𝗫𝗟𝗜𝗩

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En el cumpleaños de Sunghoon, incluso la mayoría de sus familiares de Suwon habían aparecido en su casa, donde apretaron sus mejillas y dejaron besos marcados con pintalabios por todo su rostro.

La sala y el comedor de su casa comenzó a llenarse más y más de gente, de regalos y bandejas de comida que su madre, junto con la señora Shim, se encargaban de preparar en la cocina y ofrecer a todos.

Sunghoon notó a Jake incómodo con cada persona que entraba, más gente nueva y que no conocía, y vió cómo su novio se encogía un poco más conforme toda la presencia y las voces que sonaba cada vez más fuerte para que se pudieran escuchar.

Sunoo y Heeseung se quedaron todo el tiempo junto al chico mudo, Sunghoon no podía pasar mucho rato con él por ir a pasar tiempo con su familia, que no veía desde hacía tiempo y habían viajado desde tan lejos por él.

Al momento en que las luces se apagaron, los invitados comenzaron a aplaudir y a cantar el feliz cumpleaños para Sunghoon, Jake sólo podía cerrar los ojos con fuerza y tratar de controlar sus temblores.

No entendía bien qué le pasaba, pero toda esa gente lo abrumaba, no le gustaban las multitudes, y tampoco que le robaran tanto tiempo con Sunghoon.

El mudo no escuchó cuando Heeseung preguntó si estaba bien, y tampoco cuando Sunoo anunció que iría a buscar a Sunghoon, sólo sintió cuando este se inclinó hacia él, mirandolo con preocupación, y Jake sólo pudo abrazarse a su cuello como un koala.

Sunghoon decidió ir hacia afuera, invitó a Sunoo y a Heeseung para ir con ellos, pero avanzar con la silla de ruedas entre las personas era complicado y prefirieron quedarse.

Así que terminaron ellos dos, con Sunghoon sentado sobre el césped del patio y Jake sentado sobre sus piernas, quién no dejaba de abrazarlo, escondiendo su rostro en su cuello.

─ ¿Te da ansiedad tanta gente? ─ preguntó Sunghoon, Jake asintió.

El cumpleañero dejó caricias en su espalda y besó su cabeza, hasta que el mudo se sintió mejor y se apartó un poco para mirarlo, y sonreír ligeramente.

Por su cuenta, Jake se acercó de Sunghoon para dejar un lento y cariñoso beso en sus labios, haciendo ruborizar a ambos, al separarse, Sunghoon sólo pudo sonreír.

Jake movió sus manitas, en signos que Sunghoon le había pedido a la señora Shim que le enseñara, sabiendo que su novio los haría en algún momento.

Feliz cumpleaños”.

Sunghoon tardó un momento en responder, alzando su mano con inseguridad.

Gracias” dijo, con el gesto lento por la duda.

Jake sonrió y asintió, haciendo entender que lo había hecho bien.

Continuaron en silencio un largo rato, Jake no tenía su cuaderno, y Sunghoon, por más que estaba aprendiendo las señas, no sabía las suficientes para establecer una conversación.

Así que sólo se encargaron de disfrutar el silencio, y del otro, sin darse cuenta de la mirada de la madre de Sunghoon desde la cocina.

𝗟𝗢𝗩𝗘 𝗠𝗘, 𝗠𝗨𝗧𝗘 » 𝘀𝘂𝗻𝗴𝗷𝗮𝗸𝗲 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora