*9* ¿Qué familia?

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Al aterrizar en San Petersburgo con el jet que los Vengadores les habían dejado, las viudas fueron a abrazarse fuertemente debido a la cantidad de tiempo que había pasado desde que se habían visto por última vez

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Al aterrizar en San Petersburgo con el jet que los Vengadores les habían dejado, las viudas fueron a abrazarse fuertemente debido a la cantidad de tiempo que había pasado desde que se habían visto por última vez. Melina estaba encantada de estar con sus hijas de nuevo y Natasha y Yelena también estaban muy felices de ver a su madre, en especial la rubia.
Inessa se quedó delante del jet mientras presenciaba con ternura y algo de envidia ese abrazo al que se incorporó Alexei. Ver a esa familia de asesinos tan unidos le hizo desear más que nunca tener una propia.

Cuando se separaron, Yelena se acercó y arrastró a la niña donde estaba el resto. Melina se quedó algo petrificada pocos segundos, conocía a Inessa bastante bien. No dijo nada para no generar una situación bastante incómoda, pero quería preguntarle a la niña muchas cosas, en especial como había conseguido escapar.

—Mamá, ella es Inessa, es como nosotras— anunció Yelena hacia su madre.

Melina se reservó las preguntas y le dio la bienvenida a la niña a su casa. Cuando todos entraron, Inessa se quedó mirando interesada a unas fotos colgadas por el salón de la casa. Eran fotos de Natasha y Yelena de pequeñas y se veían muy felices. Se olían los buenos recuerdos a través de esas imágenes. Inessa sintió algo de envidia, ver a tres ex viudas habiendo pasado momentos tan alegres juntos y pensar que ella no los había vivido.

Melina sirvió la comida y todos se sentaron al rededor de la mesa dispuestos a degustarla. Alexei, como acostumbraba, presidía la mesa y a ambos lados, las viudas.
La comida empezó muy bien, la familia contaba anécdotas y todos se lo pasaban realmente bien riendo y comiendo.

Todos estaban de muy buen rollo hasta que...

—Fue divertido, aunque no fuera real— comentó Yelena causando confusión en Inessa y provocando miradas de desaprobación por parte de Melina y Alexei.

—¿A que viene eso ahora?— contestó Natasha ligeramente molesta, aunque de acuerdo.

—No fue real, Tasha... — repitió la rubia —fue maravilloso pero me hubiese gustado que fuera de verdad, o al menos que me hubieseis dicho la verdad— añadió más molesta, esta vez hacia sus padres.

Siguieron así un rato, discutiendo sobre lo que habían vivido, y el clima dejó de ser tan agradable como lo estaba siendo. Yelena se quejaba de que La hubiesen engañado esos años e Inessa solo apartaba la mirada, intentando pensar en otra cosa y no soltar insultos en ruso sin control. — me mentisteis...— decía la rubia sin pensar en las consecuencias.

—Yelena, cállate...— murmuró la menor sin que pudiesen apenas oírla.

—¿Qué?—cuestionó Yelena sin haberla entendido.

— Que te calles...— repitió— deja de quejarte de la mentira que te contaron y agradece que la vivieses. Tienes mucha suerte— apartó la mirada hacia abajo con un gran sentimiento de envidia y tristeza recorriendo sus pensamientos.— no todos la tenemos.

Todo lo que tengo~ Yelena Belova Donde viven las historias. Descúbrelo ahora