El timbre de la puerta sonó mientras estaba en el ordenador acabando de introducir algunas noticias en la base de datos. Era Javi. Había quedado con él para repasar algunas cosas del trabajo y para tomar algo juntos y charlar. Se había convertido en algo habitual entre nosotros y quedábamos todas las semanas un par de veces. Desde nuestro beso no nos habíamos visto así que estaba un poco nerviosa, pero me encantaba estar con él así que no había dudado en llamarle para que viniera.
- Hola preciosa - dijo mientras me daba un beso en la mejilla y se sentaba a mi lado frente al ordenador. - A ver, déjame ver cómo vas con esto. - Empezó a revisar la base de datos y yo me quedé mirándole. Cuando se concentraba hacía pequeños gestos con la cara que estoy segura, para él pasaban inadvertidos y que me resultaban adorables. - Si me sigues mirando así no sé si voy a poder seguir trabajando...- Me miró a los ojos con una pequeña sonrisa en los labios.
- Perdona - seguro que estaba roja como un tomate.
- No pidas perdón. Me encanta que me mires. - Me acarició la mejilla con delicadeza - me encanta todo de ti.
Se acercó lentamente a mí y me besó. Correspondí a su beso. La verdad es que me gustaba, era un chico genial, maduro, bueno, gracioso... y muy guapo. Empezar algo con él quizá fuera complicado, pero en ese momento, sólo podía pensar en lo bien que se sentía besar sus labios, sentir su deseo y el mío propio.
- ¿Sabes? - separó sus labios de los míos, pero siguió muy cerca de mí - he pensado en lo que te dije, de que entendía que no era buen momento para empezar algo, pero... le he estado dando otra vuelta y la verdad, no hay mejor momento que este.
- ¿Y eso? - le miré divertida y curiosa, ¡menudo cambio de actitud!
- Bueno, sé que estás embarazada y que eso ahora parece complicar lo de meter a alguien en tu vida, pero si lo piensas es el mejor momento para hacerlo. Si lo intentamos tenemos al menos un año y medio para ver si nos va bien o no, entre el embarazo y la época bebé... la niña no se enteraría si nos va mal y decidimos seguir como amigos... y si nos va tan bien como espero que nos vaya - dijo mientras tomaba mi cara entre sus manos y me besaba de nuevo antes de seguir, como si necesitase sentirme cerca - la niña crecerá ya en esa situación en la que su madre tiene pareja. Me conocerá desde siempre y no le costará adaptarse a que haya otra persona en tu vida. Igual con su padre, ya nacerá y crecerá con su padre y el novio de su madre en su vida. No le parecerá raro, ni traumático ni nada... ¿ves? Todo apunta a que debemos darnos una oportunidad.
Volvimos a besarnos, cada vez con mayor intensidad. Nos levantamos sin dejar de besarnos y fuimos hasta la habitación. Cuando nos tumbamos en la cama nuestros labios dejaron de ser los únicos en participar en la fiesta. Sus manos recorrieron mi espalda hasta llegar a mi culo, el cual apretó con ganas haciendo que yo gimiera y aprovechara para mordisquearle el cuello, cosa que pareció encantarle.
Se tumbó sobre mí y mientras seguía besándome los labios metió sus manos bajo mi camiseta. Mi vientre estaba ya algo abultado, pero si no me conocías no podrías asegurar que estaba embaraza, por lo que aún me sentía cómoda con mi cuerpo, no lo notaba tan diferente a como solía ser, aunque sí que es cierto que mis pechos estaban mucho más abultados que de costumbre, cosa que pronto comprobó Javi cuando sus manos siguieron subiendo por debajo de mi ropa. Jugueteó con mis pezones volviéndome loca, aquello estaba yendo muy rápido, pero la verdad es que no tenía intención de pararlo.
Pero lo paré.
