Capitulo 21

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Colocó la mano rápidamente en mi cuello y me acercó a él, me resistí, intenté apartarme, hasta que de nuevo entré en contacto con sus labios y no pude resistirme a eso. Era como un caramelo suave, sabía a menta, a pasta de menta. Sus labios eran como el algodón, se movían en compás. Introdujo su lengua de nuevo en mi boca, colocó su mano en mi barbilla, consiguiendo más espacio. Me estaba torturando, su lengua tocaba la mía, la mía tocaba la suya, era irresistible. No entendía porque mierda no me apartaba ¡Joder Oriana, reacciona! Tiró de mi blusa haciéndome girar por completo, apoyándome en la pared de la habitación. Mordí su labio inferior y él soltó un pequeño gruñido de satisfacción, eso me hizo sentir bien. Causar eso en Julian era un paso grande. ¡Que te alejes imbécil! Me decía mi subconsciente. Pero algo de adentro me decía totalmente lo contrario, me decía que me dejara llevar. Y recuerdo, que mi madre me decía que tenía que hacer caso a mis adentros. Esta vez le acerqué yo a mí, con pasión y él sonrió sobre mis labios, victorioso, al fin y al cabo. ¿Quién podía odiarle en este preciso instante?


|| Narra Julian ||


Esto era el cielo. El deseo me embargo y la bese con furia, lleno de pasión y vi que ella me respondía. Sentí como la erección se empezaba a hacer presente. Ella sintió eso al parecer y lanzo un gemido ahogado dentro de mi boca, lo que casi causa que tuviese un orgasmo allí mismo. Me beso con más profundidad y ya no fui muy amable. La apreté con pasión. Y entonces, me decidí a dar un paso. No sabía que pasaría, pero me arriesgue de todos modos. Deseaba hacerlo, y baje mis manos hasta su trasero y lo apreté, atrayéndola más a mi sexo. Susurró mi nombre intentando apartarse. Mi nombre en sus labios sonaba tan malditamente sexy que pensaba que me iba a correr en ese instante sin apenas hacer nada. Su dulce boca estaba sobre la mía y no podía describir el aroma de ella, sus labios eran como mi perdición, suaves y carnosos, eran un autentico delirio. Llevó sus manos a mi cabeza y volvió a desordenar mi cabello. Tiró lentamente de mi labio y lo dejó caer de nuevo, separando su boca de la mía, dejando en el trayecto, un pequeño suspiro.

-Te odio. - volvió a susurrar esta vez con una pequeña sonrisa en los labios.

-No sabía que eras tan buena en esto.

-¿En qué? - elevó una ceja. Llevé un mechón de su pelo tras de su oreja.

-En todo esto. - dije haciendo un paréntesis en la situación.

-No sabes nada de mí.

-¿Me vas a dejar averiguarlo?

-No, creo que no. - negó.

-Sí, si me vas a dejar. - asentí rozando mis labios contra los suyos, llevándome la textura de sus labios.

Otra vez la puerta se abrió, pillándonos otra vez, esta vez infraganti. Julian giró rápidamente, a la misma velocidad que yo. Las chicas nos observaban atónitas. Julian carraspeó y sin vergüenza, me dio un beso mojado en los labios y desapareció con su típico andar. Me quedé mirando a las chicas. Paralizada. Cerraron la puerta, y se acercaron lentamente a mí. Se acomodaron en sus camas. Y me miraron.

-Este...- caminé hasta mi cama. - Ahora vengo. - corrí hasta las escaleras.

-¡EXPLICALO TODO YA! - dijeron las tres casi al unísono.

-No...no pasó nada. - negué.

-¡Oriana! ¡Que les vimos! - dijo Mariel.

-Sí, a demás...se os veía muy...- dijo esta vez Caro. La corté.

-¡Caroo! - dije avergonzada. Me acerqué a mi cama y me senté.

-Vale a ver. - reí. Ellas elevaron una ceja. - Bueno eso.

Desafio al Corazón- Orian ( Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora