Capitulo 28

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-¿Cenaste? – pregunta él desde la cocina. Ella se acomoda en el sillón y le contesta.

-¡Sí!

-¡Mentirosa!

-Bueno vale, pero es que no tengo hambre. – dice desde el sillón acompañando una risa leve. Él sale de la cocina y la mira.

-Si quieres puedo...- ella le corta.

-¡No! – dice abriendo mucho los ojos. – No quiero morir envenenada. Ahora me preparo algo. – se pone en pie, apaga la tele y tira el mando al sillón. Se acerca a él y entra en la cocina. Abre la despensa.

-¿Quién hizo la compra? – pregunta expectante. No sabe qué comer.

-Evans. – dice él.

-¿Quién es ese? – pregunta volteando.

-El mayordomo de mi padre. – dice simple.

-Ella lo mira con asombro y asiente. Coge unas galletas y pone un vasito con leche en el microondas. Pasan los segundos. Ahora ninguno habla. Silencio. El microondas anuncia el fin, ella se acerca lo retira y se sienta en la mesa. Abre el paquete de galletas y comienza a comer. Julian se sienta a su lado, comiendo un bocadillo mientras la observa de reojo. Ella le observa. Él desvía su mirada. Después de unos minutos, ella se levanta y deja su tasa en el fregadero, pasa un pequeño paño por la mesa y friega la vajilla. Termina con un suspiro alto. Observa a Julian que aún come tranquilo. Sale a paso lento de la cocina y se tira en el sillón. Pasan los segundos, los minutos. Escucha el sonido del agua, supone que está recogiendo donde comió. El sonido del agua se para y deja un paso a un silencio. Nota que ya no puede más, está muy cansada y tiene mucho sueño. Adormilada se pone en pie y camina hasta las escaleras. Sube tres peldaños y siente unas manos en su cintura.

-¿Qué quieres? – dice adormilada. – Me voy a dormir, déjame.

-¿Me das un besito de buenas noches? – dice él en su oído.

-No Serrano, déjame dormir. – dice soltando las manos de su cintura.

-No. – dice agarrándola con fuerza, para luego girarla poquito a poco. – No te voy a dejar ir a dormir hasta que no me des un beso.

-Yo no quiero besarte. – dice ella con los ojos chiquititos. Suelta una pequeña risa.

-Mientes. – dice él sonriendo. – Te ves linda con cara de dormida.

-Eres un estúpido. No paras de burlarte de mí. – él eleva una ceja.

-No me estoy burlando de ti.

Ella sonríe levemente y besa sus labios, un pequeño toque, nada grande.

-Hasta mañana, estoy muy cansada.

El no dice nada. Ve como sube las escaleras y se pierde en el pasillo. Suspira y gira la cabeza hasta el salón. Lame sus labios recogiendo el sabor de sus labios. Su vida está cambiando repentinamente. Pestañea. ¡Hey Julian! ¡Vuelve! Aprieta su mandíbula. Necesita beber. Necesita un polvo. Necesita olvidarse de esto. Sí, lo necesita. Sube a su habitación y se tira en la cama. Se duerme.


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• Nuevo día – Atlanta – 9:25 de la mañana.

El rayo de luz que entra por la ventana hace despertar a Oriana. Gira sobre su almohada e intenta abrir los ojos. La luz se hace presente rápidamente, los cierra y gruñe levemente. Bosteza. Se deja caer hacia el otro lado, quedando mirando al techo. Abre los ojos despacio y vuelve a bostezar. Poco a poco se va acomodando y se estira. Coloca sus pies en el suelo y camina hasta la ventana. Observa un pajarito, está detrás de esta, piando sin control. Ella abre la ventana lentamente, el pajarito se asusta y se eleva.Oriana queda observando el trayecto que el pequeño animal decide partir y de pronto, se pierde. Se dirige al baño y abre el grifo del lavamanos, deja que se forme una piscina en sus manos y luego, estampa el agua contra su cara. Una, dos, tres veces. Luego se mira al espejo. Peina un poco su cabello. Le llega un poco más arriba de la cintura y lo tiene completamente liso. Deja el cepillo sobre el lavamanos y baja las escaleras. Salta en el último escalón y se curva, observando el salón. Justin está viendo la tele, acostado. Ori entra en la cocina para preparar su desayuno pero decide preguntarle a Julian si ya desayunó. Sale de la cocina y se acerca al salón. El gira la vista y la ve. Vuelve la vista a la tele. Ella eleva una ceja.

Desafio al Corazón- Orian ( Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora