Capítulo 1

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Park MyeonGi



Un nudo en mi garganta, eso es lo que había. No podía gesticular ni una sola palabra, simplemente estaba en shock. Quería morir, quería desaparecer pero, quería quedarme también. No tengo idea de cuándo empezó esta situación con mi madre. ¿En qué momento dejó de tratarme como su princesa a una bestia sin sentimientos? Bueno, hace años ocurría lo mismo pero, cuando cumplí 14 todo fue un cambio excelente. Ahora con 20, se transformó y empeoró.

Solo sé que estaba tranquila en casa con mi hermano y de la nada se abalanzó sobre mí a gritarme vulgaridades y casi escupirme la cara. Llevamos casi un año en este plan y... no me agrada. He ido a psicólogos para tratar lo que mi mente no logra asimilar, tomar medicina y distraer mi mente con la sola idea de llegar a casa y encontrarla ahí, esperándome.

Porque sí, me espera y muy furiosa.

Mi hermano siempre ha sido comprensivo conmigo, amable, tierno, atento y todas esas maravillas que lo caracterizaban como humano. De hecho, es el único chico que me trata bien. En la universidad no soy tan tomada en cuenta, pasan de largo si aparezco; sin embargo, Jimin no es así. Mi hermano es asombroso, una luz que ilumina todos los días con esa jodida sonrisa que mojaría a cualquier chica, esa por la que tanto sueño y me llena de felicidad... esa por la que moriría sin pensar.

— ¿En qué piensas, Rojita? —se tiró a mi lado en la banca vacía del patio trasero. Era mi lugar favorito porque había flores, sombra y mucho aire fresco que respirar. Jimin picó mi nariz con sus dedos y me sonrió para acomodarse mejor. Y con mejor me refiero a acostarse en mis muslos— Ey, te pregunté algo, hermanita.

— O-Oh, disculpa. Es que ando algo... algo distraída —agaché mi vista para sonreírle un poco.

Éste no se vio convencido de lo que dije e incorporó su postura anterior con un semblante serio.

— Es por mamá, ¿No?

— ¿Qué? —negué con mis manos a la defensiva— No, claro que no.

Soltó un gran suspiro que me erizó la piel. Jimin era tan atractivo que me confundía a veces: Podía ser un bad boy malote y a los tres segundos un chico con problemas de identidad, porque siendo femenino, no le sentaba mal.

— Myeon, yo te protegeré, ¿Está bien? —asentí como pude y me abrazó— Ella está así por el divorcio imprevisto de papá, recuerda que siempre fuiste su favorita —nos separó—. De hecho, ella compraba los mejores regalos para ti, ¿Recuerdas? —acarició mi mejilla con ternura— "Para mi..."

— "Princesita" —completé—. Sí, lo sé. Pero, esto me es complicado, Mochi —tomé su mano libre y comencé a hacer círculos con mis dedos mientras ambos mirábamos lo que hacía—. Fue tan rápido como sucedió todo que no sé cómo asimilarlo. O sea, digo que no deberíamos estar tristes como mamá de que papá nos haya abandonado hace unos meses pero, descargarse conmigo no es algo que quisiera seguir aguantando.

El silencio nos invadió. Jimin era de muy poco hablar en estos temas, aunque siempre decía las palabras correctas para calmar mi ansiedad. Detestaba ver mis uñas comidas y mis dedos algo deformados por la constante intensidad de ser llevados a mi boca.

— Pasará, te lo prometo, ¿Sí? —besó mi frente— Todo pasará de imprevisto y ni lo notarás —sonrió—. Mamá llegará a casa y te regalará ese vestido que tanto te gustó para tu cumpleaños, iremos de viaje y conoceremos el mundo entero los tres juntos —extendió sus brazos al aire—. Porque somos una familia y debemos estar todos juntos, ¿No es así?

[1] Locked out of The Heaven | Pjm '+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora