Holisssss vuelvo con historia nueva. The Walking Dead - Gif Series / Imaginas Cortos con nuestros personajes masculinos favoritos de la serie.
Ninguno de los personajes de The Walking Dead ni de los GIFs son de mi propiedad.
Un golpe sordo me sacó me mis pensamientos. Dejé el libro que estaba leyendo a un lado y me levanté.
- ¿Daryl?
Llevaba viviendo en su casa desde hacía dos semanas, se había portado muy bien conmigo. Estuve segura de que no era él cuando escuché a alguien registrar las habitaciones. Eché un vistazo alrededor buscando algún sitio donde esconderme pero no tuve suficiente tiempo. Mi marido me agarró del pelo y me arrastró al pasillo.
- Va a venir, Daryl vendrá.
- Esa es la idea cariño - Pude ver el brillo de la pistola que llevaba en la mano – Pienso hacer que veas como convierto a ese tío en un colador y luego nos iremos de aquí.
- No, por favor, me iré ya si es lo que quieres pero no le hagas daño.
Sentí su puño contra mi cara.
- Si no sabes estar calladita te llevarás más.
Me sentó en el sofá y empezó a andar de arriba abajo por toda la habitación. De vez en cuando me miraba, prestando especial atención a la zona de mi piel que estaba empezando a cambiar de color. Sonreía satisfecho.
DARYL'S POV:
Me paré en seco al ver la cerradura de la puerta de la entrada reventada. Algo no iba bien. Dejé las latas en había conseguido en el suelo y le di la vuelta a la casa. A través de una ventana lo vi, ese hijo de puta se había atrevido a volver. Si le pasaba algo a _______ lo pagaría muy caro.
- Todavía no has entendido que hago todo esto porque te quiero – escuché que le decía a ella mientras me colaba por una ventana que había abierta en la cocina y no pude evitar apretar los dientes con rabia.
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Cogí un cuchillo y con el sigilo de un gato me aproximé a él por la espalda. Sin embargo, debió de ver mi sombra porque se giró justo cuando estaba detrás de él. La habitación se convirtió en un huracán de puñetazos y golpes.
No me di cuenta de que él había perdido su pistola hasta que sonó un disparo y él cayó al suelo como un muñeco de trapo.
Fui hasta ______ sin importarme el cuerpo que estaba llenando de sangre mi alfombra. Le quité el arma de sus manos temblorosas.
- ¿Estás bien?
Ella no podía dejar de mirar al que hasta hace un minuto había sido su marido.
- ¿Estás herida? – insistí cogiéndole el rostro.
Ella negó con la cabeza. La envolví con mis brazos y la dejé llorar.
- Ya nunca más podrá hacerte daño – le dije mientras escuchaba acercarse a los vecinos de Alejandría – Estás a salvo.
