O11

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Wednesday camino sigilosamente por el bosque, teniendo un mal presentimiento.

Enid no había aparecido y ya era muy tarde, se supone que solo iban a cazar y ir a la mansión. Mientras la buscaba ella cazó un poco de animales (en realidad alrededor de 12) No encontró ciervos, lo cual fue extraño desde un principio.

Aquí siempre hay.

Wednesday se reacomodo la prenda, estaba tensa. Esto le pasa por traer mascotas al bosque.

—¡Enid! —Wednesday gritó, un poco molesta.

La más baja siguió caminando con una bolsa donde estaban los animales. Por alguna extraña razón, sentía que Enid no estaba lejos.

Y entonces, escuchó unos pequeños chillidos provenientes de la cueva de la derecha. Con cuidado, se fue acercando y adentrandose a la estrecha cueva. Sacó una linterna y iluminó a la causante de esos chillidos; un conejo. ¿Cómo confundió un conejo con Enid? Wednesday frunció el ceño.

Unos sonidos sonaron por detrás de Wednesday, rápidamente ella se dió la vuelta y iluminó el camino.

—¡Wednesday! —La llamó una voz que conocía perfectamente bien.

El revuelto pelo rubio brillaba con la luz de la linterna. Ella parecía agitada, mientras se recargaba en la pared de la cueva.

Wednesday la analizo, parecía que había hecho un maratón de atletismo. Miro sus pies, quien uno de ellos estaba lastimado y levemente hinchado.

—Sientate. —Apunto a Enid y le exigió.

Enid de manera dudosa se sentó con cuidado, apoyándose de la cueva.

La más baja se acercó y sacó un botiquín de su mochila, específicamente vendaje.

—Te torciste el tobillo, ¿Cómo sucedió? —Wednesday empezó a vendar el tobillo.

Enid bajo su cabeza, con vergüenza. —Habia pasado mucho tiempo desde que corrí por un bosque, y al final me tropecé. —Rasco con un dedo su mejilla, soltando una risita nerviosa.

—Mhm. —Asintio algo molesta. —No volverás a tocar un bosque por el resto de tu vida.

—¡Wednesday! , ¡Eso no es justo!— Enid se cruzó de brazos, chillando.

Wednesday suspiró. —Bien, 11 meses.

—¡Wednesday!

La más baja la miro fijamente, ablandandose.

—2 meses.

—Wednesday.. —La voz de Enid se volvió más suave.

—Bien, solo quería disfrutar este año de tus gritos desesperados por querer salir al bosque. Yo también merezco un poco de diversión. —Dijo sarcástica.

Wednesday terminó de vendar el tobillo de Enid, levantándose y caminando hacia la salida de la cueva.

—¿A dónde vas? —Preguntó Enid, desde su lugar.

—Necesito buscar ramas. —Miro fijamente a Enid. —Haré una fogata.

—Puedo ayudar. —Enid intento levantarse pero Wednesday se negó rápidamente.

—No es necesario, soy más rápida que un castor americano en recolectar ramas. —Ella dijo engreída.

Enid solo soltó una pequeña risa, indicándole que estaba bien. 

Cuando Wednesday se fue, Enid se quedó sola en la cueva.

Ella y sus pensamientos.

Enid apretó sus rodillas contra su pecho, pensando bien todo este asunto. El digerir el embarazo fue algo complicado y luego su supuesta "amistad" de Wednesday. Ella ama a aquella mujer bajita, la adora. No la ve como una amiga sino como algo más.

¿Puppies? - WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora