Toda la vida

4-Fiesta

Aaron me llevó al jardín de su casa, era precioso, con la piscina y las macetas que adornaban esa parte de la casa.
Solo había varías personas en el jardín y Aaron sin yo darme cuenta me cogió de la mano, yo no se lo negué, andamos hasta la piscina y nos sentamos en el borde aunque no nos metimos los pies ni nada.
Él me miró y yo le miré, sentía algo en mí interior pero no sabía bien lo que era, no era amor, ni mucho menos, yo sabía que no era para mí ni yo para él pero esta noche me daba igual, estaba en una fiesta e iba a disfratar pasara lo que pasara.
-¿Nos metemos?- me dijo Aaron sacándome de mis pensamientos.
-El agua debe de estar helada-dije refiriéndome al agua de la piscina.
-Yo te daré calor- dijo con una sonrisa pícara.
Yo asentí y él sin avisarme me cogió como un saco de patatas y me tiró a la piscina, el también se tiró.
-Aaron está super fría, me cago en tu vida por tirarme- le dije, riéndome sin parar.
Él sin decir nada me abrazó y estuvimos un rato abrazándonos y mirándonos, con él sentía confianza.

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Me desperté, en una habitación que no conocía, de repente me acordé de que estaba en la casa de Aaron aunque esta no era su habitación.
Bajé al salón y me encontré todo limpio, fue raro ver todo eso tan limpio porque anoche estaba todo desordenado en la fiesta.
Alguien me tocó el hombro y me giré, era Aaron.
-Aun recién levantada estás preciosa- dijo mirándome con esos preciosos ojos.
Yo simplemente sonreí.