Capítulo I.

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"Una noche fría"

La noche era fría, las gotas de lluvia caían sobre su rostro mezclándose con las lágrimas que resbalaban de sus ojos, sus manos frías se aferraban a una fotografía mientras sus lamentos se escuchaban como un eco dentro de su cabeza. Sentado en una banca en medio de un parque, a media noche aún lloraba por lo que había sucedido cuando tenía seis años.

Recordar a su madre era la mejor satisfacción que tenía para su pobre corazón lastimado, esos abrazos lo hacían sentirse de nuevo protegido aunque no pudiera sentirlos, los momentos que compartieron juntos se guardaban como fotografías en su mente, las risas que se escuchaban en la cocina cuando se ponían a hacer galletas resonaban como una canción convirtiéndose en su favorita y las pocas navidades tan especiales donde solo se dedicaron a ver películas mientras su padre regresaba de trabajar, ese hombre al que no había visto en tantos años.

Después de tantos recuerdos bonitos también existían los recuerdos de dolor, esos que le hacían encerrarse en su propio mundo para que nadie más le preguntara ni siquiera como se encontraba de ánimo.

Un niño de seis años había presenciado el momento más traumático de su vida y a pesar del tiempo que ha pasado, ese recuerdo seguía fresco en su memoria atormentándolo cada noche y convenciéndose de que todo fue su culpa, aún cuando todos le decían que no era verdad, su mente lo creía y era suficiente tortura.

Después de esa tarde tan desastrosa no volvió a ver a su padre, recordaba esa noche, sentía como el frío se incorporaba en sus huesos mientras sus manos se aferraban a su hermana aún pequeña, el dolor de sus golpes en su cuerpo se hacía mucho más fuerte asegurándose de dejar huellas que ni siquiera los años podrían borrar y aquellos gritos se clavaban en su corazón como si fueran puñales convenciéndose de que se encontraba solo.

No tuvo más opción que vagar solo durante la noche tratando de encontrar un lugar para dormir o por lo menos resguardarse del frío, la lluvia e incluso de los recuerdos, hasta que por su camino se cruzaron dos personas que consiguieron entregarle todo el amor que les faltaba.

Aquella mujer que lo encontró llorando y abrazando a su hermana, logró llevarlo hasta su casa junto a su mirado sintieron ternura ante esos ojitos lastimados, esa pequeña que dormía plácidamente sin ni siquiera percatarse de lo que estaba pasando y ante su situación, lo mejor que hicieron fue adoptarlos.

Se encariñaron tanto con ellos que hicieron los tramites necesarios para hacer que esos malos recuerdos desaparezcan de sus mentes, al adoptarlos se propusieron entregarles todo lo necesario, además de la verdadera calidez que solo dentro de una familia se podía sentir.

Su vida mejoro demasiado desde ese momento, el recuerdo del dolor que había sufrido durante seis años opacado por la bonita infancia que le entregaron sus padres, incluso consiguió tíos, primos, una enorme familia que lo acogió con bastante amor, sin embargo no fue suficiente para sanar la herida de su corazón.

Quería demasiado a esa familia, se salvaron mutuamente, ya que no pudieron tener hijos y ellos necesitaban padres que en realidad los quisieran, solo sus padres merecían una sonrisa por parte de él, gestos amorosos o palabras de afecto, todos los demás solo recibían un trato alejado.

El mundo le había convertido en una persona bastante fría, ermitaña y no se arrepentía de ello, nadie más podría lastimarlo, sin embargo esa noche siempre sentiría que su mundo se derrumbaba y prefería sumergirse en su mundo destrozado hasta que la mañana regresara todo a la normalidad.

—Ha pasado tanto tiempo y aún sigo pensándote — espetó con la voz rota mientras miraba la fotografía — Hoy es el aniversario de tu muerte, aunque han pasado diecisiete años no he podido olvidar lo que paso, pero soy fuerte como esa tarde te lo prometí, sigo por mi hermana, por mis padres adoptivos y por mí mismo.

Something in the rain│JeffCodeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora