Capítulo 00

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En una de las casas de la provincia de Buenos Aires, Argentina, una adolescente estaba haciendo lo de todos los días desde que terminó las clases.

Estaba acostada en la cama, que todavía estaba desordenada, con el ventilador prendido en mínimo y el celular en mano. Leyendo una novela asiática traducida a inglés pero, como no tenía tanto conocimiento de tal idioma, usó el traductor de Google para traducir la página completa a español.

Las ventanas estaban cerradas al igual que las cortinas que las cubrían, habían dos, una celeste y una verde, haciendo ver la habitación de los mismos tonos por la luz del sol.

Eran las 16 hs según el horario del celular, se le hizo costumbre poner el agua para bañarse a las 17 para después tipo 18 merendar.

En ese momento solo estaban ella, su mamá y su perra, Kira, cruza de caniche y cocker. Aparte de su hermano y su familia en la parte de enfrente del terreno, donde habían hecho su casa.

Sin darse cuenta la hora pasó rápido, pero también era costumbre, se metía demasiado en la lectura y perdía la noción del tiempo.

Se levantó, perezosa, se puso las ojotas y fue al baño, puso para calentar un poco el agua mientras hacía pis.

Se lavó las manos y le apagó al agua, fue de nuevo a su pieza en busca de su maquinita para depilar, su jabón y las cosas para lavarse el pelo.

Dejó a un lado sus ojotas y fue descalza al baño, acomodó todo y dejó que el agua cayera sobre su cuerpo, mojando su cabello.

Empezó a ponerse shampoo y a lavarlo, lo hizo tres veces. Apagó el agua en lo que se sacaba el exceso de agua del pelo antes de ponerle acondicionador y hacerse un rodete para poder jabonarse el cuerpo.

Abrió solo un poco la ducha, lo mínimo, se depilo las axilas, solo eso ya que el día anterior ya se había depilado el resto del cuerpo porque había salido y hacía calor.

Dejó la maquinita lejos y siguió jabonandose.

Y pasó de nuevo.

El jabón de le safó de las manos y cayó fuera de la ducha, había mucha espuma y era resbaloso, era algo a lo que se acostumnro.

Pero no esperó que una araña la asustara y provocara que del susto se resbale.

La adolescente, desnuda y mojada, veía en cámara lenta como su cuerpo chocaba con el piso y la subida de la ducha, escuchó sus huesos tronar y su cuerpo colapsar, vió como su cabeza se acercaba al lavamanos.

Cague.

Sintió la colision de su cabeza contra el lavamanos blanco y posteriormente con el piso de cerámica gris y blanco. Pero no sentía dolor y eso lo agradecía.

Al menos terminé de comer mi helado y mis chocolates, sería una pena si no lo hubiera hecho.

Pensaba con gracia mirando la sangre que teñía el piso, era especialmente resaltante con su color rojo, a la vez que de reojo notó la figura de su mamá asustada entrando al baño.

No me pude despedir de Kira.

Fue su último pensamiento mientras cerraba los ojos, sin poder escuchar los gritos de su mamá llorosa y alterada por toda la sangre ni tampoco como había llegado uno de sus hermanos por sus gritos.

Ese día, Sara Torres murió por una pelotudez, dejando con un gran vacío en los corazones a sus padres, mascota y demás familiares.

Ella no sabía, pero se lo imaginaba mientras sentía que su cuerpo era arrastrado y estrujado por alguna fuerza, haciéndolo salir de donde quiera que estuviera.

Veo la luz, de nuevo. ¿Dios?

Reencarne en Lucy Heartfilia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora