¿Puppies? - Wenclair

O18

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Wednesday tomó la cabeza de Enid, enrollando sus dedos por su delgado pelo rubio. Y la llevo hacia su cuello, inclinándose para mostrarle más piel. Le estaba haciendo una petición silenciosa, porque nunca le preguntaría si quiere morder. Eso sería caer muy bajo para Wednesday.

—¿Quieres que..?—Enid miró a los ojos oscuros de su amante, apenas logrando verla por su posición en el cuello de Wednesday.

Sin responder, Wednesday solo soltó un suspiro molesto, entrecerrando sus ojos.

—¡Está bien! —Enid se apresuró en decir y movió sus manos hacia los hombros de Wednesday y inclinó su cabeza, para morder adecuadamente.

Mentiría si dijera que no estaba nerviosa, sus manos estaban sudando. Porque bueno, Wednesday le estaba permitiendo esto.

Lamió el cuello pálido con su lengua, dando un pequeño recorrido en el, dejándolo húmedo. Abrió su boca, mostrando sus dientes y colmillos, cerró sus ojos con pasión y finalmente encajo sus dos largos colmillos en el cuello de Wednesday, haciéndole temblar levemente a su novia, con un suspiro tranquilo y lento. 

Enid se iba a separar, pero dos fuertes manos que seguían enredadas en su cabello la detuvieron, y la apretaron hacia el cuello de Wednesday, nuevamente.

Ella estaba pidiendo más, y ¿Quién era Enid para negarse?

Ahora, volvió a morder con sus colmillos, apretando más pero sin lograr sacar ni una sola gota de sangre.

—No seas suave conmigo Sinclair. —Wednesday la miró fijamente, con determinación.

Enid tragó en seco al mirarla, sus ojos oscuros parecían nublosos.

Las rodillas de Enid temblaron por un momento.

Entonces, ahora Enid volvió a su cuello y mordió con suficiente fuerza para hacerla sangrar, pero no con lo suficiente para destrozar su cuello. Porque bueno, si Enid no tenía cuidado podía destrozarlo en un abrir y cerrar de ojos.

No subestima para nada a Wednesday, ella es bastante fuerte. Pero su piel era de una chica humana "normal", delicada.

Wednesday suspiró mientras cerraba sus ojos, pareciendo disfrutar por un momento lo que hizo Enid.

Sus dedos permanecieron enrollados en el suave cabello rubio y gracias a eso logró hacer inclinar la cabeza de Enid hacia arriba, exponiendo su cuello y admirando por un gran tiempo, como un trofeo.

Enid la miró fijamente, temblando un poco por el frío que pasaba en su cuello. Y gracias a Dios, Wednesday se acercó y su respiración chocó contra su piel, emocionándose por lo que vendría.

Pero nada vino.

—¿Wednesday?— Enid llamó, pero salió más como una súplica.

Ella la miró desde su cuello, observándola con aquellos ojos oscuros que parecían devorar su alma por cada segundo que pasaba.

Y sus rodillas temblaron aún más.

—¿Qué crees que haré? —Desafío Wednesday.

Enid tragó en seco y sus mejillas se sonrojaron, un poco nerviosa mientras que el aire parecía faltar.

—Ehm, ¿Morderme? —La rubia evitó la mirada de Wednesday.

Cuando Enid se atrevió a mirar fijamente a Wednesday debido al silencio de la habitación, ella estaba sonriendo, no de felicidad ni de alguna emoción, si no de forma engreída.