🍂 𝒫𝒾𝒶𝓃𝑜 🍂

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Yoona no había logrado calmar naturalmente el ataque de pánico que Seonghwa había sufrido. El chico había gritado, llorado y sollozado. Había insultado sin parar. Había roto cosas. Había enterrado sus uñas en su piel y había golpeado el suelo hasta que sus nudillos sangraron.

Se había sentido tan herido. Tan estúpido. Incluso Jongho lo sabía. Sabía que él era un estúpido y se había alejado como todos terminaban haciéndolo.

Finalmente debieron llamar a los paramédicos, que se encargaron de administrarle un sedante. Era la primera vez que tenían que hacerlo.

Se despertó bastante tarde a la mañana siguiente a causa del sedante. En cuanto abrió los ojos se encontró con San y Yena, que estaban sentados sobre el suelo mirando absortos el portátil que estaba frente a ellos.

-Buenos días, Seonghwa.-Dijo su hermano al mirarlo. Le sonrió, y luego Yena alzó su mirada e imitó su acción.

-Queríamos despertarte, pero teníamos miedo de que estuvieses de mal humor y...

Seonghwa interrumpió a su hermana.

-¿No deberían estar en la escuela?-Preguntó con su voz ronca matutina.

-Mamá nos dijo que podíamos quedarnos contigo si queríamos. No dormimos bien anoche... Aún con el sedante gritaste varias veces.

Seonghwa solamente pudo asentir y mirar a su hermano pidiéndole disculpas por algo que no podía manejar. Intentó sentarse en la cama, pero de inmediato un gran dolor en su cabeza lo invadió y cayó de nuevo sobre su espalda.

-¿Por qué me duele la cabeza?

-Posiblemente fue el sedante. Te dieron una dosis bastante alta.

Seonghwa asintió nuevamente, sintiendo que su cabeza dolía aún haciendo esta simple acción.

-Mamá dijo que podrías tomar unos analgésicos en cuanto desayunaras...

-¿Dónde está?

-Fue a hablar con tus médicos. Quiere saber como pudo haber afectado el sedante a tu sistema.-Informó Yena.-Estamos a cargo ahora, Seonghwa.-Se burló intentando mantenerse seria.

-¿Ustedes?-Por supuesto, Seonghwa no podía comprender que se trataba solo de una broma.

-Sí... Por cierto, lamento lo de tu celular. Yena no quería incendiarlo.-Habló San.

De inmediato Seonghwa se sintió alarmado y se levantó. Se apoyó contra la pared en cuanto el dolor en su cabeza se hizo presente, y un leve mareo llegó a su cuerpo. Las manos de San lo llevaron de nuevo a la cama antes de que pudiera caer.

-¿¡Por qué tocaron mi celular!?-Exclamó enojado, aún demasiado mareado y adolorido como para gritar.

-Seonghwa, tranquilo.-Susurró su hermano acariciando su brazo. Seonghwa de inmediato se sintió incómodo con el contacto y se alejó lo más que pudo.-Era sólo una broma. Tu celular está bien. Todo está bien.

-... Eres un idiota.-Dijo finalmente.

-El peor de todos.-Sonrió. Finalmente dirigió su mirada al reloj y luego le dijo a Yena con suavidad.-¿Podrías acompañarlo al baño mientras voy a preparar su desayuno? Procura que no caiga.-La menor sólo asintió.

En cuanto San se fue, Yena se acercó a Seonghwa y rodeó sus caderas con uno sus brazos.

-Vas a levantarte lentamente, Seonghwa, ¿está bien?-Seonghwa asintió ligeramente.-Si te mareas solo dilo.-El chico volvió a asentir. -Muy bien, hagamos esto.

Seonghwa logró mantenerse de pie con la ayuda de Yena luego del tercer intento. Caminaron lentamente hasta el baño, Seonghwa deteniéndose a respirar profundamente algunas veces. Luego de hacer su rutina mañanera, Yena decidió que no sería mala idea que su hermano tomara un baño.

𝐸𝓁 𝒸𝒽𝒾𝒸𝑜 𝒹𝑒 𝓁𝒶 𝓋𝑒𝓃𝓉𝒶𝓃𝒶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora