𝐸𝓁 𝒸𝒽𝒾𝒸𝑜 𝒹𝑒 𝓁𝒶 𝓋𝑒𝓃𝓉𝒶𝓃𝒶

🍂𝓒𝓲𝓷𝓮🍂

Durante los siguientes dos días Jongho no fue a la escuela, alegando que sus heridas eran muy graves y no sanarían correctamente si volvían a golpearlo, aunque la verdadera razón por la cual se quedaba en casa era para poder pasar su tiempo con el chico de la ventana. El contacto entre ellos era mínimo. Algunas veces, Seonghwa entrelazaba sus meñiques. Otras sólo sus hombros se tocaban. Algunas veces Jongho jugaba con su cabello y otras Seonghwa lo hacían con el de él. Pero sus encuentros casi siempre se limitaban a Jongho haciendo tareas atrasadas mientras Seonghwa hacía crucigramas sobre su cama o daba vueltas en su patineta alrededor de la estrecha habitación. Casi fueron descubiertos un par de veces, pero no resultó ser nada serio. A veces Seonghwa ayudaba a Jongho con alguna tarea que no entendía, pues era bastante listo. Otras Jongho ayudaba a Seonghwa a reorganizar su habitación. A veces, Seonghwa le pedía a Jongho posar para dibujarlo y él accedía con mucho gusto. Los resultados eran increíbles. Jongho pensaba que Seonghwa era el mejor artista del mundo.

Los peores momentos eran cuando debían separarse para que Seonghwa asistiera a alguna de sus citas, y el mejor era cuando regresaba y simplemente se asomaba por la ventana. En esos momentos Jongho veía a Seonghwa apoyando su mano derecha sobre el vidrio y mirándolo hasta que alguno de los dos se atrevía a tomar un rotulador y escribir como el primer día en el que se conocieron.

El sábado estuvieron todo el día en la habitación de Seonghwa riendo y hablando sobre cosas sin importancia.

El domingo sucedió casi lo mismo, pero a la hora del almuerzo Seonghwa le preguntó a Jongho si quería almorzar con él y este no se negó. Le preguntó a Jongho cual era su comida favorita, y él no tardó en decir que era la pizza. Fue entonces cuando el chico de la ventana le dijo a su madre que quería almorzar pizza, y a esta no pareció importarle.

Media hora después llegó el repartidor y Seonghwa entró a su habitación con la caja de pizza entre manos.

Jongho le había dicho a su madre que estaría estudiando en la biblioteca y que comería algo en el camino. Su mamá solo le deseó un feliz día. ¿Qué madre puede esperar que su hijo en realidad esté comiendo pizza con el vecino?... Jongho le demostró a Seonghwa que podía comer más de lo que parecía. Cuando terminaron de almorzar, Jongho recibió una llamada de Mingi.

-¿Hola?
-¡Jong! ¿Estás bien?
-Mejor que nunca.-Contestó sonriendo mientras miraba al chico de mechón blanco, el cual estaba jugando un aburrido juego de preguntas en su celular.
-Jong, Yeosang quiere saber si te gustaría salir con nosotros dentro de una hora. Iremos al cine. Bajo la Misma Estrella, por si te interesa.

Jongho se mordió el labio inferior. Bajo la misma Estrella era la película que tenía meses esperando ver, desde que anunciaron su reestreno... Y el libro era su favorito. Debía de haberlo leído unas diez veces, y cada vez que lo releía lloraba y reía mucho más que la vez anterior.

Quería ir. En serio quería ir...

Pero entonces vió al chico de ojos hermosos, el cual estaba concentrado en sus juegos respondiendo preguntas sin dudar ni un solo segundo en cual era la respuesta correcta. Fijándose bien Jongho vió en la mejilla del chico de la ventana un rastro de salsa que la pizza había dejado. Con su pulgar lo limpió dulcemente, y cuando el chico lo miró Jongho se llevó el dedo a la boca, sonriendo, sintiendo que su corazón salía de su pecho cuando Seonghwa hizo lo mismo.

-Me encantaría ir, Mingi, pero tal vez otro día. Ahora mismo estoy justo donde quiero estar.

Los ojos de Seonghwa se iluminaron, y Jongho sintió a todo su ser derretirse con esta acción.

Él era perfecto.

-¿De nuevo él, Jong?-Preguntó Mingi. Todos los días en los cuales su amigo lo había llamado Jongho estaba con el chico de la ventana.