Lo paré de golpe cuando sentí su mano en mi entrepierna, cerré los ojos y en medio de tanto placer sólo podía ver a Nico. Abrí los ojos y ver a Javi se sentía mal, extraño, prefería cerrarlos e imaginar que era Nico el que me provocaba todas esas sensaciones. Mierda. No podía. No podía acostarme con él.
Con toda la amabilidad que pude aparté la mano de Javi de entre mis piernas.
- Lo siento, pero no puedo seguir con esto.
- Claro, claro, perdona... creo que se nos estaba yendo de las manos, es ir demasiado rápido, lo entiendo, no te preocupes... es que me cuesta parar cuando se trata de ti. - Sonrió y a mí se me partió el corazón un poquito al pensar en lo que tenía que hacer.
- Javi yo...no sé si puedo... no sé si estar juntos es una buena idea.
- ... - me miraba con una mezcla de confusión y dolor en su mirada. - Ana...
- No. Deja que te lo diga ahora, si no igual luego no me atrevo. Javi, me gustas muchísimo... creo que se me nota - me sonrojé y él sonrió - pero tengo la cabeza hecha un lío. Eres un chico maravilloso, me encanta tenerte en mi vida, eres de las mejores personas que he conocido...
- ¿Pero?
- ... pero no sé lo que siento por Nico. - Me miró y asintió. - En fin, es que... son muchos años juntos y... no sé, por un lado, le odio por lo que hizo, pero por otro...
- Tranquila, Ana. Lo entiendo, está bien. Debes aclararte y, aunque me duela, creo que está bien que pienses si puedes perdonarle... es el padre de tu hija, no seré yo quien me interponga en una familia. Si hay una posibilidad de que tengáis un final feliz los tres juntos... no quiero estropearlo yo.
- ¡¿Cómo puedes ser tan perfecto?!
- Ya ves... - rio y me abrazó. - Siempre me tendrás para ti, aunque sea como amigo... eso sí... si al final pasas de él - movió las cejas arriba y abajo en un gesto pervertido que me hizo reír. Así era él. Todo era tan fácil a su lado. Era de esas personas que hacen tu vida mejor, y siempre le querría por ello.
Nuestra relación volvió a ser como antes, éramos buenos amigos, me ayudaba cuando lo necesitaba con el trabajo y podía hablar con él de cualquier cosa. Javi era maravilloso, me encantaba estar con él y me atraía, eso no puedo negarlo, pero... no era Nico. Quizá con el tiempo podría superarlo, a lo mejor con el tiempo dejaba de sentir tantas cosas por Nico y podría darme una oportunidad con otra persona, pero de momento, no sabía cómo quitarme a Nico de la cabeza y, sobretodo, del corazón. Tampoco estaba segura de querer.
- Guapa, ¿qué vas a hacer para tu cumpleaños? - preguntó Nico cuando faltaba una semana para mi decimoctavo cumpleaños.
- Este año no estoy para fiestas Nico, no quiero celebrarlo.
- ¡Pero es tu cumpleaños! - dijo como si fuera algo obvio - tienes que hacer algo.
- De verdad, no quiero. No me siento cómoda haciendo una celebración de cumpleaños ahora.
- Bueno... - pareció pensarlo un momento y se le iluminó la cara - vale, acepto que no lo celebres... con otras personas... - le miré subiendo las cejas, el rio y continuó - vamos, por lo menos déjame que te haga una tarta y que prepare una noche divertida para los dos.
- Vale, pero no quiero salir de casa ni que venga nadie.
- Ok, ok, no te preocupes, seremos solos tú y yo.
Miedo me daba lo que podía preparar Nico, pero confiaba en que mi hiciera caso y no trajera a nadie a casa. La verdad es que desde el embarazo había dado de lado a muchas amistades, porque no quería tener que explicar mi vida a todo el mundo como si fuera un cotilleo más.
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Mi mejor amigo
Ficção AdolescenteUna historia de amistad y amor, intensa y complicada como todas y como ninguna. Espero que os guste mucho la historia, la he creado con mucho cariño y dedicación. Gracias por respetarlo. Si os gusta comentad!!!