🍂𝒰𝓃𝒾𝒸𝑜𝓇𝓃𝒾𝑜🍂

36 7 4
                                    

Jongho no pudo resistirse. Al levantarse esa mañana solo había querido abrazar al chico Ojos bonitos. Olvidó el dolor que estaba sintiendo a causa de los golpes recibidos el día anterior y el hecho de que conocía al chico de la ventana desde hacía tan solo dos días. Bajó corriendo sabiendo que ya no había nadie en casa, desayunó y con rapidez sacó la vieja escalera de mano que padrastro guardaba en el cobertizo. Procurando que nadie lo viera, colocó la escalera bajo la ventana de Park Seonghwa y subió. La ventana estaba abierta, así que le fue sencillo entrar. El chico no estaba allí. De repente, escuchó la voz de alguien gritar: ¡Ojalá te gusten mis tostadas, Seonghwa!... Debía de ser su hermano. Seonghwa había mencionado tener dos hermanos mientras hablaba con él.

"Seonghwa" pensó y un suspiro escapó de sus labios. El solo hecho de pensar en él le hacía sentir cosquillas en su estómago y unas inmensas ganas de reir.

Mientras esperaba a Seonghwa se tomó un tiempo para examinar el ambiente. Paredes blancas y vacías, sólo cubiertas por un calendario y un par de fotos de paisajes. Un escritorio bien organizado, una cama excelentemente tendida con sabanas negras, un piso completamente limpio y una mesa de noche con un montón de frascos de medicina allí. Comparada con su habitación de paredes rosadas y repletas de fotografías, su cama desordenada y su escritorio con libros hasta el techo, el lugar era bastante aburrido. Pero Jongho no se había imaginado la habitación de Seonghwa de otra manera.

Lentamente, Jongho se acercó al calendario.


"Lunes: Diálisis

Martes: Clases de piano

Miércoles: Cardiólogo

Jueves: Diálisis

Viernes: Psicólogo

Sabado: Diálisis

Domingo: Clases de piano (Opcionales)"


—Tienes una vida difícil, Park Seonghwa.—Suspiró. El solo hecho de leer el montón de actividades en el calendario de Seonghwa lo había agotado.

Cuando finalmente pudo apartar la vista del calendario, Jongho decidió espiar el armario de Seonghwa. La ropa, tal y como la habitación, estaba completamente organizada. Sólo había ropa negra, gris, blanca, azul o marrón. Ni rosa. Ni amarillo. Ni naranja. Sólo esos simples colores. Tenía sólo tres pares de zapatos dentro. Dos pares eran tenis blancos, y los últimos eran zapatos formales de color negro. Parecían casi nuevos. El chico también tenía montones de sombreros, gorros y beanies, todos de los colores antes mencionados. Excepto uno. Era un beanie morado, oculto entre los otros. Lo tomó entre sus manos y lo sacó del armario procurando no desordenar los demás. Jongho sonrió y lo colocó sobre su mano, examinándolo fijamente. Entonces lo vió. En la parte delantera del beanie se encontraban unas palabras escritas con los diferentes colores del arcoíris. Jongho sonrió al leerlo.

''Soy un unicornio''*

—¿Tú también, chico de la ventana?

Jamás se había sentido mejor. Sus ojos estaban iluminados y una gran sonrisa ocupaba su rostro. Lo cierto era que Jongho ya había intuido que Seonghwa podía ser gay por lo que le había dicho el día anterior sobre su abdomen, pero ese beanie, morado y distinto a los demás, lo confirmaba. Se preguntaba porque Seonghwa no se lo había dicho antes. La respuesta llegó clara a su cabeza: Tenía miedo. No podía culparlo. Él también había sentido miedo al descubrirlo.

Fue entonces cuando escuchó unos pasos en la escalera. Asustado y pensando que podría tratarse de la madre de Seonghwa, Jongho cerró el armario rápidamente y se escondió debajo de la cama aún con el beanie morado en la mano. Se sorprendió al encontrar una vieja patineta allí abajo con un viejo casco negro. Sonrió. ¿Cuántos secretos escondería el chico de la ventana?

𝐸𝓁 𝒸𝒽𝒾𝒸𝑜 𝒹𝑒 𝓁𝒶 𝓋𝑒𝓃𝓉𝒶𝓃𝒶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora