Park Jimin
— Mochi, quiero hacerlo —había escasa luz en el espacio, pero la podía ver claramente. Myeon me insistía con la mirada, poniéndome más duro de lo que ya estaba.
Acaricié su mejilla y le sonreí levemente.
— Mi tierna hermanita —contornee con mi pulgar sus carnosos labios—, sorpréndeme.
Adiós Jimin tierno, nos vemos por la mañana. Ahora, solo quiero ver las lágrimas de mi hermana cuando se ahogue con mi pene.
Sus pequeñas manos temblaban un poco al bajar el cierre de mi pantalón y sacar aquella tensión que provocaba con solo su presencia. La agarró levemente y cerré mis ojos para mantenerme sereno y no caer en la tentación de arruinar sus planes, cogiéndomela en el mesón.
Comenzó con movimientos limpios, subiendo y bajando con sus manos, apretando suavemente. Luego de la nada, se detuvo y sentí que algo extrañamente pegajoso se extendía lentamente por mi polla... Myeon me había cubierto con crema batida.
— Pequeña traviesa —jadeé con mi voz rasgada.
¡JODER, MÉTELO YA!
Y sí, de un solo golpe, oyendo como su saliva se mezclaba conmigo, lo metió. Mierda, se siente tan bien estar así. Había tenido otras experiencias iguales imaginando que era la boca de mi hermana; sin embargo, esto no tenía comparación con lo que mi mente proyectaba. Todo mi ser se escalofriaba, me apoyaba con ambas manos en el mesón con Myeon debajo de mí saboreando la vainilla que se encontraba en mi entrepierna. Mi garganta estaba seca, y mordía con fuerza mi labio inferior para intentar no desmayarme de lo muy excitado que estaba.
Su lengua giraba alrededor de esta, succionando y lamiendo cada espacio donde se encontraba el dulce sabor de la crema. Sentía que no podía más, no quería venirme rápido, quería que este momento durara por siempre.
— ¿Q-Qué haces? —gruñí cuando no sentí su boca ni sus manos.
— No consigo la c-crema...—buscaba con sus extremidades.
Oh, no. No me puedes dejar como estoy, hermanita.
La agarré por la coleta y la obligué a verme.
— No la necesitamos. Termina —ordené y con fuerza me adentré de nuevo, sintiendo su maravillosa garganta.
— M-Mochi...—gemía.
La controlaba con mi agarre. Embestidas lentas y profundas, moviéndome de lado a lado para sentir toda su cavidad.
— ¿Qué, preciosa? —expresé como pude— Esto era lo que querías —le recordé y me miró con esos hermosos ojos cristalizados desde allí abajo—. No me veas así, Rojita, no quiero volverme loco.
— Yo quiero que lo seas —alcanzó a decir gracias a mi pausa.
Me alejé un poco, pero mi punta seguía siendo víctima de la lengua de Myeon. Nos observábamos mutuamente sin decir nada, solo oyendo los mínimos tañidos que producía mi chica.
— Si así lo pides —me introduje con violencia, ahora sí escuchando ciertos lamentos de ésta por la falta de aire.
Me solté de su cabello y coloqué de nuevo mis manos en la porcelana para penetrar su boca con rapidez. Sin ninguna sutileza gesticulaba mis caderas en ella, dejando salir algunos roncos de mi boca. Estaba más que caliente, disfrutaba de todo lo que mi cuerpo podía sentir y escuchar. Las manitas de Myeon sostenerse por mis piernas, me descontrolaba. No era para nada cuidadoso pero, ella deliraba igual que yo, entonces no había problema.
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[1] Locked out of The Heaven | Pjm '+18
FanfictionCOLABORACIÓN CON @Army_Hit_137 Los hermanos Park, tan buenos e inseparables. Cualquiera que los viera jamás pensaría que su amor va más allá de lo familiar... "𝘼𝙢𝙤𝙧 𝙚𝙨 𝙖𝙢𝙤𝙧, 𝙣𝙤 𝙦𝙪𝙞𝙚𝙧𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙣𝙩𝙞𝙚𝙣𝙙𝙖𝙨" Libro #1