Capitulo 95

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El sonido chirriante de una puerta nos alertó. Ori se separó enseguida de mis labios y me observó alarmada. Yo miré en todas las direcciones y cuando estuve a punto de echarme a correr para esconderme en algún sitio, ella tiró de mi mano y me apretó la mano. Entrecerré el ceño.

- Venga, ya es hora. – murmuro.

- ¿Hora de qué? – pregunto confuso.

Ella curva sus labios y se coloca la camisa. Yo me revuelvo el pelo y cojo una bocanada de aire. Corrió hasta la despensa y sacó dos paquetes de galletas y dos refrescos y los tiró en la mesa. Me ordenó a que me sentara. ¿Tan hambrienta se había quedado después de todo? Vaya que después del sexo de hambre, pero...nos acabábamos de comer dos pedazos de creps gigantes. Elevo una ceja observándola mientras una pequeña risa se escapa de mis labios. Ella se eleva de hombros y se lleva una galleta a la boca.

- Joder, disimula. Que si no se queda todo muy obvio. – susurra.

Entonces lo pillo. Es para que no se note tanto que he estado haciendo cosas impuras con su hija. Maldición, voy a conocer a "mi suegra" en breves. Me estoy comenzando a tensar.

- ¡Ya estamos en casa! – gritó una voz femenina bastante dulce. Volví a mirarla. – Rick, deja eso allí. – escuché.

- ¡Estamos en la cocina! – gritó Ori. Yo miré hacia la puerta desde mi asiento.

- ¿Qué hago? – le pregunté.

Volvió a elevarse de hombros y la miré a los ojos en interrogación. Entonces Rick, comenzó a hablar. Ori abrió mucho los ojos. Los pasos cada vez estaban más cerca y yo estaba muy nervioso. Nunca me había presentado ante los padres de mi novia. Bueno, de hecho nunca llegué a tener novia.

- Ori, debes decirle a tu novio que cuando ponga el aire acondicionado tiene que cerrar la ventana porque si n... - entró en la cocina. – ¡Hola!

- ¡Ricccccck! – le saludó.

Soltó el paquete de galletas que salieron volando en mi dirección. Solté una pequeña risa mientras ella se abalanzaba ante sus brazos. Rick me miró en desconcierto un segundo, como analizándome. Yo le sonreí y me puse en pie. Ori se echó a un lado y yo me acerqué. Él curvó sus labios.

- Julian Serrano. – le tendí mi mano y él me correspondió, apretándomela con fuerza. – Encantado. – sonreí.
- Rick Homston. – me respondió. – Encantado también. – sonrió. - Ori nos ha hablado de ti.

La miré y sonreí. Ella se sonrojó y le dio un pequeño golpe a Rick en el hombro. Él rió. Justo entonces, entró su madre. Era el retrato de Ori. Aunque mi niña es mucho más linda, tiene sus mismos ojos y varios rasgos. Realmente es una señora muy bonita. Miró a Ori y luego me miró a mí. En este momento, o le causaba buena impresión a su madre o estaba perdido.

- Así que tú eres Julian. – me dijo sonriente. Se acercó a mí y me dio dos besos. Se los devolví.
- Así es. – sonreí. Miré a Ori. Me regaló una sonrisa y me guiñó un ojo.
- Pues Ori tenía razón Rick. – miró a su esposo. – Sí que es guapo este chico.

Vaya, al fin y al cabo creo que no estoy tan perdido. Me sonrojé un poco incluso. La señora soltó una leve risa.

- ¿Y qué habéis hecho? – preguntó. Miré a Ori.
- Vimos una peli y comimos juntos.
- ¿A tres metros sobre el cielo verdad? – me preguntó Rick. Yo solté una risa. Él se acercó a la nevera y sacó una cerveza. - ¿Quieres? – me invitó.
- No gracias. Acabamos de merendar. – él sonrió y se sentó en la mesa.

Me apoyé en el marco de la puerta. ___ se acercó y enredó sus brazos en mi cintura, para luego apoyar su cabeza en mi hombro. Su madre nos miró y yo sentí una punzada en el estómago.

Desafio al Corazón- Orian ( Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora