Capitulo 45

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-Abre la puerta Serrano. - le ordenaron. Era el cuidador. Miró sus pantalones y carcajeó interiormente. Se le notaba demasiado. Corrió a la cama y cogió un cojín.

-Ya voy, estoy desnudo. – dijo intentando parecer serio. La pequeña risa de Ori se escuchó detrás del armario. Entreabrió la puerta con el cojín en su cintura.

-¿Qué pasa? – dijo haciéndose el dormido. El cuidador elevó una ceja.

-¿Qué estaba haciendo?

-Dormir.

El chico miró hacia abajo y volvió la mirada hasta Julian

-Me pasa normalmente cuando me despierto. – dijo Julian curvando los labios.  – Pensé que no le gustaría ver la exhibición de mi poll...

-Basta de explicaciones Serrano.-lo echó a un lado con fuerza y entró en la habitación. Subió las escaleras con destino al cuarto de baño y se escuchó un ruido en el armario. Se detuvo. Miró a Julian que ahora tosia algo forzado.

-Uff, uno se pone calentito y luego se para en seco y muere de frío. – dijo con ironía, divertido. – Con lo bien que estaba yo en mi cama.

-Pues abríguese. – siguió subiendo las escaleras. Él miró hacia atrás. El cuidador había llegado a la punta de arriba. Oriana salió rápidamente del armario, ya con la blusa puesta y le tiró un beso riendo mientras salía de la habitación. Él elevó una ceja y la siguió con la mirada. Volvió la vista al moreno.

-¿Se puede saber que busca? – preguntó Julian.Él lo miró por encima del hombro y bajó los primeros peldaños, rozando el hombro de él con fuerza.

-Ten cuidado Serrano.  – le señaló.

-¿Me está amenazando? – dijo frunciendo el ceño.

-Sólo te estoy diciendo que tengas cuidado. No te gustaría ir a la dirección por otro calentón.

-Mejor cuídese usted. – le advirtió Julian. Ya le estaba empezando a tocar la moral. Y no tan solo la moral. – Tampoco le gustaría tener problemas. No puede ir acusando a alumnos indirecta e irónicamente.

-Usted sabe de lo que hablo. – carcajeó. Y volvió a ponerse serio. – Adiós Serrano.

Julian  lo observó con furia. Ese tío lo estaba sacando de sus casillas. Cerró la puerta con fuerza. Si, con mucha fuerza. Para que él pudiera escucharlo. ¡Y que le dijera algo! Recogió su blusa del suelo y la tiró en la cama. Luego volvió a pensar en Ori. Mordió su labio inferior y se puso la blusa. Miró su reloj. Seis y media de la tarde. Curvó sus labios y observó su teléfono, que se encontraba en la mesa de noche. Lo cogió en sus manos y se tiró en su cama.

Dio un repaso en su agenda y se paró en un número. Mamá. Miró hacia un lado y su mirada se perdió. Volvió a encontrarse después de unos segundos y le dio al botón de llamada. Uno. Dos. Tres. Cuatro.

-¿Sí? – preguntó una voz dulce al otro lado del teléfono. Su voz se quebró un segundo. Hacía mucho tiempo que no escuchaba la voz de su hermana pequeña. – Jax, creop que a mami se le odvidó el teléfono. – balbuceó la pequeña. Julian esperó el tono de su pequeño hermano Jaxon. Pero sólo dijo cosas sin sentido que le hizo sonreír.

-¿Peque? – dijo por fin Julian.  La niña se ausentó unos segundos con el teléfono en su oído. - ¿Princesa? – repitió él.

-¿Hermanito? – dijo por fin. Boom. Bingo. Primera lágrima fuera. La retiró con su puño y endureció la voz.

- ¡Jazzy! – dijo dulce. - ¿Cómo estás?

-¿Dónde estás hermanito? ¿Por qué no vienes a vernos? – balbuceó la pequeña.

Desafio al Corazón- Orian ( Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora