Capítulo 15 mexico

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—PERO DALE, QUE SE ME ENTUMEN LAS PIERNAS DE LA RABIA—. Exasperado gritaba tras la linea Kun, deseaba darle un buen golpe para ver si de milagro lograba acomodarle las ideas. 

—Ya, pero me dijo que no, boludo—. Titubeaba, nervioso y consternado. No desea ser rechazado nuevamente. 

—Eres Messi, debe hablar contigo sí o sí, aprovéchate de tu nombre por primera ves, ¿Queres?— Con la paciencia agotada escupió hostil.

Lio calló, sintiéndose cohibido en su coche, mirando sus pies rebeldes e inquietos. 

—Pará, ya entendí. 

Colgó, con una inseguridad y miedo notorio, pero debe hacer algo. 

Sale seguro de su choche, sabiendo que era justamente el entrenamiento de Guillermo, Kun se encargó personalmente de investigar hasta qué tipo de calcetas le gustaba usar. No le fue complicado el acceso, era Lionel Messi después de todo. 

Se expone a una avalancha de personas y entrenadores, preguntando del porqué de su visita. Pide mucha discreción de manera amable. 

Se acerca al entrenador pidiéndole de la manera más agradable tomar al guardameta prestado, por al menos lo que resta del día. Nuevamente se plantea una situación de admiración, la cual agradece enormemente, pero comunica que no es el momento para ese tipo de muestras de idolatría. 

Guillermo escucha casi aterrado el grito que le lanza el entrenador, su rostro se vuelve horroroso cuando divisa la silueta y rostro de Lionel. Se le baja la presión, se le bajan los huevos y también el muerto, incluso siente sus guantes resbalarse por el sudor que sus manos comenzaban a secretar. Su garganta se seca con forme se acerca a ambos hombres que lo miran impaciente. Se siente como un niño caminando hacia su propia muerte, como si su madre le hubiera gritado las peligrosas palabras de "En la casa nos arreglamos".

Siente a su Alfa inquieto, casi rasguñando sus entrañas cuando detecta el olor embriagante del Omega. 

—Memo, tienes el resto del día... Quiere hablar contigo—. Le susurró al oído, dándole una palmada en los hombros. Se marchó, en un intento de darles la privacidad que parece merecer el asunto.

—Voy a cambiarme...— bisbiseó cabizbajo, sabiendo que se había jodido. Que estaba en la pinche ruina. 

—Te tenés que hacer cargo del nene, no es una pregunta, ¿Entendés?— Sonaba seguro y autoritario, muy duro, aunque por dentro temblaba del miedo

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—Te tenés que hacer cargo del nene, no es una pregunta, ¿Entendés?— Sonaba seguro y autoritario, muy duro, aunque por dentro temblaba del miedo. Avanzaba lento en su coche, titubeando, se le veía intranquilo.

—Yo... yo lo sé, pero aguántame un buen, yo no creo haberme acostado contigo... con un hombre, me refiero—. Espetó. 

—Se puede hacer una prueba de paternidad a partir de las diez semanas, tenemos cuatro a penas. 

"Tenemos".

¿Tenían?

No, tiene.

—Tienes—. Corrigió. 

Avellanas y miel | Guillermo Ochoa x Lionel MessiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora