengo la peor suerte del mundo, joder. ¡Estoy tan harta de todo esto!

Se acabó.

- _____...
- No quiero escucharlo, Amanda- la corto a mitad de frase.
- Esta bien, olvídalos. ¿Por qué no vamos y compramos una botella de Vodka para nosotras?- me codea intentando animarme, asiento, porque no se que otra cosa hacer.
- Me vendrá bien.

Me engancho de su brazo y salgo del parque rumbo a la licorería más cercana que siga abierta, no sin antes encontrarme a Dani y a Sami dándolo todo- realmente todo- detrás de un árbol. Sus putos gemidos se escuchan a varios metros. Puede que entienda porque ella esta tan enganchada con él. Aunque no resulta tan patética como yo con Carlos. Sacudo la cabeza, no pienso dirigirle ni uno de mis pensamientos.

Pero lo hago.

Me paso el resto de la noche pensando en él, en Kayla, en donde demonios esta, porque hace más de una hora que no le veo y le necesito, en que sigo siendo idiota y debería olvidarle, pero no es fácil. ¡le he dicho que le quiero, joder! Y le da igual.

- Hola, hermosa- siento como me rodean por la cintura y me aprietan, me suelto y le encaro. Blas ha aparecido en el peor momento.
- Déjame en paz.
- Uy, que humor. Yo debería ser el que este enfadado.- dice y se pone delante de mi.
- ¿Tú? ¿Y porque razón?
- Has estado pasando tan olímpicamente de mi que comenzó a doler un poco, ¿sabes?- murmura, serio.- te parece algo loco, pero enserio pensé que había algo entre nosotros, tú sin embargo solo me utilizabas para poner celoso a ese gilipollas- dice y ríe con fuerza.
- ¿Qué es tan gracioso?
- Mientras tú me usas para ponerle celoso, él te usa a ti para ponerla celosa a ella. Jode, eh- se burla, sólo bufo, ignorándole y doy un largo trago a mi vaso.
- Ve despacio, ya estas bastante borracha.
- Desaparece.
- Tranquila, solo intento ser amable.
- ¿Qué es lo que quieres realmente, Blas?- le pregunto, ya harta de verle.
- Una noche. Sólo eso. Una última noche y te dejaré en paz para que sigas arrastrándote por él- dice señalando detrás de mi.

Le sigo con la mirada y veo a Carlos de pie junto a Kayla, ella parece muy molesta y esta cruzada de brazos mirándome. Él también me mira con mucha atención.

- Desaparece de mi presencia, Blas. - murmuro entre dientes.
- Vamos, no seas así, joder- él da un paso hacia mi y yo doy otro hacia atrás.
- No te lo pienso repetir otra vez, vete. - le digo molesta, él me guiña un ojo y se acerca más, entonces le empujo y se tambalea- ¡no seas pesado!
- Pero que humor tienes- murmura y ríe con fuerza.

- вυrɴιɴɢ мe. [carlos marco y тυ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora