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—Dios, no sé cómo lo logramos, ¡pero lo hicimos!

Enid miró con entusiasmo el papel en sus manos, para luego observar a Wednesday, quien también tenía el mismo papel en manos.

Finalmente se había graduado de Nevermore gracias la ayuda de Wednesday. Un par de vendas por dos meses, fingir enfermedades y todo eso. Pero nunca falló con sus trabajos, sea donde estuviera, ella los entregaba a tiempo. Así es como paso este año, haciendo tareas y proyectos desde casa con ayuda de Wednesday.

—Te dije que terminarías la escuela. —Miró fijamente a su amante. —Solo cumplí con mi promesa, es todo.

La rubia sonrió y abrazó con cuidado a Wednesday, para no apretar su barriga. Enterró su rostro en el cuello de su novia, suspirando de alivio cuando su olor la inundó.

—Gracias por ayudarme Wednesday. —Se acurrucó más. —Eres la mejor, ¡mejor novia del mundo! —Exclamo con orgullo y emoción, apretando sus brazos en el cuello de Wednesday.

—Te amo tanto, mi chica gótica favorita. —Se inclinó levemente a su oído, susurrando.

La mencionada entrecerró sus ojos y cepillo el cabello rubio con delicadeza, sintiendo un leve escalofrío por la respiración caliente de Enid.

—Yo también te amo. —Su pecho se inflo, cómo si le pesaran sus propias palabras. —Ma chère. —Soltó la respiración contenida, mirando con sus ojos entrecerrados tontamente enamorada de su rubia.

Enid sonrió en su cuello para luego dejar varios besos, ganándose un suspiro de Wednesday. Cuando se separó de su cuello, soltó una pequeña sonrisa mientras observaba los majestuosos ojos oscuros de su novia.

—Quiero descansar un poco. —Enid dejó un último beso en el cuello de Wednesday. —Tus hijas cansan, mantenerme en pie ya no es lo mismo que antes. —Hizo una pequeña risa cariñosa.

Wednesday pareció sospechosamente orgullosa, pero Enid no comentaría nada al respecto. Una mano se poso en su cintura y otra enredando su mano, ayudándola a sentarse en el sillón de la sala principal.

En realidad, se siente cansada pero ella podía caminar perfectamente bien. Pero no negaría los gestos atentos de Wednesday que tanto le encantaban.

Así que si, ahora estaba sentada en un gran y cómodo sillón con una sábana tejida por ella misma, llena de coloridos colores que dañarían los pobres ojos de su novia.

—¿Necesitas calefacción?—Preguntó una Wednesday atenta.

Enid se sonrojo tímidamente por la atención que le brindaba Wednesday. —Si, si por favor amor.

Wednesday asintió, acomodando trozos de madera a la chimenea y finalmente encendiendo un mechero, para luego lanzarlo hacia la madera.

La latina se volteo, para no darle la espalda a su novia desde la chimenea. Y aparte, mirar su sonrisa de agradecimiento. Siempre cuando hacia algo por Enid, ella agradecía. Pero a Wednesday no le importaba mucho un "gracias" sino algo más sencillo, mundano.

Su sonrisa.

Y tal parece, que su inteligente Enid había descubierto su fascinación. Ahora, ella solo murmura un gracias y hace esa tonta sonrisa que es desagradablemente del gusto de Wednesday.

—Wednesday, Amor. ¿Podrías hacerme el favorcito de traerme..

La mencionada terminó. —Si, hilos, ganchillos.

Enid asintió contenta, mientras sus ojos recorrían el cuerpo de Wednesday subiendo las escaleras de madera para ir a su habitación compartida.

Y cuando bajó, en sus manos tenía todo un kit para tejer crochet. Se acercó a Enid, quien estaba cómodamente sentada con la mano en su vientre, dando suaves cariños.

¿Puppies? - WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora