Capítulo 8

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Guillermo yacía plácidamente sobre el sillón amarillo y viejo de casa de sus padres, le encantaba el ambiente hogareño que había ahí, al igual que el olor de café y comida por la mañana, cosa que no lo endulzaba cuando estaba trabajando.

El local de tortas que tenía su papá era la sensación desde que empezó el mundial, pues los comensales iban a ver los partidos de la selección, y ahora era aún más visitado, pues Guillermo a veces paseaba por ahí viendo que le podía quitar a su papá de la cocina.

Una foto por aquí, una firma por allá, unos regalitos ahí y otros más por allá, lo de todos los días.

— Mijo, vete para la casa, se está llenando aquí de puras chamacas que nomás vienen a verte—. Reprochaba su madre detrás de la barra, viendo a las muchachitas fuera del local, locas por poder ver al futbolista.

Guillermo no podía rechistar, pues la señora Natalia comenzaría a regañarlo ahí, en frente de todos, sin pizca de pena o timidez en sus palabras. Acató simple, dejándole un beso en la mejilla a su madre y una despedida corta a su padre.

Mientras se dirigía al coche de su hermana, empezó a tararear torpemente una canción.

Tú, mi chiquitita, te ando vacilando.

Te ando enamorando con gran fervor.

Agüero acomodó sus cosas en el cuarto de Lionel

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Agüero acomodó sus cosas en el cuarto de Lionel. Recibió una cálida bienvenida de la Scaloneta.

Vine para apoyarlos. Se excusó, desviando la atención del porqué iluminarlos con su presencia.

— Leo, ¿Vos estás seguro de que pasó eso? — Nuevamente interrogó, sentándose en su cama, viendo al delantero imitar su acción en el colchón opuesto.

— Fue con el arquero de México... Guillermo se llama el chabón—. Musitó en un hilo de voz, mirando sus manos entrelazadas, sintiendo la mirada de su compañero directamente en su cabeza baja.

— ¿Te has hecho una prueba ya?

— Quiero hacerla, pero necesito dos o tres semanas para que los resultados estén bien —. Tragó duramente, sintiendo ganas de vomitar de sólo recordar el llanto que podría soltar si seguía hablando más.

— Está bien. Ahora te tenés que concentrar en ganar, ¿Eh? — Se fue al lado de su amigo, chocando sus hombros con una sonrisa, esperando una respuesta positiva —. Esa copita nos la llevamos a casa, pa.

Messi soltó una risilla, decidiendo ser feliz y olvidando el trago amargo. Ya no estaba completamente sólo y eso reconfortaba a su Omega.

El partido de octavos de final ya había comenzado

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El partido de octavos de final ya había comenzado. De Paul forcejeaba, nada nuevo en él. Una combinación rápida en el área hizo que Lionel pudiera meter el primer gol, minuto 34:34, la afición coreaba de alegría y entusiasmo, llenando los corazones de los albicelestes.

APARECIÓ MESSI EN UNA JUGADA FULMINANTE. Gritaba el comentarista enérgico

Celebraron lanzándose a los brazos de Messi, aplastándolo en la muestra de afecto.

El segundo gol se disipó al minuto 56:42, Julián Álvarez había sido el susodicho que lo cometió, aprovechó con todo placer la falla de los defensas y aquero. Messi se adelantó a abrazarlo, seguido de De Paul. Todo estaba yendo cómo estaba contemplado en el plan de Scaloni.

Un intento de Messi al anotar gol fue arrebatado por las defensas. Segundo intento errado nuevamente. Tercer intento, esta vez de Tagliafico, pero nuevamente fallaron. Estaba estresando a todos los aficionados sin duda.

El partido tenía con los vellos de punta a Agüero, el estado de Leonel lo estaba poniendo en un modo protector, quizás era su Alfa o él mismo, pero cada que la pelota estaba cerca de su socio de vida sentía que su corazón en cualquier momento saldría de su boca.

Primer gol de Australia, minuto 76:14, del número 23. Su afición estaba gritando y celebrando de una manera demasiado intensa. Un intento demasiado soñador del jugador 16 australiano de meter un gol, entró y se escabulló de los jugadores hábilmente, teniendo el objetivo claro, yendo con todo.

Argentina tuvo nuevamente el dominio entero del partido.

Lautaro dio un intento con todas sus fuerzas de poder dar pase a un gol majestuoso, pero fue un intento en vano, pues no logró conectar bien la pelota. Un intento más del joven fue desperdiciado.

PERO LAUTARO, NOOO, NO APROVECHÓ EL GRAN BALÓN DE MESSI.

Fueron a tiempo extra, Dios sabrá porqué. En el minuto 92:50 parecían tener un gol más asegurado gracias a su capitán, que equivocados estaban, trató de meterlo en la esquina superior derecha, pero el intento fue fracasado. Minuto 93:57 parecía haber otro gol asegurado para Argentina, pero no fue así, el portero tuvo una reacción sensacional.

96:35 Hubo otro intento de Australia, del 21 para ser más exactos, pero el personajazo que tenían por portero no dejaría al partido cómo empate, claramente no. Dibu estaba recostado en el suelo, aferrándose al balón cómo si fuera la posesión más importante de vida, que en ese momento lo era, Enzo y otro compañero se lanzaron a abrazarlo en el suelo. Los gritos de la afición eran escandalosos y ensordecedores.

SEÑORAS Y SEÑORES, ARGENTINA ESTÁ EN LA SIGUIENTE FASE.

Cuartos de final contra Países bajos, necesitaban más entrenamientos.

Agüero bajó rápidamente, empujando a la gente y gritando escandalizado, sus compañeros pasaron, ellos ganaron y así seguirá siendo siempre. Se abalanzó primeramente contra Lionel, seguido de él, abrazó al resto, diciéndoles piropos y cuanto los amaba, que más les valía ganar siempre.

Nuevamente juntos compartiendo habitación se sentían tan cómodos y completos, no sabían que se hacían tanta falta hasta ese momento dónde estaban a escasos metros

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Nuevamente juntos compartiendo habitación se sentían tan cómodos y completos, no sabían que se hacían tanta falta hasta ese momento dónde estaban a escasos metros.

— ¿Y sí lo quiero tener? — Murmuró leve, viendo el techo con solamente la luz amarilla entre las camas. Tenía sus manitos cruzadas sobre su pecho e igualmente la sabana cubriéndolo a esa altura.

— ¿Querés tenerlo? ¿Y si el mexicano ese no quiere? — Cuestionó en la misma posición que Leo, volteando su cabeza para ver a su amigo.

— Es mío, no de él.

— ¿Entonces no lo vas a buscar? Para que se haga responsable, digo.

— Lo voy a cagar a trompadas si no me da la cara—. Suspiró leve—. Quizás mañana lo piense mejor, pero quiero al nene...— Sus pensamientos estaban revueltos, en parte tenía en cuenta que quizás esas ganas de darlo a luz estaban ahí por su Omega encaprichado de ese Alfa.

Kun lo miró divertido, pensando en el desorden que eran sus pensamientos y sentimientos en esos momentos, no sólo por su situación personal, también por el mundial y su próximo partido.

— Descansá, mañana tenés que darlo todo en los entrenamientos—.Estiró su brazo apagando la única fuente de luz.

Recibió un deseo de linda noche y sueño, sonrió y se propuso dormir. 


Avellanas y miel | Guillermo Ochoa x Lionel MessiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora