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—Acelera el carro. —La rubia chillo. —Por favor, ¡Dios! —La rubia grito, junto a su respiración agitada, la frente arrugada y sus manos apretando su vientre de tan solo 7 meses.

Un sonido de llantas resonó en los oídos delicados de Enid, encontrando molesto el sonido. El causante de esto fue Dedos, quien había dado una vuelta completa al volante, para tomar atajos y llegar más rápidamente al hospital más cercano.

Enid se mordió sus suaves labios rosados. No era muy ruidosa como normalmente lo haría una mujer con contracciones de parto. Solo respiraciones fuertes y sudor por su cuerpo pálido. Pero esto, no quitaba el hecho que fuera realmente un dolor molesto.

Cerró sus ojos azul bebé, levantándose con poca fuerza para mover sus manos a su bolsillo. Lo único en que pensaba es ver a Wednesday, saber algo de ella, si le había mandado un mensaje más.

¿Seria coherente decirle a su novia que ya será madre?

Lo más seguro, es que no. Conoce a Wednesday, querrá venir inmediatamente a con ella. Claro, es lo que más desea Enid en este mismo momento.

Pero hay un complejo contrato y hechizo por en medio. Si ella viene, ¿Quién continuará el hechizo? Por lo que sabe, Wednesday solo puede hacerlo ella y más específicamente, en Europa.

Sus labios solo se fruncieron cuando encontró el vacío de su bolsillo. No celular, no redes, no Wednesday.

Bien, ella probablemente, había roto su celular hace tan solo unos pocos minutos.

Enid se mordió su labio inferior con tristeza. Con unos ojos cristalizados y desesperados. Ahora, ¿Cómo vería a su novia? Ni siquiera Enid pedía mucho, más que una foto de su galería.

Un suspiro que ni la misma Enid sabía que estaba reteniendo salió de ella. Y en cuanto bajo el rostro rendida hacia su regazo, una fotografía de una mini-Wednesday se hizo presente.

Su corazón se encogió con ternura.

Si, su vientre dolía, la espalda y su cuerpo en general, pero eso no evitaría apreciar la fotografía de su novia.

Cuando volvió a alzar su rostro, miró directamente a Dedos. Ella le sonrió, a cómo lo logro. Así que fue una sonrisa incómoda, que trataba de ser principalmente cálida.

Ella también estaba haciendo su esfuerzo en sonreír, tal como lo hacia siempre con todo mundo. Pero Dedos no era "todo el mundo" si no su amigo, o hasta familia. Quien estaba nervioso y ansioso manejando, le ofreció una pequeña foto de su novia para tratar de confortar.

No era la única nerviosa aquí, eso la hizo sentir mucho mejor. Su pecho se sintió menos agitado al sentirse apoyada y su mente le vino algo vago, un recuerdo.

Que siempre le dijo a Wednesday que era normal tener miedo.

Los ojos de Enid se arrugaron al sonreír.

Y levemente, se dió cuenta que su malestar pareció calmarse, aún seguía doliendo, pero era.. extraño.

Ni siquiera se había dado cuenta que enfermeros la llevaban en una silla de ruedas por los pasillos del hospital. Bien, ¿Cuándo se supone que se bajó del auto?

Detrás suyo, una pequeña mano la venía persiguiendo a una velocidad bastante rápida.

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¿Puppies? - WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora