🍂𝒜𝓈𝓅𝑒𝓇𝑔𝑒𝓇🍂

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Seonghwa se definía a sí mismo como un chico raro, solitario y lleno de problemas. Lo sabía porque mientras los demás en la sala de diálisis veían televisión, hablaban, leían un libro o revisaban sus notificaciones de twitter, él terminaba el crucigrama que estaba haciendo antes de que el chico de la ventana lo interrumpiera.

Seonghwa tenía una rutina simple, y le gustaba seguirla al pie de la letra.

Se levantaba a las cinco, sorprendido de que su corazón rechazado hubiese sobrevivido una noche más, tomaba sus medicamentos para intentar que su estúpido cuerpo dejara de atacar al órgano que lo mantenía con vida, comía un desayuno ligero, hacia un crucigrama y luego volvía a dormir hasta que su madre lo despertaba para almorzar. Luego de esto, subía a su habitación y miraba por la ventana.

Miraba al chico que lloraba queriendo decirle algo, preguntarle por qué lo hacía, pero su Asperger no se lo permitía. Luego de mirar suficiente tiempo por la ventana, su madre iba a buscarlo a su cuarto e iban a sus citas diarias. Cuando no era la diálisis, era el psicólogo, cuando no era el psicólogo, era el cardiólogo, cuando no era el cardiólogo, eran clases de piano con la señora Kang, a las cuales asistía junto a Hongjoong, su único amigo. Lo único que le gustaba de todas sus actividades era esta última: la música... tiempo atrás el psicólogo les había dicho a sus padres que él estaba deprimido. Primero intentaron con grupos de apoyo, pero estos solo lo deprimieron más. Luego intentaron otras cosas, pero no funcionaban. Las clases de piano eran las únicas que parecían hacerle sentir un poquito no tan deprimido.

Finalmente, llegaba a su casa, y luego de cenar, inyectarse su dosis diaria de insulina ("Gracias por inflamarte y hacerte extirpar, páncreas." Pensaba) y tomar más medicinas (Entre ellas una droga para dormir) Seonghwa se quedaba profundamente dormido hasta el día siguiente. A veces, cuando Seonghwa no podía dormir ni con ayuda de las medicinas, pintaba durante la noche, pero esto se salía de su rutina, lo cual lo hacía abandonarlo casi de inmediato.

Pero ese día, por primera vez, Seonghwa no se sintió mal al dejar su rutina. Se suponía que Seonghwa debía VER al chico, no HABLAR con él ("En realidad, nos hemos escrito" Se interrumpió), pero cuando lo hizo se sintió tan bien que podría haberse salido de la rutina durante todo el día.

Esto jamás había sucedido con la señora Sunhee, su antigua vecina. La anciana señora solo lo saludaba de vez en cuando, pero jamás hablaban. Y eso estaba bien. Una voz interrumpió los pensamientos de Seonghwa.

-Buenas tardes, Park.-Lo saludó una voz que conocía bastante bien.

-Kim Hongjoong, acabas de interrumpir mi crucigrama.

-Lo siento. Solo quería hacerte compañía. Puedo irme si quieres.

Seonghwa sacudió su cabeza casi de inmediato. Le encantaban los crucigramas, pero su madre, sobre protectora, solo le permitía ver a Hongjoong durante las diálisis y cuando asistían a clases de piano, y en esta última hablar era imposible con la estricta señora Kang como profesora.

-Quédate, por favor.

-Sabía que me necesitarías, Park.

Seonghwa sonrió y luego hizo espacio para que Hongjoong se sentara a su lado. En cuanto lo hizo, ambos se quedaron en silencio, escuchando el sonido de la máquina de diálisis. Entonces Seonghwa rodeó a Hongjoong por la cintura con su brazo libre y apoyó su cabeza en su hombro. Era un abrazo. Torpe, pero lo era. Hongjoong respondió al abrazo de inmediato.

Eran pocas las veces en las que Seonghwa daba un abrazo espontáneo. Su psicóloga decía que era a causa del Asperger, pero Hongjoong creía que en realidad la personalidad de Seonghwa era así. ¿Por qué echarle la culpa de todo a tu padecimiento? ¿Por qué no puedes ser tu mismo a pesar de todo?

𝐸𝓁 𝒸𝒽𝒾𝒸𝑜 𝒹𝑒 𝓁𝒶 𝓋𝑒𝓃𝓉𝒶𝓃𝒶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora