Treinta y Ocho. #_____

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- ¡¿Que habéis hecho?!- pregunta Sami, gritando.
- Nada. Deja de gritar que estoy en mi trabajo. ¿Cómo sabes que estuve en la casa de Carlos?- Samantha se me ha aparecido justamente hoy en el trabajo, pareciendo lunática y desesperada por detalles sobre lo sucedido con Carlos, ni siquiera sé como lo sabe.
- Me ha contado Dani, al parece Carlos lo ha llamado porque esta hecho un lío. - esto es una gran noticia.
- Entiendo- digo asintiendo- oye, me encantaría contarte pero estoy ocupada ahora.
- Joder, ¿si pido un gran desayuno puedes sentarte conmigo y hablar?
- No, tonta. Sólo te lo puedo traer. Mejor vete y quedamos esta tarde y lo hablamos ¿esta bien?
- ¡Me voy a morir de aquí a esta tarde!- dramatiza.
- Por favor, deja de estorbar aquí. Tengo muchas cosas que contarte ¿vale?- ella asiente de mala gana y se levanta para irse.
- Ah, y lo de que estorbo ha dolido- me reprocha señalándome con el dedo. Y por fin se va.

Y yo sigo con mi trabajo dándole
vueltas a todo esto...

Es una locura. Yo soy una locura ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué hice? ¿Dónde quedo todo eso de "mandar a la mierda a Carlos"? Maldita sea soy tan débil con él. Cuando Amanda me llamo contándome que Carlos peleo con Blas por mi, mi corazón se volvio a ablandar con él.

Sé que esta mal, que no debería dejarme caer tan fácil, porque él puede un día defenderte y al siguiente fingir que no existes. Carlos es así y no tiene remedio. Pero joder, ¡que ha peleado con un chico por mi! ¿no es la cosa más romántica de este mundo? Sobre todo si tu preferido sale ganando: Carlos.

Así que luego de pasarme media tarde en el parque viendo a Connie jugar y molestar a otras niñas- es y siempre será una chismosa- al encontrarme con Pattie, su madre, pensé que no había mejor oportunidad que esta para ir a verlo a su casa. Me decepcionó no encontrarlo por si estaba con Kayla, pero en cuanto llegó supe que no estaba con ella. Estuvo pensando en mi.

Y verlo dormir fue la cosa más entrañable. Tampoco mentí cuando dije que me gustaba su culo. El hecho de que él se lanzase a mí para hacerme suya hizo acelerar mi corazón de forma desorbitada. Lástima que no pudo ser: yo estaba con la regla. Y nunca olvidaré sus gestos al decirle.

- Carlos, espera, para- murmure, con su cara hundida en mi cuello, mordiéndolo.
- Mmm no. No ahora.
- Carlos es enserio.

Él hizo caso omiso a mi pedido. Me gustaba: estaba perdido en mí. Y me frustraba: esto no podía pasar. Cuando me miró, su cara esta marcada por la lujuria y el deseo. Todo hacia mi. Y estaba apunto de olvidar porque esto no podía pasar cuando lo volví a sentir besarme de esa manera. Iba a enloquecerme, aún más.

- Va en serio, Carlos- le empuje suavemente y él me miró.
- ¡Que sucede?- murmuró, volviendo a acercarse a mis labios y antes de dejarme responder me mordió- si es por lo de Blas, esta bien, lo reconozco: estaba celoso, no quiero a ningún otro imbécil contigo.

Y aquella declaración fue más de lo que podría pedir. Me había ganado de nuevo, así de fácil. Incline un poco la cabeza y él lo entendió a la primera, quería que volviera a besarme, que me bese todo lo que sea posible.

- вυrɴιɴɢ мe. [carlos marco y тυ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora